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Por qué el vertedero de Amsa es un problema de 33 municipalidades y 26 mil toneladas de basura
El incendio que ocurre en el vertedero de Amsa, en el kilómetro 22 de la ruta al Pacífico, vuelve a poner en el debate la creación de un nuevo espacio para depositar los desechos sólidos.
Esta es una foto con el dron de Prensa Libre y muestra las dimensiones del incendio que ocurre en el vertedero del kilómetro 22, ruta al Pacífico, y que está a cargo de Amsa. (Foto Prensa Libre: Carlos Hernández Ovalle).
El vertedero ubicado en el kilómetro 22 de la ruta al Pacífico está a cargo de la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (AMSA) llegó a su fin. El 4 de abril se venció la licencia de funcionamiento.
A partir de ahora se debería cerrar escalonadamente, algo que se ha intentado hacer desde hace más de 10 años, y en 2019 fue ya razón de ordenanzas presidenciales y ministeriales que nunca se han ejecutado en su totalidad.
Un incendio que ocurre desde el sábado 6 de abril pasado, y que dos días después ya está al 50 por ciento controlado, ha vuelto a poner en el debate sobre qué se debe hacer con el tratamiento de la basura en el área metropolitana del departamento de Guatemala.
Al vertedero de Amsa, que nació en los inicios de 2000, llegaban en principio los desechos del municipio de Villa Nueva, quien según el último registro oficial es quien más lo usa.
De las más de 26 mil toneladas al mes que se trasladan al botadero del kilómetro 22, el 40.14 por ciento es de la comuna villanovana. Es decir, unas 12 mil toneladas corresponden a Villa Nueva.
La segunda comuna que dispone su basura en este vertedero es la de Amatitlán, con el 19.41 por ciento y le siguen la de San Miguel Petapa con el 9.88% y Villa Canales con el 6.71. La municipalidad de la Ciudad de Guatemala cierra ese top cinco con el 4.25 % de uso.
En total son 33 municipalidades las que disponen su basura en el lugar. De estas la de Palín, Escuintla, alcanza el 5.36 % del total y San Lucas, Sacatepéquez, el 3.87%.
Incendios
En febrero de 2021 ocurrió uno parecido y encendió las alarmas para las autoridades que administran este espacio y las municipalidades que integran la Mancomunidad del Sur.
Sin embargo, desde el fin de semana recién pasado, el 6 de abril de 2024, volvió a ocurrir un incidente, quizás, de mayor envergadura.
Las dimensiones alarmantes del incendio hacen que hasta este lunes 8 de abril se siga intentando combatir las llamas. Y la situación vuelve a girar en torno al cierre y traslado a otro lugar.
Este vertedero tenía como fecha final para su cierre el 4 de abril. Todo esto tras un largo período de discusiones que alcanzaron a entidades del Organismo Ejecutivo y al mismo Legislativo que se planteó necesidades que revelaron los alcaldes agrupados en la Mancomunidad del Sur.
De hecho, la anterior administración de Villa Nueva, aseguró que tenían un terreno ideal para trasladar el botadero municipal, pero nunca se concretó. Se intentó conocer la versión del nuevo alcalde, Minor Morales Zurita, pero su equipo de comunicación no confirmó poderle entrevistar.
Obligado cierre
Edwin Castellanos, investigador del Centro de Estudios Ambientales y de Biodiversidad (CEAB) de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) recuerda que hace 20 años llegaba con sus alumnos a este vertedero, porque es el “que mejor se ha manejado y es el que más se parecía a un relleno sanitario”.
Pero en la actualidad, analiza, “se debió cerrar desde hace mucho tiempo. Se debió buscar otro lugar para abrir otro vertedero”.
Según Castellanos “el basurero se rebalsó, se nota en el incendio, se logra mirar la basura en una montaña sobre el nivel de la carretera”.
El primer problema que ve es que no se cerró a tiempo y el segundo: “El manejo de la basura ya no fue el adecuado. Tampoco se han controlado los lixiviados, que son sustancias líquidas que circulan entre los residuos que se encuentran principalmente en el vertedero”.
El inconveniente es que se dejó de hacer. “La basura debe enterrarse, se le debe colocar una capa de tierra encima. Así funciona un relleno sanitario, con sus celdas separadas. Esto evitaría lo que ocurre ahora mismo”, expresa.
“Otro tema importante es controlar los gases que la basura produce. Por ejemplo, el gas metano, que es inflamable, y provoca incendios”, según Castellanos.
El especialista asegura que en un relleno sanitario bien manejado “se debe introducir tuberías para ese gas salga a la superficie”.
Al final, puntualiza, hay dos opciones. O se quema o se colecta para que usarlo. “Se puede colectar como gas para cocinar en un conjunto de viviendas cuando se coloca la tubería”.
En los últimos años, recuerda, no se hizo. Antes sí lo tenía. “La basura al descomponerse genera calor y gas inflamable. Y eso desata los incendios”, expone.
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En general, dice Castellanos, cualquier basurero que no se maneja adecuadamente se incendia. “En 2021 pasó en el de Amsa, y hace unos cinco años en el de la zona 3 de la Ciudad de Guatemala”, refiere.
Otro problema, que tampoco se han tratado los lixiviados, y eso provoca contaminación en el medio ambiente.
“El problema siempre ha sido que se habla del tema cuando ocurre un incendio. Pasa la emergencia, y luego se olvida todo. Eso no puede pasar más”, puntualiza Castellanos.
Acciones
Por ahora las tareas de los cuerpos de bomberos serán cruciales, pero también que el gas metano se termine, manifiesta Castellanos.
Una vez controlado el incendio, comenta, será cerrarlo lo antes posible para trasladarlo a otro lugar, añade el investigador del CEAB de la UVG.
“En lo que se cierra o traslada”, explica, “se debe poner tubería que salga a la superficie y no se quede en el fondo. Lo difícil es cuando coloque la basura”.
La decadencia
El vertedero del kilómetro 22 comenzó a tener problemas, según Castellanos, en el 2015, con el gobierno de transición. “Hubo problemas de presupuesto ni maquinaria. Ahora no se ha invertido lo suficiente, no se ha manejado adecuadamente la basura”, expone.
El buen manejo de la basura asegura el experto, requiere de inversión y dinero. “Lo que pagamos para que recolecten la basura no es suficiente. Uno debe pagar más. Lo que uno paga es lo que cuesta el camión que la traslada, pero no el tratamiento”.
“En otros países, se incluye en el precio el transporte y el tratamiento de los desechos para pagar la maquinaria y a los trabajadores.
Gente capacitada
Para el exministro de Ambiente, Sidney Samuels, los problemas del vertedero son por la calidad de personas que se han contratado para manejarlo.
“No se le ha dado la atención para resolver estos problemas. Se ha contratado a personas que no saben del asunto y eso complica todo”, expone Samuels.
“Hay que poner a personas que tengan la capacidad para manejar este tipo de proyectos”, resalta.
El exfuncionario asegura que se le debe prestar mucha atención al vertedero de Villa Nueva, trasladarlo lo antes posible a otro espacio.
El problema ambiental que genera el vertedero de Amsa es grande, y se debe atender de la forma más efectiva, y en el tiempo más reducido. “Mientras tanto muchos afluentes siguen corriendo serias amenazas”, resalta.