La información refiere que unos 200 mil menores hacen trabajos de agricultura, la que se considera la principal actividad, y después está la manufactura.
La pobreza y la extrema pobreza, además de los patrones socioculturales, son las principales causas de ese problema, pues se considera que el niño debe aportar económicamente a la familia y algunos padres los entregan como mano de obra barata.
En riesgo
Lolita Domínguez, jefa del Programa del Menor Trabajador, del Ministerio de Trabajo, asegura que la jornada laboral de los menores puede superar la que rige a los adultos, pues su vulnerabilidad permite que sean explotados.
Según Domínguez, los recientes operativos de la Procuraduría General de la Nación (PGN) permiten evidenciar que hay migración interna de menores, quienes llegan a Huehuetenango o a la capital para ejercer un trabajo y contribuir al sustento de su familia.
En el mejor de los casos, los menores son empleados en labores lícitas; pero según la funcionaria, corren el riesgo de caer en esclavitud, trata de personas, producción y tráfico de drogas, o en labores que representen riesgo para su salud y su vida.
Para los niños, el trabajo implica un daño social, moral y corporal, pues se les expone a ambientes inadecuados, no se les proporciona comida ni un lugar para descansar, se obstaculiza la educación debido a las largas horas de trabajo y se impide su desarrollo integral.
Problema mundial
La situación de la niñez en Guatemala es similar a la que se vive en otros países de Latinoamérica.
- 168 millones de niños en el mundo tienen un trabajo.
- 12.5 % de menores que trabajan viven en la región.
- 26 países de la región quieren poner fin al trabajo infantil.
- 850 mil niños guatemaltecos trabajan.
Problema visible
Hasta el 25 de mayo de este año, la PGN ha rescatado a 59 niños y adolescentes, la mayoría en Guatemala y Coatepeque, Quetzaltenango, que eran víctimas de diversas formas de trata, en especial de explotación laboral.
Uno de los rescates más grandes se efectuó el 7 de mayo pasado, cuando en los alrededores del mercado de La Terminal, en la zona 4 capitalina, se logró resguardar a 25 niños de entre 8 y 15 años que eran obligados a mendigar, la mayoría originarios de Sololá y Quiché.
Según las investigaciones, los cuidadores de los menores los obligaban a trabajar y hacer malabares en las zonas 1, 2, 4, 9, 12 y la calzada San Juan. Los niños debían llevar Q300 diarios al hospedaje, y si no lo hacían, solo recibían una salchicha y agua.
Actualizar
Domínguez afirma que es necesaria la actualización de datos sobre el flagelo, pues no se tiene certeza de si el problema se incrementó o se redujo en relación con el 2011.
Para ello, se solicitó al Instituto Nacional de Estadística que se proporcione la base de datos de la Encovi 2014, de la cual solo se socializó una tercera parte.
La Organización Internacional del Trabajo apoyará de forma técnica y financiera para obtener resultados actualizados sobre la niñez trabajadora.