Incluso, en 2022, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) registró un total de 4 mil 509 temblores en el territorio nacional. De esa totalidad, solo 179 fueron sensibles para la población, es decir, el 4%, con magnitudes que van de 2.6 a 6.2.
Sin embargo, ¿Qué es lo que explica que en Guatemala tiemble tanto? Expertos guatemaltecos en sismología explican el por qué de los constantes movimientos telúricos.
Tanto Molina como Luis Arriola, técnico del Área de Sismología del Departamento de Investigación y Servicios Geofísicos del Insivumeh, coinciden en que, en términos generales, el territorio nacional está situado en tres placas tectónicas: Norteamérica, Caribe y Cocos, y los movimientos entre estas son los que determinan los sismos.
¿Cómo se producen los sismos?
Según el marco tectónico de Guatemala establecido por el Insivumeh, el contacto entre las placas de Norteamérica y Caribe es de tipo transcurrente. Su manifestación en la superficie son las fallas de Chixoy-Polochic y Motagua.
Mientras que el contacto entre las placas de Cocos y del Caribe es de tipo convergente, en el cual la placa de Cocos se mete por debajo de la placa del Caribe (fenómeno conocido como subducción).
Este proceso da origen a una gran cantidad de temblores y formación de volcanes. El contacto entre estas dos placas está aproximadamente a 50 km frente a las costas del Océano Pacífico.
Esos dos procesos, a su vez, generan deformaciones al interior de la Placa del Caribe, que dan origen a fallas secundarias como Jalpatagua, Mixco y Santa Catarina Pinula, entre otras.
De acuerdo con Molina, donde más tiembla o que es sensible para las personas, es en las zonas cercanas a los límites entre las tres placas, es decir, donde hacen contacto la plaza de Cocos y del Caribe, y a su vez, la placa del Caribe con la de Norteamérica.
Según Arriola, la placa de Coco es oceánica y la placa del Caribe es continental, por lo que al no lograr la primera empujar por completo a la otra, se mete por debajo, fenómeno que se conoce como subducción.
A decir de Molina, el 70% del promedio de movimientos sísmicos que se registran anualmente en el país se producen por la subducción de la placa de Coco con la del Caribe. Según el Insivumeh, el contacto entre estas dos placas está aproximadamente a unos 50 kilómetros frente a las costas del Pacífico, y este proceso da origen “a una gran cantidad de temblores y formación de volcanes”.
En el caso del contacto de tipo transcurrente que se registra entre las placas del Caribe y de Norteamérica, Arriola explicó que eso se debe a que ambas placas se empujan una hacia un lado de la otra, limitados por el sistema de fallas del Motagua y Chixoy-Polochic. “Recordemos que la falla del Motagua fue por la que se produjo el terremoto del 4 de febrero de 1976”, explicó.
El estudio de los sismos en Guatemala
De acuerdo con el documento “Sismología en Guatemala, del Departamento de Investigación y Servicios Geofísicos del Insivumeh, por su origen, los sismos pueden ser artificiales, cuando son producidos por la actividad humana, por ejemplo, por explosiones derivadas de la minería, bombas nucleares, tráfico de vehículos, entre otros.
Mientras que los sismos naturales son los producidos por fuentes sísmicas que no pueden ser controlados por los humanos, como fallas geológicas, actividad volcánica y, en menor importancia, agentes meteorológicos tales como el oleaje del mar. Estas representan el mayor peligro o amenaza para la humanidad.
El estudio de los terremotos en un país ayuda reducir los daños que estos producen, y aun cuando no es posible saber cuándo y dónde ocurrirá el próximo terremoto, sí da certeza que ocurrirán más, a partir de la evidencia geológica, los registros históricos y la información instrumental.
En Guatemala, los primeros sismógrafos mecánicos fueron instalados en 1925. Posteriormente, a principios de la década de los años 70 se instalaron los primeros sismómetros electromagnéticos. Luego, en 1989 se adquirió el equipo y la tecnología adecuada para procesar en forma digital los registros sísmicos. Y a partir de 2012 se instalaron estaciones con sensores de banda y de movimiento fuerte.
Los parámetros principales de un sismo se identifican por el hipocentro (el punto del cual parten las ondas sísmicas y la profundidad), el tiempo origen (momento en que se generan las ondas) y el tamaño (magnitud). El epicentro es la proyección del hipocentro sobre la superficie de la tierra y se identifica únicamente con las coordenadas geográficas.
La magnitud de un temblor está directamente relacionada con la cantidad de energía liberada durante el movimiento en la falla, y se identifica por un número. La magnitud es única para cada sismo y no depende del lugar en que se mida. Por ejemplo, un sismo de magnitud 1, libera una energía equivalente un camión de dos toneladas viajando a 120.7 kilómetros por hora (km/h). De magnitud 3, son los sismos más pequeños comúnmente sentidos.
Cada evento sísmico tiene distintos efectos sobre una población o un sitio específico, dependiendo del tamaño (magnitud), distancia, profundidad a la que ocurren respecto a ellos y algunos otros factores (tipo de suelo y calidad de construcción, por ejemplo). Estos efectos se asocian a un valor determinado: el grado de intensidad, que se representan en números romanos que van del I al XII, llamada Escala de Mercalli Modificada (MM).
Principales eventos sísmicos en Guatemala
De acuerdo con el Departamento de Investigación y Servicios Geofísicos del Insivumeh, estos son los principales eventos telúricos ocurridos en los últimos dos siglos en Guatemala:
Siglo XX
- Terremoto de 1902: ocurrido el 18 de abril, con una magnitud de 7.5, y que ocasionó daños principalmente en Quetzaltenango y Sololá. Hubo reportes de aproximadamente 200 muertes.
- Terremoto de 1913: registrado el 8 de marzo y tuvo como principal acontecimiento la destrucción de Cuilapa, Santa Rosa, con reporte de muchas víctimas.
- Los terremotos de 1917 y 1918: En realidad no fueros dos sismos, sino una serie, posiblemente un enjambre, en el cual las condiciones se prestaron para reconocer estos dos eventos como los más importantes. El 27 de noviembre de 1917 se hizo sentir un fuerte evento en las proximidades de la capital, principalmente en Villa Nueva, y el 24 de enero de 2018, un nuevo movimiento sísmico reportó bastantes daños.
- El terremoto de 1942: El 6 de agosto se registró el terremoto de mayor magnitud hasta la fecha, 8.3, y que provocó daños considerables en casas, edificios y derrumbes de carreteras, en diferentes varios municipios de al menos 14 departamentos.
- El terremoto de 1959: Se registró el 20 de febrero y es considerado como uno de los eventos destructores, sobre todo en el norte del país, en poblaciones como Ixcán, Quiché.
- El terremoto de 1976: El evento de 1942 ha sido el de mayor cantidad de liberación de energía del siglo pasado, pero no ha sido el más destructor. El movimiento telúrico que más estragos ha causado hasta ahora es el terremoto de 1976, registrado el 4 de febrero con una magnitud de 7.5. Causó la muerte de al menos 25 mil personas y 75 mil heridos, se estima que las pérdidas económicas superan los US$1 mil 200 millones.
- El terremoto de Uspantán en 1985: Registrado el 11 de octubre, se considera un evento importante por haber destruido una cuidad casi por completo. Con una magnitud 5.0, es posiblemente el evento de menor magnitud con efectos destructores.
- El terremoto de Pochuta en 1991: Registrado el 18 de septiembre, con una magnitud de 5.3, en la región suroeste de Chimaltenango, lo cual causó destrozos de por lo menos el 80% de la población de San Miguel Pochuta. En las siguientes 24 horas registró por lo menos 436 réplicas que oscilaron entre magnitudes 0.6 y 4. El saldo final fue de 25 personas muertas, 185 con heridas de consideración y 2 mil 300 viviendas destruidas.
- El terremoto de Tucurú de 1995: 19 de diciembre a las 14:56 horas, se registró un sismo de magnitud 5.3. Una persona falleció y varias más resultaron heridas por derrumbes. Se reportaron algunas casas dañadas en San Miguel Tucurú y Tamahú, Alta Verapaz.
- El sismo del 10 de enero de 1998: Se produjo el 10 de enero con una magnitud 5.8. Este evento inició una serie de réplicas que se extendieron hasta el 20 de enero. Todos los eventos sísmicos tuvieron sus epicentros en la zona de subducción, frente a las costas
- de Retalhuleu y Suchitepéquez. Esta actividad produjo aproximadamente 600 sismos entre el 10 y el 12 de enero, de los cuales 24 fueron reportados como sensibles. Hasta el 20 de enero se reportaron 35 sismos sensibles, con magnitudes entre 3.3 y 5.8.
- Este enjambre sísmico produjo daños en Quetzaltenango, Retalhuleu, Suchitepéquez, San Marcos, Sololá, Totonicapán, Escuintla y la Ciudad Capital. También fue sensible en Huehuetenango, Alta Verapaz, Baja Verepaz, Santa Rosa; Tapachula, México; y en El Salvador.
- El sismo del 11 de julio de 1999: Sismo de magnitud 6.1 con epicentro en el Golfo de Honduras, en el extremo oriental de la Falla del Motagua, en donde se denomina Fractura de Swan. Fue reportado sensible en todo el territorio nacional. Causó daos en puentes, muelles, carreteras y viviendas, en Izabal.
Siglo XXI
- Terremoto de El Salvador, año 2001: Registrado el 13 de enero, con una magnitud de 7.6 frente a las costas de El Salvador. Fue sensible en toda Guatemala, y provocó daños a escuelas y casas en el suroriente del país. Se reportaron 8 muertes por deslizamientos.
- El sismo del 7 de noviembre de 2012: Se registró con una magnitud de 7.4 frente a las costas de Retalhuleu a una profundidad de 33 km aproximadamente, sensible en todo el territorio nacional, afectando principalmente la región suroccidental y occidental del país, causando los peores daños desde el terremoto de 1976. El saldo fue de 45 personas fallecidas y se tuvo el recuento de 133 municipios afectados de 11 departamentos.
- El sismo del 6 de septiembre de 2013: Se produjo un sismo de magnitud 6.4 con epicentro en el departamento de San Marcos, y sensible en la mayoría de los departamentos del país. Produjo daños considerables a viviendas y a algunos tramos carreteros, principalmente en los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango, Suchitepéquez, Retalhuleu y Sololá. Posteriormente se produjo una serie de sismos considerados como réplicas en el transcurso de una semana.
- El sismo del 7 de julio de 2014: Con una magnitud de 6.9 y epicentro en territorio mexicano cercano a la frontera con el departamento de San Marcos. Se registraron daños importantes en viviendas y fueron afectadas un buen número de personas de manera directa o indirecta en los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango, Huehuetenango, Totonicapán, Sololá, Retalhuleu y Suchitepéquez.
- El sismo del 16 de febrero de 2022: Con una magnitud de 6.2, se generó en la zona de subducción, posiblemente en la región inferior de la zona de contacto entre las placas de Cocos y del Caribe. El epicentro se ubicó en el departamento de Escuintla, cerca de Suchitepéquez.