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Audionota | “En Centroamérica no hay ahorita capacidad construida para producir nuestras propias vacunas”

La científica hondureña desarrolló una vacuna contra el covi-19 libre de patentes que le llevó a ser nominada al premio Nobel de la Paz.

La microbióloga hondureña María Elena Bottazzi, nominada al Nobel de la Paz por desarrollar una vacuna contra el covid de patente libre en el Hospital Infantil de Texas, EE. UU. (Foto Prensa Libre: Hospital Infantil de Texas)

La microbióloga hondureña María Elena Bottazzi, nominada al Nobel de la Paz por desarrollar una vacuna contra el covid de patente libre en el Hospital Infantil de Texas, EE. UU. (Foto Prensa Libre: Hospital Infantil de Texas)

La pandemia hizo que las grandes farmacéuticas aceleran la construcción de una vacuna contra el covid-19. A la fecha existen varias marcas en el mercado pero su producción y formula sigue siendo restringida.

Pero la científica María Elena Botazzi, integrante del Hospital Infantil de Texas, en Houston, Estados Unidos, creó una formula eficiente para combatir el virus del covid-19 y sus variantes más agresivas como la beta y delta.

Botazzi y su laboratorio decidió no patentar sus fórmulas, por el contrario la liberaron para facilitar a países pobres la producción de vacunas a bajo costo que permita ir derrotando al nuevo coronavirus.

El aporte científico y humanitario de Botazzi le llevó a ser nominada al Premio Nobel de la Paz. La científica conversó con Prensa Libre y Guatevisión explicando el trabajo que existe tras la fórmula de su vacuna y da una perspectiva regional de cómo los centroamericanos han enfrentado la pandemia.

¿Qué es una vacuna libre de patentes y por qué es un término que no suele escucharse de la mano con el combate de las enfermedades como la del covd-19 en la actualidad?

Decidimos que lo ideal sería “ciencia abierta”, publicar, no necesariamente ligar los descubrimientos a patentes para poder tener la oportunidad de trabajar más abiertamente y permitir a otros que pudieran abiertamente replicar nuestro trabajo.

Con respecto de la covid-19 vimos que había una urgencia y una emergencia, el hecho de que a cierto punto también veíamos inequidad no solo en el ámbito de acceso a este tipo de tecnologías sino también a quien las podía producir, por eso decidimos mantener la misma filosofía de nuestro centro para el desarrollo de nuestra vacuna para el covid-19.

Usted desarrollo una vacuna libre de patentes para combatir el covid-19 ¿Desde hace cuánto comenzó ese trabajo y porque el nombre de “Cobervax”?

Nosotros tenemos 10 años de tener un programa desarrollando vacunas contra los coronavirus. Obviamente empezamos con prototipos para el virus del SARS y después el MERS.

Cuando a principios del 2020 trabajamos con el hecho que es un nuevo coronavirus ya teníamos mucho de los conocimientos, ya la información estaba abiertamente publicada.

Nuestro primer aliado dentro de este esfuerzo es que le transferimos la tecnología a una compañía de la India que se llama “Biological E” y ellos no solo tenían la opción de leer nuestras publicaciones sino querían recibir nuestros reactivos y las semillas para empezar a hacer este desarrollo de una manera más acelerada por el hecho que es una emergencia.

Esta vacuna se llama Corbevax y es una vacuna de la India, de la compañía “Biological E”, codesarrollada por nuestra tecnología. Lo que significa es  “cor” de corona”, “be” de “Biological E” y “vax” de vacuna.

Es la primera vacuna que ha sido autorizada usando nuestra tecnología, actualmente estamos haciendo alianzas similares en Indonesia, Bangladesh y África; le darán otro nombre pero al final viene del descubriendo de nuestro laboratorio.

¿Cobervax es eficiente para las variantes de covid-19 que hemos visto en los últimos meses?

En dos estudios de fase tres se observó que la vacuna tiene la capacidad de ser superior a Covishield, la vacuna de Aztrazeneca desarrollada en la India.

También los porcentajes de eficacia para neutralizar el virus original es de más de un 90% y superior a un 80% para las variantes delta y beta, ahorita estamos evaluando el porcentaje de eficacia frente a ómicron.

¿Qué tan caro es producir esta vacuna y es posible que países de la región como Guatemala la pueden producir?

Las vacunas tienen ya economías de escala porque no hay que hacer nuevas estructuras, no hay que construir nuevas fábricas, el personal está capacitado y por ende cuestan menos de dos dólares por dosis, son muy factibles de que puedan también ser compradas por países de bajos recursos.

En Centroamérica no hay ahorita capacidad ya construida para producir nuestras propias vacunas, pero si hay una gran aspiración de que las regiones traten de crear más autosuficiencia.

Guatemala y Centroamérica, si se trabaja en conjunto se podría crear un bioparque  o un grupo de capacidades para después ser autosuficientes y producir nuestras propias vacunas.

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Su vacuna parece ser más económica que las que se encuentran el mercado actualmente ¿Guatemala o algún otro país de la región centroamericana se han mostrado interesados para empezar a producirla?

Yo creo que un poco de todos empezando por los grupos bancarios, nosotros tenemos el Banco Centroamericano de Desarrollo Económico, ellos siempre andan viendo las áreas donde el banco va a ir financiando a los países y han visto que es importante reforzar no solo la salud pública sino los sistemas de salud, la parte también de producción local, no solo de biológicos sino medicinas y material necesario para atender la salud.

Hay que hacer este tipo de discusiones para envolver a todos los actores necesarios: La parte académica, privada, pública, parte financiera, ética…hay muchos componentes que deben de conversar para cambiar las políticas de salud y ligarlas, poner sobre la mesa.

La salud puede mejorar la parte económica del país y hasta asegurar la seguridad nacional porque se terminan con repercusiones a diferentes niveles.

El desarrollo de Cobervax, una vacuna libre de patentes, le llevó a ser nominada a un premio Nobel de la Paz. ¿Cómo recibió esa nominación?

Muy humildes, muy agradecidos. Fue una gran sorpresa y creo que al mismo tiempo no solo resalta nuestra misión y nuestra filosofía por los últimos 20 años de utilizar el concepto de colaboración abierta, de transparencia, se trata de unir de nuevo países para que encontremos soluciones.

También la responsabilidad que trae la visibilidad, es de seguir adelante y trasmitir nuestras ideas para abordar los grandes problemas globales en la salud.

Usted es una científica y ha observado como los distintos gobiernos han combatido o tratado de combatir la pandemia. ¿Qué han hecho bien y qué han hecho mal los países centroamericanos?

Creo que la lista podría ser un poco larga. Hay varias cosas muy generales, reconocer que somos una región y el poder es mayor si uno trabaja como una “orquesta regional”.

A lo mejor se pudo hacer un poco más y unir esfuerzos, por ejemplo ver que tiene de capacidad Guatemala y que Honduras no, ver los beneficios de Honduras y acoplarlos con Costa Rica, etc.

Afinar estrategias y que se viera un esfuerzo en conjunto, eso da un poder de crear pautas de política para la negociación con agencias que ofrecen no solo dinero sino el acceso a las vacunas.

Ese concepto de nacionalización de qué yo primero voy a resolver lo mí, creo que la regionalización habría sido un mejor beneficio. Como en todos lados tampoco hubo una estrategia de comunicación clara para informar a nuestros pueblos donde está la información veraz.

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En algunos países, principalmente de Europa, parece que la pandemia ya está llegando a su fin porque ya no es obligatorio, en algunos lugares el uso de mascarillas. ¿Guatemala y los otros países de la región están cerca de ponerle punto final a la pandemia?

El hecho de que haya tantas regiones que todavía no han recibido el acceso a las vacunas es el centro donde se están creando estas variantes del virus y aunque se limite en ciertos lugares el uso de mascarillas al final es por eso que tenemos picos, por lo que seguimos teniendo infecciones y muertes.

Yo creo que todavía nos falta un poco y si aprendemos de lo que no hemos hecho en los últimos dos años; incrementar el acceso a vacunas, trayendo vacunas como Cobervax, eso en el contexto que sigamos trabajando en otras avenidas paralelas como mejor salud pública, mejor manejo clínico, mejor acceso a los insumos.

Creo que todavía este año 2022 va a determinar que tanto se podrá eliminar este virus o si vamos a tener que seguir con esto en 2023 y quizás más allá del 2023.

ESCRITO POR:
Douglas Cuevas
Periodista de Prensa Libre especializado en temas políticos y del sector justicia, con 15 años de experiencia en periodismo escrito, televisivo y radial.