En la iglesia de la localidad se ofició una misa de cuerpo presente para despedir a tía y sobrino, antes de trasladar sus restos al cementerio en una carroza que recorrió las calles del lugar. Música de mariachis y el llanto de familiares acompañó el camino bajo un cielo nublado.
Los féretros fueron llevados en hombros hasta el sitio en donde fueron enterrados.
“Es irreparable la perdida. No podemos creer que pasó esto”, dijo Cruz Vicente, coordinador de la comunidad, que llegó para dar apoyo a la familia.
Esteban García, vecino del cantó, expresó su dolor por la tragedia. “Todos estamos de luto”, dijo.
Las calles de Malacatán, San Marcos, también lucieron sombrías en el trayecto de las carrosas fúnebres que trasladaron los restos mortales de la maestra de preprimaria Vilma Ana Dalila Sánchez Figueroa, de 40 años y de su hija Ashley Stefanny, de 12, que también fallecieron en la tragedia en Xela .
Los cuerpos llegaron el viernes en la madrugada en su residencia en cantón Santa Lucía, donde fueron velados. Esta mañana los pobladores rindieron un homenaje póstumo a la maestra en la escuela oficial rural mixta de aldea La Montañita del mismo municipio, donde impartía clases.
Sus restos descansan ahora en el cementerio general de Malacatán.
Familiares y amigos despidieron este sábado el cuerpo de Gustavo Sebastian Morales Molina, de 20 años, otra de las víctimas mortales.
Originario de la aldea Varsovia, en San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, el joven era estudiante de la carrera de criminalística, sus restos fueron inhumados en el cementerio de la cabecera municipal.