La situación se agrava si se toma en cuenta que el número de graduandos creció un 16.61 por ciento respecto de los 148 mil 819 jóvenes que obtuvieron un título a nivel medio el año anterior.
Aunque no existen datos certeros sobre las ofertas laborales que año con año se ofrecen a jóvenes recién graduados, se estima que la disponibilidad de plazas es inferior a la creciente demanda de aspirantes a un cargo.
Estimaciones de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport) señalan que cada año se abren unas 35 mil plazas para jóvenes en centros de contacto o call centers. “Es necesario concienciar a los jóvenes para que aprendan a hablar inglés, pues el 60 por ciento de estas oportunidades requieren a personal bilingüe”, aseveró Óscar García, presidente de la comisión de outsourcing de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
En promedio, el Mineduc, que cuenta con 203 mil maestros contratados a escala nacional, abre unas dos mil plazas por año en el sector público, lo que resulta insuficiente para los 42 mil 428 nuevos maestros que habrá en el 2015. Aunque se cree que muchos trabajarán en el sector privado, cerca del 40 por ciento buscará una plaza por oposición en el sector público, según estimaciones de esa cartera.
Sin expectativas
De los 6.1 millones de guatemaltecos que integran la Población Económicamente Activa (PEA), 1.6 millones están comprendidos entre los 15 y 24 años, de acuerdo con la última Encuesta de Condiciones de Empleo, publicada por el Instituto Nacional de Estadística.
La tasa de desempleo —que toma a aquellas personas que durante más de cuatro semanas no logran emplearse ni por un día— es de 2.9 por ciento a escala nacional. Ese porcentaje se incrementa al 5.2 por ciento entre la población joven.
“El problema empeora si tomamos en cuenta que los jóvenes aceptan cualquier condición laboral y trabajan muchas veces en precariedad”, lamentó Violeta Hernández, investigadora del la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes).
El gobierno central creó en el 2013 el programa Mi primer Empleo, el cual pretendía que empresas contrataran a unos 50 mil jóvenes, cifra que, de acuerdo con Hernández, está aún muy lejos de alcanzarse.
Un estudio elaborado por Asíes señala que el programa era conocido solo por el 11 por ciento de las empresas privadas y solo el 4 por ciento de compañías habían decidido participar.
El estudio de Asíes refiere que del universo de graduandos solo un 20 por ciento en la capital consigue una plaza en el lugar donde realiza sus prácticas. Dicha cifra se reduce al 11 por ciento en la provincia, señala la investigación.
“Guatemala tiene que trabajar mucho en mejorar la inserción laboral en los jóvenes”, subrayó Hernández.
Pocos van a la U
Las posibilidades de un recién graduado se ven aún más mermadas si se toma en cuenta que una buena cantidad de ofertas de empleos son para universitarios y muchos jóvenes no tienen opción de acudir a una casa de estudios superiores.
Un reporte estadístico de la Universidad de San Carlos (Usac) indica que durante este año 175 mil 858 estudiantes se inscribieron en esa casa de estudios.
No obstante, de este universo solo 24 mil 858 son estudiantes de primer ingreso. Si se toma en cuenta que esa casa de estudios absorbe en promedio cerca del 50 por ciento de la población universitaria, la gran mayoría de los graduandos no llega a las aulas de estudios superiores.
Según el estudio de Asíes, del gran universo que ingresa a una universidad solo el 3 por ciento termina una carrera en las áreas de técnicos, profesorados y licenciaturas.
Por departamento
Guatemala es el departamento que aporta más graduandos, con una cifra de 56 mil 219, lo que representa un 32.39 por ciento del total de jóvenes.
Le sigue Quetzaltenango, San Marcos y Escuintla, en los que se graduarán 13 mil 397, 10 mil 294 y ocho mil 517 alumnos, respectivamente, lo que representa el 7.7, 5.9 y 4.9 por ciento del universo de egresados de educación media.
Este año se graduarán más de 13 mil estudiantes en establecimientos públicos, por cooperativa y privados en Quetzaltenango, quienes tendrán que luchar por obtener un empleo en los próximos dos años.
De ese número, el 68 por ciento de los estudiantes corresponde a establecimientos privados, el 29 por ciento a oficiales y tan solo el 3 por ciento a establecimientos por cooperativa.
La carrera predilecta de los jóvenes es el bachillerato, con seis mil 856, luego el magisterio con tres mil 284, peritos con dos mil 444 y de secretariado tan solo se graduarán 450 estudiantes, debido a que esa carrera ha perdido auge en los últimos años.
Formación pobre
Adán Pérez, exdirector departamental de Educación en Quetzaltenango, señaló que entre los problemas que enfrentarán los miles de recién graduados está la deficiente formación, porque no se les prepara de manera práctica para enfrentarse a la realidad de la vida laboral.
“No se prepara al estudiante para trabajar en áreas prácticas; no se les enseñan artes y oficios. Se gradúa un maestro y no encuentra trabajo, pero tampoco puede trabajar en panadería, carpintería o construcción”, expresó.
El exdirector agregó que “lo ideal sería una carrera teórica como el magisterio, pero con el extra de un oficio; esa carencia es una debilidad del sistema educativo”, resaltó.
Pérez señaló que la educación es solamente teórica, pero no se les motiva a aprender un oficio o a conocer cómo se forma una pequeña empresa.
“Es de reconocer que el desempleo es consecuencia de los pocos incentivos que tienen las pequeñas y medianas empresas, que son fuentes de empleo, pero que no tienen cómo generar más plazas”, indicó.
Pérez enfatizó en que la falta de nacionalismo en el país también es un factor que afecta a los estudiantes, porque algunos tienen la visión de salir de diversificado y buscar oportunidades migrando a Estados Unidos.
Posibilidades
El mercado laboral para los jóvenes es escaso y altamente reñido, por la cantidad de aspirantes. Los más de 173 mil estudiantes que se graduarán a nivel medio deberán disputarse las escasas 35 mil plazas que ofrecen los centros de contacto, las dos mil plazas que saca a oposición la cartera educativa y algunas ofertas laborales temporales.
Por esa razón, la gran mayoría de esa juventud recién graduada pasará de la celebración de un logro al despertar brusco de una realidad.
EN QUETZALTENANGO
Reducido mercado laboral
José Fajardo, director del Instituto Técnico Industrial de Quetzaltenango, dijo que por las carreras que se ofrecen en su establecimiento, al momento en que los alumnos hacen sus prácticas, algunos de ellos obtienen una oportunidad laboral. “Este año se gradúan 101 estudiantes, de los cuales 28 ya tienen un empleo en distintas empresas de Quetzaltenango. Como son graduados en carreras prácticas las empresas nos buscan como fuente de trabajadores. A los alumnos se les prepara para que forme su empresa, para que trabaje en una empresa o que continúe estudios en la universidad”, explicó Fajardo.
Quería ser publicista
Nancy Gómez se graduó de perito en Mercadotecnia hace dos años en un establecimiento privado. Pese a la poca confianza que tenían sus padres en la carrera, la joven la cursó.
Al momento de graduarse tenía la ilusión de trabajar en una empresa de publicidad; sin embargo, buscó empleo, pero no ha logrado ubicarse dentro del mercado laboral formal.
Entonces, la joven decidió ayudar a su mamá en la venta de alimentos en un puesto informal ubicado en la zona 7 de Xelajú.
Nancy tiene intenciones de seguir estudios universitarios el próximo año, pero solo si pasa las pruebas de admisión en la Usac porque no cuenta con los recursos para pagar una casa de estudios privada.