En los rostros de los abuelitos y también de algunos niños enfermos, en los inaudibles rezos con los ojos cerrados, podía notarse la fe y devoción a la Virgen del Rosario, a quien acuden año con año para poner su vida en su regazo.
Justina González, de 85 años, dijo que llegaba al templo desde Ciudad Peronia, zona 8 de Villa Nueva, para pedirle salud a la Virgen, ya que ha estado muy enferma debido a una caída que tuvo en la que se fracturó las piernas.
“Uso bastón porque no puedo caminar sola, pero me siento muy feliz de venir al templo, porque tengo muchos años de conocer esta iglesia”, comentó emocionada doña Justina.
En tanto, Lázaro Revolorio Sazo, otro abuelito llegado también de Ciudad Peronia, dijo que año con año llega a visitar a la Virgen.
“Me siento contento y gozoso, porque hemos visto que hemos tenido muchas bendiciones cada vez que venimos a visitar a Nuestra Señora”, dijo esbozando una sonrisa mientras observaba la fachada del templo engalanada de colores.
Tradición de años
Carlos Krafka, miembro y comunicador de la Orden de Malta, dijo que esperaban a más de 200 enfermos y unos 300 acompañantes a la actividad, propia de Guatemala, con la que se espera atenderlos en la fe, de acuerdo con los preceptos de la Orden.
“Hay muchos enfermos que nos han comentado que pensaban que nunca más iban a poder venir a ver a la Virgen del Rosario, pero aquí están de nuevo, entonces nos da mucho gusto poderles dar la oportunidad de poder venir”, dijo
La Orden de Malta nació en el siglo XI con un hospital que atendía a peregrinos que iban a Jerusalén, por lo que la peregrinación se ha vuelto una tradición de muchos años, apuntó Krafka.
La Orden de Malta tiene presencia actualmente en 120 países en el mundo.
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