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Guatemala se sumó a la suspensión de clases en los centros educativos públicos y privados, donde hay cerca de 4.1 millones de estudiantes inscritos en los niveles de preprimaria hasta diversificado.
Este lunes se cumple una semana de que las escuelas y colegios lucen desiertos. El Ministerio de Educación (Mineduc) pone en marcha medidas para evitar que los escolares vean interrumpido su aprendizaje, sin embargo, el reto está en lograr que las áreas rurales también sean alcanzadas.
Se tenía previsto entregar guías de estudio a los padres de familia para que continuaran con el aprendizaje de los niños en casa durante los 21 días de cuarentena. Estas serían distribuidas en las escuelas, sin embargo, provocaría aglomeraciones en los centros, lo cual representa un riesgo de contagio.
Para evitarlo, el Mineduc trabaja ahora en material de las áreas de Matemática, Comunicación y Lenguaje, que serán difundidos a partir de este lunes a través de los medios de comunicación masiva.
“Esta semana salimos con la primera unidad de aprendizaje para los primeros cinco días de clases”, indica la ministra de Educación, Claudia Ruiz.
Se trabajarán unidades pedagógicas por semana para los estudiantes según su edad y el grado escolar que cursan. El contenido será en formato de cápsulas educativas y un mismo material se difundirá a través de la prensa, la radio y la televisión, también se compartirá por medios digitales.
El Mineduc ya cuenta con dos horas de espacio en el Canal de Gobierno y con tiempo de aire en la radio TGW -aún se coordinan los horarios- y se espera lograr alianzas con otros medios de comunicación para hacer llegar el material a los estudiantes y maestros.
Además, la cartera prepara material con la síntesis del contenido que se publicará en los medios de comunicación, el cual se entregará a los maestros cuando vuelvan al ambiente escolar, este les servirá para repasar con los estudiantes las competencias que se trabajen a distancia.
“Tenemos que ser creativos para poder llegar a los niños de la manera que podamos, y que el sistema educativo no se quede parado. A la ves estamos trabajando cápsulas con apoyo psicosocial para las familias”, dice la ministra.
Los retos en el área rural
Unesco menciona que interrumpir el aprendizaje pone en evidencia las desventajas de los estudiantes poco favorecidos, que tienen menos oportunidades educativas fuera de la escuela.
En las áreas rurales el acceso a la prensa, la televisión y la radio es limitado, lo que complicará que los estudiantes reciban los contenidos que el Mineduc compartirá.
De esa cuenta, los niños que están en comunidades alejadas tendrán que ser atendidos cuando se incorporen de nuevo a las aulas. Técnicos del Mineduc trabajan en unidades didácticas especiales que serán trasladadas a los maestros cuando se reanuden las clases.
En el reinicio del ciclo escolar, los docentes tendrán que usar ese contenido para desarrollar las competencias que los niños no alcanzaron durante la cuarentena. A los estudiantes se les entregará ese material impreso.
“No tenemos otra forma de llegar a ellos, lamentablemente somos un país con muchos desafíos en el tema la tecnología, con la electricidad, pero trataremos de llegar a la mayor cantidad de niños. Son 2.5 millones, entre preprimaria y primaria”, dice Claudia Ruiz, ministra de Educación.
Una preocupación de la cartera son los niños que cursan el primer grado de primaria, pues al concluir este nivel los estudiantes deben leer con fluidez y comprender lo que leen, según el Currículo Nacional Base (CBN).
La interrupción de las clases debilitará este proceso que de por sí no se consigue. Un estudio desarrollado por la Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa (Digeduca) del Mineduc, publicado en el 2018, desveló que solo uno de cada diez niños en el sector oficial logró ese nivel de desempeño.
“Ahorita cualquier esfuerzo que hagamos es bueno, no nos podemos quedar de brazos cruzados, pero si estamos preparando estrategias curriculares especiales para poder llegar a aquellos niños de las comunidades rurales”, agrega Ruiz.
Quienes tienen acceso a internet, en la página del Ministerio aparecen publicadas gruías de autoaprendizaje para estudiantes y guías especiales para los maestros, que tienen todas las competencias que se requieren por niveles, esto les permitirá mantenerse al día mientras dure esta emergencia.
No se tiene claridad de cuántos días podría durar la suspensión del ciclo lectivo, por lo que Ruiz no descarta que tanto establecimientos públicos como el sector privado tengan que reponer días de clases para alcanzar los 180 requeridos.
Incertidumbre entre los docentes
Maestros de Huehuetenango dicen desconocer estos planes del Mineduc. Hasta ahora lo que saben es que las escuelas abrirán hasta después de Semana Santa.
“A los patojos no les avisaron nada, pues el mensaje (del presidente Alejandro Giammattei) fue el viernes y el lunes ya no llegó nadie”, menciona uno de los docentes. Fue por cadenas de mensajes en redes sociales que algunos lograron comunicarse con los padres de familia para que no enviaran a sus hijos a estudiar.
En Santa Rosa sucede los mismo, los docentes no tienen información de parte del ministerio sobre lo qué deben de hacer para que sus estudiantes continúen aprendiendo durante los días de la cuarentena.
“No hay clases por 21 días, los maestros estamos en nuestras casas y no sabemos nada del Mineduc. Nosotros, de plano, trabajaremos hasta noviembre, tal como está la situación del coronavirus”, señala una docente.
A los educadores les preocupa que durante estas semanas tenían que hacer las evaluaciones del primer bimestre. Hay incertidumbre de lo que pasará con el proceso de enseñanza, y de que funcione la difusión de las capsulas educativas a través de los medios de comunicación, principalmente en las áreas rurales.
“Lo de la radio no funcionará porque (los niños) no escuchan ese medio, además no tienen la cultura de leer”, agregan.
Días sin alimentación escolar
Unicef señala que muchos niños dependen de la comida escolar gratuita para una nutrición saludable, y cuando las escuelas cierran, la nutrición se ve comprometida.
En Guatemala, la alimentación escolar es un beneficio que los estudiantes del sector público de preprimaria y primaria reciben en las aulas. Son 2.5 millos de niños que durante esta cuarentena ya no tendrán ese plato de comida, que para muchos hogares de escasos recursos representa una ayuda para saciar el hambre de sus hijos.
La intención del Mineduc es que el programa continúe en medio de esta crisis, y según Ruiz, trabajan en una propuesta que se espera sea aprobada por las autoridades de gobierno, para que el beneficio llegue a los niños durante el cierre de las escuelas.
Medidas en establecimientos privados
Los establecimientos privados de todos los niveles educativos deben presentar a las Direcciones Departamentales el plan de cómo trabajarán con sus estudiantes para que no pierdan días de clases por la cuarentena.
Hasta ahora muchos se han valido de plataformas digitales o de las redes sociales para compartir el contenido que sus alumnos deben desarrollar mientras permanezcan aislados en sus casas por disposición gubernamental. La intención es que no se atrasen en el aprendizaje para no reponer días de clases al final del ciclo electivo.
Aunque no todos tienen la capacidad de hacerlo. Diana Brown, presidenta de la Asociación de Colegios Privados, indica que para los colegios pequeños puede representar un reto hacerlo, porque no cuenta con servicio de banda ancha para enviar la información y conectarse con sus estudiantes, pero pueden asignarles tareas para que las entreguen al reanudarse las clases, pues se debe seguir con el proceso educativo.
Ante la pregunta ¿cómo garantizar que los colegios cumplan con mantener a sus estudiantes al día con la práctica de enseñanza? Brown dice que hacer una supervisión directa a cada establecimiento es un reto, y la instrucción es informar al Mineduc lo que están haciendo para continuar con las clases en casa.
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Para mitigar el impacto
La Unesco plantea varios puntos a considerar para evitar el impacto que la interrupción del ciclo escolar puede tener en los estudiantes, y para que que las autoridades educativas de cada país tomen en cuenta y se anticipen con acciones oportunas:
El aumento de la deserción escolar es un desafío, pues se debe garantizar que los niños y jóvenes regresen a las aulas después de que pase esta emergencia. En Guatemala el año pasado desertaron de las aulas 207 mil 540 estudiantes.
Las escuelas son centros de actividad social e interacción humana y cuando las escuelas cierran, muchos niños y jóvenes pierden el contacto social que es esencial para el aprendizaje y el desarrollo, lo que Unesco recomienda tomar en cuenta.
Con el cierre de las escuelas, es a los papás a quienes se les pide guiar a sus hijos en el aprendizaje en casa, pero para padres con educación y recursos limitados esto se dificulta, un punto a considerar.
Entre la comunidad educativa hay acceso desigual a los portales de aprendizaje digital, pues no todos tienen a su alcance la tecnología o la conectividad a internet, y se convierte en un obstáculo para el aprendizaje.