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Médicos exponen las condiciones en que se atiende a pacientes con covid-19 en el hospital San Juan de Dios

Las muertes han aumentado, y epidemióloga asegura que las tres próximas semanas serán las más difíciles.

Terapistas del hospital Roosevelt se pronunciaron ante la falta de insumos para laborar(Prensa Libre: Andrea Domínguez (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Terapistas del hospital Roosevelt se pronunciaron ante la falta de insumos para laborar(Prensa Libre: Andrea Domínguez (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL).

Cuando la pandemia de covid-19 aún no llegaba al grado de saturar los hospitales, el San Juan de Dios había habilitado un área que se suponía se destinaría solo para el diagnóstico de pacientes, que luego serían transferidos al nosocomio provisional en el Parque de la Industria o al Hospital Nacional de Villa Nueva. Sin embargo, al transcurrir las semanas, los casos llegaron a tanto que deben ser atendidos en ese lugar.

El panorama podría ser desalentador si, como prevén los epidemiólogos, lo peor aún está por venir.

Uno de los médicos que labora en el lugar, pero que no proporcionó su nombre, lamentó la situación.

“El área que era solo para diagnosticar casos de covid-19 fue diseñada para 30 pacientes, pero se ha llegado a tener hasta cien. Hay días en que hay gente tirada en el suelo porque no hay camas. Hay pacientes que vienen mal y piden oxígeno, y no se les puede dar; ni siquiera una cama. A veces pensamos que estarían hasta mejor en su casa, porque están en el suelo y sin oxígeno”, comentó.

Agregó que se les acomoda conforme van liberándose las camas, y que con el oxígeno se trata de darles, pero tampoco se dan abasto.

El médico refiere que no internan a pacientes que presenten síntomas leves, únicamente se quedan aquellos con síntomas moderados o severos.

Otro de los médicos que dio declaraciones a Prensa Libre comentó que en la actualidad hay 15 pacientes críticos, de los cuales cinco tienen ventilación mecánica.

“Si lo vemos de esa manera, no son muchos pacientes, pero es porque la mayoría fallece. Al menos en el área que se instaló para hacer pruebas, solo permanecen de dos a tres días en estado crítico, algunos menos de seis a 12 horas, por la recarga de casos y por la falta de personal. Algunos entran con síntomas moderados o pidiendo oxígeno, pero se deterioran en dos o tres días, pasan a ventilación y fallecen”.

Los profesionales de la medicina refieren que deben atender entre 20 y 30 pacientes cada uno, por lo que es imposible ver a todos.

“Ventiladores no faltan, pero los pacientes no pasan semanas ventilados, fallecen en poco tiempo”, indicó.

El hospital ya cuenta con otras áreas que se han habilitado para atender casos, aún así consideran que llegará el momento en que colapsarán.

Semanas clave

Iris Cazali, epidemióloga del Hospital Roosevelt, aseguró ayer que las próximas tres semanas serán críticas en cuanto a la cantidad de casos.

La médica considera que los casos se pueden duplicar, y es cuando la población debe tener más precaución y confinarse en sus viviendas.

En su opinión, es más importante cuidarse durante este tiempo que incluso hace dos meses.

“Según los cálculos matemáticos diarios, quedan tres semanas más. Vamos a estar en la elevación, después vendrá la desaceleración, que significa que ya no vamos a tener la misma cantidad de casos”.

Los cálculos, indicó, pueden llegar a 500 casos diarios, pero luego esta cantidad se dará cada dos o cuatro días; entonces, es cuando se puede hablar de una desescalada.

“Es el efecto que se ha visto en otros países, pero depende también del comportamiento de la población y que respetan el distanciamiento”, advirtió.

Cazali agregó que estamos en la fase exponencial y, por consiguiente, la cantidad de muertos se eleva.

La epidemióloga recalcó que si la población no vuelve a tomar medidas por su propia cuenta, más que prolongarse la desescalada se multiplicarán los casos y pueden llegar hasta mil diarios.

 

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.