Esa malformación llevó a los padres de la bebé a emprender una cruzada en busca de su bienestar y fue así como viajaron a Bostón, EE. UU., para someterla a un tratamiento, del cual la pequeña ya superó la primera cirugía.
Marcela nació en el Hospital Roosevelt el 31 de diciembre de 2020 cuando su madre, María Isabel, apenas tenía 31 semanas de embarazo. La familia es originaria de El Progreso, Jutiapa, desde donde han viajado en busca de una mejor vida para la bebé.
Marcelita, como le llaman sus padres, nació con un mal congénito llamado ectopia cordis, una extraña enfermedad que se caracteriza por que el corazón se encuentra fuera de la caja torácica al igual que los intestinos.
Por lo anterior, ella necesitaba una operación de alto riesgo que en Guatemala no se podía practicar, pues en la mayoría de los casos los bebés que vienen con este mal congénito mueren a las horas de nacidos; además que la única vez que se ha intentado un procedimiento como ese el bebé falleció.
Ante eso, la familia necesitaba al menos US$250 mil para trasladarla a un hospital especializado en Boston, Estados Unidos, y Guatevisión y Prensa Libre documentaron lo que la familia enfrentaba hace 5 meses (4 de junio de 2021), para recaudar esta cifra.
Con donaciones, venta de comida y de artículos de toda índole y rifas lograron parte de esa meta, y en agosto pasado la familia logró viajar a Estados Unidos para comenzar con una nueva etapa en la vida de la pequeña, que “volvió a nacer” tras la intervención médica en aquel país.
Esta enfermedad ocurre una vez en un millón de niños y en la mayoría de los casos los bebés apenas sobreviven 72 horas.
Ahora contra todo pronóstico Marcela logró llegar a los 10 meses y su familia está viviendo uno de los momentos más esperados desde que la pequeña nació, pues ya fue operada del corazón en septiembre último y la cirugía fue un éxito, por lo que la familia dice que el principal médico que estuvo en ese quirófano fue Dios.
Isabel Contreras y Édgar Paredes, padres de la pequeña, ahora están a la espera de otra cirugía. “Gracias a Dios su cirugía fue un éxito y ahora solo estamos esperando para una segunda operación. Aún le falta los intestinos, pero gracias a Dios está súper bien”, dijo Isabel, quien además agradeció a cada una de las personas que “ha dado su granito de arena” para llegar hasta esta etapa.
La cirugía consistía en regresar el corazón a la caja torácica, considerado de alto riesgo porque se han formado vasos sanguíneos que al manipularlos se puede dañar; sin embargo, esto se logró con éxito. El mismo proceso que se vivió con el corazón ahora toca con los intestinos.