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Cuarenta días después del primer caso confirmado de covid-19 en Guatemala, los criterios médicos, ejemplos de acciones en otros países y las disposiciones oficiales divergen en cuanto al número de pruebas que se practican en el país y cuántas son las mínimas necesarias para poder considerar un levantamiento de restricciones económicas y sociales.
Por ahora, el número de test que el Ministerio de Salud efectúa apenas superan los 400 por cada millón de habitantes, mientras que otros países de la región, como El Salvador, promedia dos mil 59 por cada millón de habitantes, según cifras de la ONU publicadas en el portal electrónico worldmeters.
Dos médicos coinciden con los datos estadísticos: a más pruebas, más efectivo es el seguimiento y contención de la epidemia. Sin embargo, Guatemala aún depende de otros países para adquirir más test y eso la pone en desventaja, en caso de que quisiera ampliar su capacidad de respuesta.
Por ahora, el presidente Alejandro Giammattei ha reconocido que en dos semanas se podrá realizar hasta 1 mil 500 diarias, al ampliar los laboratorios autorizados para procesar las muestras. Y aunque dichas expectativas triplican el mejor día de estos últimos 40, aún dista mucho de los criterios médicos óptimos para considerar que ha pasado el peligro o se planifique el regreso a una relativa normalidad.
“En Estados Unidos, expertos de -la universidad de- Harvard han estimado que se necesitan hacer 45 pruebas por cada mil habitantes cada mes antes de reabrir. El mínimo para Guatemala sería tener que hacer medio millón por mes, 17 mil por día”, opina el guatemalteco Edwin Asturias, pediatra y epidemiólogo que actualmente trabaja para la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, Estados Unidos.
Más pruebas, más casos
Existe un consenso médico, de acuerdo con la tendencia en el mundo, sobre que el 10% de test que se llevan a cabo son positivos. “Si es menos, no se están haciendo suficientes; si es mucho mayor, las pruebas se están haciendo solo en enfermos más severos”, sostiene Asturias, que sí ve una relación directa entre el número de casos que una localidad reporta y el de pruebas que se efectúan. Por ello, es del criterio de que se masifiquen.
Pero “masificar las pruebas” no significa practicarlas a toda la población. José Carlos Monzón Fuentes, médico director del Instituto de Investigación y Estudios Superiores de Ciencias de la Salud de la Universidad Rafael Landívar (URL), explicó que se deben establecer grupos específicos y la prioridad son los trabajadores salubristas, para garantizar que no se extenderá el contagio a los servicios de salud.
“En la población, en general, hay que clasificarlo en niveles de riesgo. No es sostenible ni lógico que pidamos pruebas al azar, porque lo único que ocasionará es que nos acabemos las pruebas que tenemos, y mañana, ¿qué va a pasar?”, subrayó.
Asturias también entiende que no hay suficientes test para pretender alcanzar el nivel óptimo, por lo que está de acuerdo en que se debe crear una estrategia. “Debemos ir a donde estará la mayoría de los casos, y eso será en los hospitales”, puntualizó el profesional.
“El Ministerio de Salud debe hacer pruebas a todos los contactos de cada caso positivo, eso se llama inteligencia epidemiológica (…) Cuando tengamos muchas más, podemos hablar de pruebas a más personas, pero por ahora debemos usar los recursos bien”. Edwin Asturias, profesor de enfermedades infecciosas y epidemiología en la Universidad de Colorado, en Estados Unidos..
Menos restricciones no son más contagios
La presente semana el presidente Giammattei decidió ampliar dos horas más el período de actividades, lo que fue criticado por algunos sectores que ven en las próximas semanas el pico de la pandemia en el país. Sin embargo, no necesariamente a más restricciones hay menos riesgos de contagio, según los médicos consultados por Prensa Libre.
Las medidas de contención en el país no han variado. La diferencia, señala Monzón Fuentes, son las dos horas que se quitaron al toque de queda, pero esto no tendría por qué aumentar el número de contagios si las personas actúan con responsabilidad.
“Las personas no deben bajar la guardia. Aunque se haya permitido que se circule dos horas más, hay que tomar conciencia. Cada uno debe reforzar sus medidas para protegerse ante esta amenaza que aún está circulando en la comunidad”, advierte el profesional de la URL.
“No es que esas dos horas vayan a causar que explote la epidemia. La epidemia puede explotar si nosotros no seguimos el lavado de manos, si no acatamos el distanciamiento social, si no utilizamos la mascarilla cuando salimos de la casa”, concluye Monzón Fuente.
Deben haber más y gratuitas
Acelerar y ampliar el número de pruebas ayudará a tener un panorama más claro de cómo está circulando el covid-19 en los países y cuántas personas están infectadas, dijo ayer Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en una rueda de prensa virtual.
Esto permitirá a las autoridades de Salud de cada país rastrear y aislar rápidamente los casos sospechosos y romper la cadena de transmisión del virus en las comunidades, tal como lo hizo Corea del Sur y Alemania.
Etienne recomendó a los países miembros de la OPS utilizar la capacidad de los laboratorios públicos y privados para analizar las pruebas.
Además, llamó a dar prioridad a los pacientes con síntomas, y luego enfocarse en los que podrían estar infectados.
La directora urgió a los gobiernos a garantizar la asequibilidad de las pruebas para toda la población.
“Los test deberían ser gratuitos para los pacientes. Los precios altos crean una barrera entre el paciente y el tratamiento que necesita de manera desesperada. Necesitamos expandir el acceso para que todo aquel que necesita un test pueda acceder a ello”. Carissa F. Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).