De acuerdo con los Archivos de la PN, la institución castrense se encargaba de la persecución y desaparición de “los enemigos de las dictaduras militares”.
Veinticinco años después de su fundación, la Policía Nacional Civil (PNC) se enfrenta a los altibajos propiciados por los gobiernos de turno, que la han usado como han querido, desde desmantelar sus cuadros, en la década del 2000, hasta formar escuadrones para limpieza social, en 2004. Lo último, en 2018, destruir la carrera policial que con esfuerzo se había retomado desde 2009.
La PNC se ha enfrentado no solo a la falta de voluntad política para darle independencia plena, sino que, entre el reciclaje que se hizo antes de su formación, exagentes de la PN y GH optaron no solo por vincularse con estructuras del crimen organizado, sino que desde adentro cooptaron una institución que nació con mucha ilusión de los guatemaltecos.
Un editorial de Prensa Libre, de marzo de 1999, en ocasión de la presentación del noveno informe de la Comisión de Verificación de la ONU para Guatemala, (Minugua), señalaba un estancamiento en el respeto a los derechos humanos, luego del progreso que se observaba en esa materia tras la firma de la paz, al tiempo que se acusaba a la PNC de violaciones y excesos.
El señalamiento de Minugua contra la Policía coincidía con denuncias de conductas impropias de agentes de ese cuerpo policial en los últimos meses y con el incremento de la violencia, representada, como se indica en el informe, en “ejecuciones extrajudiciales, amenazas y torturas, y varios asesinatos cuyas circunstancias y características alientan la hipótesis de la motivación política”.
En 2022 pareciera que el panorama es parecido, aunque a lo interno de la institución se hacen esfuerzos por cambiar la situación.
Pesa el poder militar
Helen Mack, excomisionada para la Reforma Policial, asegura que la creación de la PNC supuso que “no estuviera bajo la bota de los militares, porque eran dos doctrinas distintas, dos cuerpos distintos; sin embargo, por razones obvias de corrupción, nunca permitieron que se profesionalizara como requería”.
Mack señala que desde los acuerdos de paz nunca se logró un presupuesto acorde y una profesionalización en las diversas especialidades, tanto administrativas como técnicas.
“Se quedó con la Academia, pero nunca hubo una instancia que preparara una escuela de oficiales, que profesionalizara en su especialidad y tampoco que les diera un presupuesto ideal”, añade.
Para Mack, “siempre hubo un presupuesto, de esos escondidos, a la Policía, que eran las plazas fantasma de los soldados. Pero todo tiene que ver con los contratos de seguridad. Por más que los policías quieran cambiar su situación, no se puede, porque ni siquiera está reconocida por la Constitución”.
El Gobierno y la guerrilla convinieron en 1996 la creación de la PNC, profesional, y con el rango constitucional que menciona Mack, “para garantizar que fuera el único cuerpo policial armado del Estado con competencia nacional, y con la función de proteger y garantizar el ejercicio de los derechos y las libertades de las personas, además de prevenir, investigar y combatir el delito y mantener el orden público y la seguridad interna”.
Una consulta popular en 1997 rechazó modificar la Constitución y con ello se cayó la posibilidad de sumar los acuerdos de paz, entre ellos el relacionado con la PNC.
“No es falta de voluntad de los policías”, dice Mack, “sino que son asuntos políticos, porque hay muchos buenos elementos en la institución que buscan transformarla”.
Para la excomisionada, la PNC es hoy una PN, porque no hay policías dirigiendo la institución. “Siempre hay un militar a la cabeza. Entonces, sin esa independencia, cuál es su autonomía, ¿dónde está su autoestima?”, cuestiona.
#Ahora | Corte Suprema de Justicia otorga amparo provisional a @PDHgt @JordanRodas y deja en suspenso el oficio emitido por @mingobguate y ordena a las autoridades que garanticen las medidas de seguridad para el resguardo y la conservación de los documentos del Archivo de la PN. pic.twitter.com/3RQAqtI47z
— Prensa Libre (@prensa_libre) June 8, 2019
El director de la PNC, Héctor Hernández, no está de acuerdo con la opinión de Mack respecto de la injerencia del Ejército.
Asegura que “hay mucha madurez” y que hoy tienen “mucha relación con el Estado Mayor, la sección de operaciones”, porque les han apoyado para fortalecer la seguridad en algunos puntos donde hay mayor incidencia criminal”.
Pone como ejemplo los conflictos entre Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, en Sololá, y en Tajumulco e Ixchiguán, San Marcos, donde han surgido grupos vinculados con el crimen organizado y el narcotráfico.
“Ellos están conscientes de que su papel es más de prestarle seguridad al policía porque saben que tampoco han formado a sus elementos para ese acercamiento comunitario”, resalta el director.
Para el ex subdirector de Investigación Criminal de la PNC, Stu Velasco, la finalidad de la institución, más allá de desplazar al Ejército de las tareas de seguridad, es que cada quien asuma el rol que le corresponde en atención a sus capacidades y naturaleza enmarcada en los Acuerdos de Paz.
“Es oportuno recordar que en junio de 2017 el presidente Jimmy Morales ordenó el retiro del ejército de las calles porque sobre la base de estudios y resultados reales se determinó que era la PNC quien planificaba, lideraba y brindaba seguridad ciudadana en todo el territorio nacional”, recuerda.
Sin embargo, reflexiona, cinco años después se vuelve a esta práctica. Entonces la pregunta es ¿Qué se ha hecho diferente para que hoy, con más agentes de PNC, se recurra al clásico patrullaje que de alguna forma es ultra conocido por el crimen organizado y sabe cómo evadirlo?
Velasco refiere que es necesario fortalecer las capacidades de investigación criminal, de inteligencia policial y tecnología .
“Deben asumirse los nuevos desafíos de la delincuencia transnacional y del crimen organizado. Y sobre todo comprendiendo que un proceso de Reforma Policial, nunca debe detenerse, debe ser constante, recurrente, con apoyo presupuestario orientado a fortalecer la institución de una forma real y estructural”, justifica.
El exministro de Gobernación, Carlos Menocal, valora la creación de la PNC, que proviene del Acuerdo de Fortalecimiento del Poder Civil y la Función del Ejército en una Sociedad Democrática.
“Considero que el perfil institucional de la PNC se ha mantenido dentro del concepto de seguridad democrática, a pesar de los tropiezos que ha tenido en estos años”, expresa.
Pero el exfuncionario está consciente de que el Ejército ha mantenido una injerencia en la PNC y como ejemplo se refiere al Consejo Nacional de Seguridad, creado con la Ley Marco de Seguridad Democrática.
“En este ente funciona más la lógica militar que la civil. La inteligencia militar se sobrepone a la civil. Entonces, el aporte de la PNC, lo civil, pasa a un segundo plano”, dice Menocal.
El exministro puso como ejemplo la fotografía oficial de la conmemoración del 25 aniversario de la PNC. “Hay más militares que policías. Sigue siendo una fuerte incidencia, y esto se marcó más desde el período del Partido Patriota, aunque hay que reconocer que Mauricio López les abrió más espacios a los miembros de la PNC que los siguientes ministros, no digamos los gobiernos de Jimmy Morales y Alejandro Giammattei”, apunta.
Para el exjefe del Interior Francisco Rivas, uno de los mayores logros de la PNC es que durante el período en que se ha encargado de la seguridad interna del país logró la reducción de la violencia homicida.
Rivas valoró que aquellos 40 homicidios por cada cien mil que ocurrían antes de la PNC se redujeron a 16. “Ahí están los números. La Policía ha crecido significativamente, mientras que el Ejército se quedó prácticamente estancado en una labor de seguridad ciudadana netamente operativa”, indica.
“Creo que ha sido demostrado con números concretos que la PNC ha asumido su papel histórico y ha logrado reducir la violencia homicida. Obviamente ha contado con el apoyo del Ministerio Público, el Organismo Judicial, el Instituto Nacional de Ciencias Forenses y el Instituto de la Defensa Pública Penal”, asevera Rivas.
Menocal concuerda con Rivas en cuanto al logro de la reducción de la violencia homicida a partir de las funciones de la PNC. “En estos 25 años, a pesar de las dificultades, el trabajo de la policía, en particular de la investigación criminal, ha logrado reducir, en 10 años, la tasa de homicidios”, expresa Menocal.
Agrega: “Es importante resaltar este dato porque, a pesar de los cambios de gobierno, de directores o dirección, hay institucionalidad, han logrado mantener esa fortaleza en el esquema de investigación criminal y de delitos contra la vida”.
Para ex subdirector de investigaciones “los nuevos desafíos para la seguridad son el narcotráfico, que cada vez se posiciona más en las áreas fronterizas del país. “Es ahí en donde un Ejército profesional y transparente debe acudir y cerrar realmente esas rutas de la delincuencia transnacional que cada vez los carteles van tomando impunemente para el trasiego de sus ilícitos”.
“Al final son instituciones que que enfocadas en su competencia deben trabajar en conjunto para brindar seguridad interna y externa a la nación”, resalta Velasco.
Helen Mack concuerda en que, si se dejara trabajar con total independencia a la PNC, los resultados serían mayores.
“Me alegra que les hayan dado un poco de independencia, de reconocimiento, pero es evidente que hay manos que no la sueltan, no la dejan operar con la libertad que requiere. Estoy segura de que hay policías que añoran eso, los buenos policías, que son muchos, sin duda”, señala Mack.
“El problema no es la institución policial como tal, son las otras instituciones que jamás salen de ahí y que son las que bloquean que la PNC se profesionalice”, agrega.
Mack considera que, así como tratan al Ministerio de Salud, que le quitan dinero para dárselo a otras carteras, hacen con la PNC. que siempre ha sido un comodín para apoyar a otros entes del Estado.
El golpe de 2018
En medio de la crisis que provocó la expulsión de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala por parte del gobierno de Jimmy Morales, la PNC fue nuevamente víctima de decisiones políticas que la llevaron a un desmantelamiento de mandos superiores y el boicot a la carrera policial.
El exministro Rivas ve ese episodio como “una deuda del Estado porque la administración de gobierno anterior, en los últimos dos años, cortó los procesos de profesionalización y de especialización que se habían alcanzado”.
“Fueron prácticamente destruidos, al haber sido destituida en forma arbitraria toda una camada de los mejores agentes y no se continuó con procesos académicos y de profesionalización”, recuerda.
Menocal también señala que en esa administración “desbarataron estructuras muy sólidas, con alta formación y capacitación histórica dentro del esquema de investigación criminal, la investigación policial”.
“Se desbarataron direcciones como la de niñez y adolescencia, trata, lavado, crimen organizado, pandillas. Destituyeron a comisarios y oficiales que en este momento no pasan de 40 años y que fueron formados durante más de 10 años en Corea, Estados Unidos, México, Colombia y Alemania, entre otros” países, lamenta.
Señalar a una o dos personas nada más “no se me hace justo porque uno conoce institucionalmente cómo han sido los procesos”, señala el actual director de la PNC.
El asunto, al final, responde a una serie de factores en los cuales los cursos de profesionalización dejan de ser prioridad por aspectos presupuestarios.
“De 2017 al año pasado tuvimos el mismo presupuesto, y eso obligaba a que todo lo que iba en relación a personal se quedara sin efecto porque la nómina no puede dejar de pagarse y el crecimiento institucional sigue dándose.
Entonces los cursos de profesionalización quedaron a un lado. Obviamente que había que gestionar de mejor manera y entiendo que esa parte y no se realizó”, recuerda.
Aun con esos antecedentes y que en los últimos meses se sigue arrestando a agentes vinculados con el crimen organizado o prácticas de corrupción, el director policial asegura que en las filas hay esperanza de que pueda haber cambios para que la población confíe en la institución.
Reconoce que hay malos elementos, que son una minoría, y que luchan por dignificar la labor, profesionalizar a sus cuadros y respetar la carrera policial por medio de un proyecto al que han denominado Transformación Policial, el cual sustituirá a la reforma policial.
Stu Velasco, que vivió en primera fila la situación de la PNC, considera valioso que durante más de dos décadas esta entidad se ha hecho cargo de enfrentar los principales desafíos del crimen organizado mediante operaciones de seguridad ciudadana y desarrollo de investigación criminal.
Con ello han llevado a responsables de delitos ante los tribunales de justicia bajo un modelo de seguridad democrática que respeta la Constitución Política de la República y los derechos humanos de las personas.
“Es la única institución mixta que sostiene al sistema de seguridad interna del país y al sistema de justicia, todos los casos penales que conoce los tribunales tienen como base una investigación criminal desarrollada por la PNC”, expresa.
Los desafíos, dice Velasco, son retomar el proceso de Reforma Policial, que debe ser permanente y trascender gobiernos. “En profesionalización del talento humano, tecnología, infraestructura, dignificación laboral, procesos de inspectoría general en todo el país. Y se requiera de una nueva ley de PNC que los garantice”.
Velasco reconoció que ha habido aspiraciones de que se cree un ministerio de seguridad, pero ve más urgente una nueva ley de la PNC que le otorgue un blindaje político para evitar que cada gobierno y cada ministro de Gobernación decida cómo manejarla.
“Se requiere de un instrumento legal, un marco jurídico, para que ampare la naturaleza civil de la Policía Nacional, su manejo estratégico en seguridad interna acoplado a la seguridad del modelo de seguridad democrática y que le permita administrar su propio presupuesto y desarrollar sus propios planes y ejecutar el presupuesto en base a la comprensión de la criminalidad y las necesidades institucionales que ésta tiene”, finalizó.