Sin embargo, las historias dramáticas de separaciones familiares tras este exilio salen a luz en los medios internacionales.
Es el caso del guatemalteco Selvin Pacheco, ahora ciudadano de EE. UU., quien residía en una ciudad de Kharkiv desde hace cinco años y donde se casó con su esposa, una ucraniana.
De acuerdo con un reportaje de Univisión Noticias, por indicaciones de la Embajada de Estados Unidos, tuvieron que salir recientemente con su esposa e hijas de ese país.
Pero no solo dejaron el país, dejaron su vida, dejaron familias, amigos a merced del pánico por los bombardeos rusos.
“Fue muy difícil convencer a mi esposa de salir. Nuestra familia allá está atrapada”, dijo con preocupación Pacheco desde California, EE. UU.
Contó que en Ucrania se quedó su cuñada, que está desaparecida y tienen varios días de no poderse contactar con ella.
Agregó que están preocupados, porque el pueblo en el que ella está estaba siendo bombardeado desde hace días.
Mientras que su suegra se encuentra en una ciudad que ya fue tomada por el ejército ruso y los ciudadanos están atrapados.
“Los soldados rusos les dicen que no pueden salir porque se tienen que convertir en ciudadanos rusos y no les dan otra opción”, contó el guatemalteco.
“Agarra a tus niños y salte de allí ahora”
Selvin relató que el 13 de febrero último cerraron la Embajada de Estados Unidos en Ucrania, y comenzaron a tener miedo y a vivir una pesadilla.
“Llamé a la Embajada de Estados Unidos en Polonia y me contestaron que se saliera de inmediato de allí”.
“Estaba en una ciudad fronteriza con Bielorrusia y me dijeron: ‘Agarra tus niños y salte ahorita'”, contó.
Explicó que su esposa no quería salir, porque es originaria de allí, de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, ya que todos pensaban que no iba a pasar nada, pero que luego cedió y les tomó mucho tiempo salir de la región.
“Salimos seis días antes de que comenzara el ataque… y nuestra ciudad quedó totalmente destruida”, enfatiza.
Univisión cuenta que Pacheco tiene dos hijas con su esposa Olana, una de 7 meses y otra de 3 años.
“Su historia es la misma de más de 600 mil ucranianos que ahora buscan un lugar seguro en el mundo, los estruendos de una guerra no provocada”, dice la cadena noticiosa.