Javier Bolaños, médico que encabezó al grupo de cirujanos, informó que el procedimiento para separar los órganos duró nueve horas.
Las niñas fueron sometidas a un procedimiento de más de 18 horas que puede considerarse exitoso.
Aunque la salud de las hermanitas es estable y su evolución, satisfactoria, también existe un riesgo debido a lo complejo de la cirugía, pues podrían contraer infecciones.
“Todo el procedimiento ha requerido cientos y cientos de horas de preparación. Fue un esfuerzo titánico, pero no nos rendimos, continuamos adelante para demostrar que con la ayuda de Dios, buena actitud y colaboración, todo es posible”, dijo Bolaños.
Esta es la segunda cirugía de ese tipo que se practica en Guatemala y en el Hospital Roosevelt.
Hace ocho años se hizo la primera, y también participaron Bolaños y parte del equipo.
Estas son las dos únicas operaciones de este tipo que se efectúan con éxito en la región.
Visita inesperada
Debido a que las Rositas eran consideradas en abandono y no se obtenía el permiso de los padres para que fueran separadas, la Procuraduría General de la Nación hizo los trámites legales para que el Hospital Roosevelt quedara a cargo.
Ayer, de manera sorpresiva, los padres de las niñas llegaron al hospital y explicaron que no habían podido visitarlas por falta de dinero.
Con ayuda de un traductor, trabajador del hospital, Francisco Castro, el padre de las Rositas dijo que solo consigue trabajo dos veces por semana.
María Chacaj, la madre, se comprometió a cuidar a las gemelas en la capital, pero pidió ayuda para traer a sus otros tres hijos y tener donde vivir.
Ambos pasaron la noche en un hogar temporal.