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Aplican el método Suzuki en Guatemala como disciplina que convierte la habilidad en compromiso

Este enfoque pedagógico, además de desarrollar habilidades musicales,  fortalece vínculos familiares.

MƒTODO SUZUKI. Para la edici—n dominical se programa un reportaje sobre el MŽtodo Suzuki para aprender a interpretar un instrumento. Para ello, se han realizado varias entrevistas. En la imagen, la Asociaci—n Ri Nab'ey Qach'abal, "Nuestra lengua materna", es una asociaci—n que con el MŽtodo Suzuki ense–a a grandes y peque–os aprender instrumentos. Ni–os y ni–as en el nivel medio.

Juan Diego Gonz‡lez.  260124

MƒTODO SUZUKI. Para la edici—n dominical se programa un reportaje sobre el MŽtodo Suzuki para aprender a interpretar un instrumento. Para ello, se han realizado varias entrevistas. En la imagen, la Asociaci—n Ri Nab'ey Qach'abal, "Nuestra lengua materna", es una asociaci—n que con el MŽtodo Suzuki ense–a a grandes y peque–os aprender instrumentos. Ni–os y ni–as en el nivel medio. Juan Diego Gonz‡lez. 260124

Diego Alejandro Curup tiene 9 años y sabe tocar la viola y la marimba, y tiene conocimientos de piano. Durante varios años ha estado inmerso en un ambiente musical que le ha permitido ejecutar estos instrumentos desde los 3 años.

Su madre, Norma Mutz, es la secretaria de la junta directiva de la Asociación Ri Nab'ey Qach'abal (ARNQ), que se dedica a la enseñanza musical a través de la disciplina de la lengua materna o más conocido como método Suzuki.

Desarrollado por Shinichi Suzuki, este método es un enfoque pedagógico centrado en el aprendizaje musical desde una edad temprana, fomentando la educación musical a través de la escucha y la repetición, similar a como los niños adquieren su lengua materna.

Suzuki basó su método en la teoría de que la habilidad musical no es un talento innato sino una habilidad que se puede desarrollar. Según él, todo niño a quien se enseñe de la manera correcta puede desarrollar habilidades musicales, así como aprenden a hablar su lengua materna.

En este método los tutores desempeñan un papel fundamental desde el inicio del proceso educativo de sus hijos, ya que al ser un procedimiento similar al del aprendizaje del lenguaje, los progenitores se convierten en los primeros modelos y guías y participan de forma activa, asistiendo a las clases con sus hijos y desempeñándose como maestros en casa en la semana.

Esta colaboración estrecha entre padres e hijos no solo fortalece el vínculo familiar, sino que también crea un ambiente propicio para el aprendizaje y la práctica musical. “Siempre que los encargados se interesan en los pasatiempos y en las actividades que sus hijos consideran placenteras vuelve el vínculo padre-hijo más cercano, pero es importante recordar que la actividad debe permanecer placentera para el niño, y que los padres no deben involucrarse al punto de poner presión y buscar el perfeccionismo, sino demostrar interés y apoyo” destaca Ximena de la Peña, psicóloga clínica especializada en psicoterapia con niños y adolescentes.

Los padres no siempre deben tener un conocimiento previo sobre el instrumento musical. La mayoría de las veces aprenden junto a sus hijos, lo cual convierte a este método en un sistema que permite que cualquier persona pueda hacerlo.

Los estudiantes del método Suzuki no tienen que ser prodigios musicales, sino personas que desarrollan un compromiso con el aprendizaje. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

  ¿Cómo funciona?

Uno de los pilares del método Suzuki es el comienzo temprano. Se reconoce que los primeros años de vida son cruciales para el desarrollo de habilidades mentales y motoras, por lo que la exposición a la música incluso antes del nacimiento es fundamental.

Este es el caso de Angie Chaycoj, la alumna más pequeña de la ARNQ. Su madre, Mirla Cuxé, es una de las profesoras de estimulación temprana del método y durante todo su período de gestación estuvo envuelta por un ambiente musical que permitió que Angie a sus 11 meses tenga sensibilidad con la música.

La importancia de la escucha activa también destaca en este modelo de aprendizaje musical. Al igual que los niños aprenden a hablar después de haber escuchado cientos de veces un idioma, la exposición diaria a la música, en especial las piezas del repertorio Suzuki, es determinante para que los niños se familiaricen con ellas y las interioricen de manera natural. Los pequeños deben estar rodeados de un ambiente en el cual escuchan el repertorio para ir reconociendo las melodías.

Esta disciplina funciona como un triángulo entre el padre, el alumno y el maestro, y se personaliza según las necesidades particulares de cada niño.

En este enfoque pedagógico los padres no solo actúan como modelos y guías, sino que también asisten a clases y desempeñan un papel importante como maestros en casa. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

En general, los niños tienen clases individuales y una colectiva a la semana. Roberto Franco, profesor del programa Primeras Notitas, del Conservatorio Nacional de Música, dice que cada clase individual es diferente, ya que los profesores se adaptan al ritmo de los alumnos, respetando su tiempo de aprendizaje.

Franco expone que en este método no es posible calificar con un número el avance de los alumnos. Tampoco se pretende que en cierto tiempo todos los alumnos tengan el mismo conocimiento, ya que todo va a depender del progreso de cada uno.

En las clases grupales se abordan temas técnicos, desde la correcta posición que se debe tener para ejecutar el instrumento hasta las prácticas de las melodías aprendidas.

En las lecciones de grupo los niños tienen la oportunidad de aprender unos de otros, y también funcionan como un punto de motivación para los estudiantes porque promueven espacios en los cuales los alumnos comienzan a interactuar con otros aprendiendo a formar parte de un grupo, compartir y respetar.

La repetición constante es otro principio clave del método Suzuki, como en el aprendizaje del lenguaje, pues repetir es esencial para la adquisición de nuevas palabras y estructuras gramaticales. Asimismo, en la educación musical la práctica constante es imprescindible para dominar un instrumento. Los niños aprenden una pieza de música, la incorporan a su repertorio y la perfeccionan en cada lección para ejecutarla cada vez mejor.

La participación de los padres en el aprendizaje debe ser activa. No es preciso que tengan conocimiento previo de como ejecutar un instrumento. La idea es que se les da la oportunidad de aprender dentro del proceso de enseñanza de su hijo.

Su estructura

El repertorio progresivo del método Suzuki está diseñado para presentar desafíos técnicos dentro del contexto musical. De esta manera, los niños aprenden de manera orgánica y significativa, utilizando la música como medio de expresión y comunicación desde el principio.

Cuenta con nueve libros y todos incluyen un disco con una selección de melodías que los alumnos deben escuchar, practicar y aprender para que una vez los hayan leído completos, puedan interpretarlas sin inconvenientes.

La lectura musical se posterga, al igual que la lectura en el aprendizaje del lenguaje. Antes de aprender a leer música, los niños desarrollan una competencia técnica básica en sus instrumentos, lo que les permite enfocarse en la expresión musical y la interpretación. En el curso que imparte   Franco, esta empieza en el segundo libro, pues al inicio se prioriza la práctica, la escucha y el montaje de la pieza.

Algunas secciones del método fueron creadas con el propósito de enfrentar los retos técnicos en el ámbito musical, para brindar una alternativa dinámica a los ejercicios convencionales y monótonos, y que los alumnos puedan desarrollar capacidades para enfrentarse a ellos.

El avance de los estudiantes en el método depende de su compromiso con aprender y la práctica que le dedican al instrumento. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Beneficios del método

El método Suzuki ofrece una serie de beneficios significativos para quienes aprenden a ejecutar un instrumento musical. Uno de los aspectos destacados es su enfoque en el desarrollo auditivo, que fortalece el oído interno del estudiante y le permite escuchar y reproducir música con mayor precisión.

Además,  fomenta el desarrollo de habilidades motoras finas a través de la práctica constante y la repetición guiada, lo que mejora la destreza manual y la coordinación del estudiante.

Otro aspecto fundamental de este modelo de aprendizaje es su capacidad para cultivar el amor por la música desde una edad temprana. Al considerar la música como un lenguaje, los estudiantes desarrollan una conexión emocional con el arte, lo que puede resultar en un amor duradero por la música a lo largo de sus vidas.

Sumado a lo anterior, aprender a ejecutar un instrumento con este método contribuye a que el estudiante desarrolle su autoestima y la confianza en sí mismo a medida que mejora con la práctica y la dedicación.

Participar en clases grupales y ofrecer recitales también es una parte integral del método, lo que brinda a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades sociales como el trabajo en equipo, la comunicación y el apoyo mutuo entre compañeros.

La práctica regular y constante requerida por el método fomenta la disciplina y la perseverancia en los estudiantes, habilidades que son valiosas no solo en el ámbito musical, sino también en todas las áreas de la vida.

Con este método se  permite a los estudiantes explorar y expresar su creatividad artística a través de la música, lo cual les brinda una estupenda ventana para la expresión personal y el desarrollo de su propia interpretación musical.

En esta disciplina se enfatiza el papel del elogio y el aliento en el proceso de aprendizaje. Y así como en el desarrollo del lenguaje los niños necesitan estímulos positivos para fortalecer su confianza y motivación, en la educación musical el apoyo sincero y el reconocimiento del esfuerzo son fundamentales para cultivar una actitud positiva hacia el aprendizaje.

En las clases grupales se abordan temas técnicos sobre el instrumento, y los niños tienen la oportunidad de aprender unos de otros. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

Una pregunta común que surge entre los niños que estudian con el método Suzuki es si son prodigios musicales o si sus padres son músicos profesionales. La respuesta es que los estudiantes Suzuki son niños comunes cuyos padres, en su mayoría, tienen poca o ninguna experiencia musical. Lo que los distingue es su compromiso con el método y su dedicación en el proceso de aprendizaje musical.

Aprender con el método Suzuki va más allá de adquirir habilidades musicales; también promueve un desarrollo personal y emocional integral a través de la música.

Instrumentos

Aunque la enseñanza del método comenzó con el violín, ha crecido para incluir otros instrumentos. Entre ellos, los que se citan a continuación:

  • Piano
  • Flauta dulce
  • Guitarra
  • Viola
  • Violonchelo
  • Flauta transversal

ESCRITO POR:

Belinda S. Martínez

Periodista de Prensa Libre del área de bienestar y cultura.