Huehuetenango es el departamento que ocupa el nada envidiable primer lugar con la mayor cantidad de casos de niños con desnutrición aguda y crónica. Solo en lo que va de 2023 se ha reportado 640 niños menores de 5 años con desnutrición aguda de los cuales la semana pasada falleció uno.
Impulsados por estas alarmantes cifras, Castillo Hermanos instituyó el movimiento Guatemaltecos por la Nutrición el cual replanteó la revisión de las acciones que se han hecho para combatir el flagelo que afecta la vida de niños e impacta el desarrollo de las comunidades.
Ayer se materializó el primer paso del sueño de reducir las cifras de desnutrición crónica con la instalación en Huehuetenango del primer Campamento Nutrimóvil, que se localiza en la aldea El Injerto, en La Libertad, un lugar de difícil acceso habitado por unas 15 mil personas.
Este campamento tendrá la capacidad de atender a decenas de niños de El Injerto, así como de otras 15 comunidades que se encuentran en los alrededores.
El programa se estableció cinco objetivos: reducir en 5% de forma sostenida la prevalencia de desnutrición crónica en las comunidades de Huehuetenango, erradicar la mortalidad infantil por desnutrición aguda y generar condiciones que estimulen el crecimiento económico de las comunidades y familias beneficiarias del programa.
Además, estimular el cambio de conductas en el hogar que permitan una sostenibilidad de la recuperación nutricional y generar evidencia técnica para definir mejores estrategias para abordar la problemática de la desnutrición.
Atacar las causas no los efectos
Stuardo Sinibaldi, uno de los directores de Castillo Hermanos, explicó que la propuesta se centrará, no solo en la asistencia alimenticia, sino en atacar las raíces de la desnutrición, como la economía familiar, el saneamiento del hogar y el conocimiento nutricional.
Añadió que el campamento inaugurado ayer, también atenderá a comunidades de Cuilco, otro de los municipios de Huehuetenango con altos índices de desnutrición y que esperan inaugurar otros dos en el mismo departamento.
“Si podemos atacar la desnutrición en estos lugares se puede hacer en cualquier sitio del país”, subrayó Sinibaldi.
Por su parte, Guillermo Castillo, otro de los directores, señaló que “una de las cosas que más duelen en Guatemala” son los elevados niveles de desnutrición. El diseño del programa, agregó, contó con el aporte de especialistas de otros países para definir qué acciones se han hecho o se han hecho mal en la lucha contra este mal.
“Si ponemos esfuerzo y la humildad de reconocer que hay cosas que no estamos haciendo bien, podemos hacer la diferencia”, puntualizó.
Departamento golpeado
Diego Monzón, jefe de atención primaria de Salud de Guatemaltecos por la Nutrición, indicó que la inauguración del campamento comenzó un año atrás con visitas a las comunidades para escuchar cuáles eran las necesidades. Dijo que detectaron problemas de raíz comunes en las poblaciones y el objetivo ahora es atacar el fondo del problema y no solo el resultado, es decir la enfermedad.
Explicó que en las comunidades falta acceso a la salud, faltan insumos y personal y son lugares de muy difícil acceso. Además, la carencia de agua potable para prevenir enfermedades y el saneamiento ambiental también son de los problemas comunes.
Estas causas se pretenden atacar, así como promocionar el cambio de comportamiento en las comunidades.
Francisco robles, director área de Salud de Huehuetenango, expuso que el área norte del departamento es la más afectada por la desnutrición crónica y aguda, pero también por la mortalidad infantil y neonatal, por múltiples factores que van desde el acceso a agua potable, educación y la economía de las comunidades.
“Para nosotros es una bendición que Huehuetenango haya sido escogido como plan piloto”, expresó.