Aunque muchos comenzaron con el retorno a sus hogares desde el Viernes Santo, otros todavía se encontraban trabajando y fue hasta este Domingo de Resurrección que pudieron disponer de algunas horas para convivir en familia.
Quienes lograron sacarle provecho a este domingo son, principalmente, quienes trabajan en la economía informal y que laboraron durante toda la Semana Santa.
Ese es el caso de Leonor Castillo, vecina de la zona 18 de la capital, quien vende gaseosas en las procesiones y todavía trabajó el sábado último. Con su familia salieron de casa a las 10 de la noche para llegar a las playas de madrugada.
“Hay que salir del estrés…nosotros bendito sea Dios pasamos la Semana Santa trabajando, pasamos vendiendo gaseosas en las procesiones, terminamos ayer (Sábado de Gloria) y decidimos venir al puerto”, comentó Castillo.
Javier Ramos, originario de San Pedro Sacatepéquez, Guatemala, trabaja en autobuses y la Semana Santa tuvo que prestar servicio, por eso tan solo dispuso de unas horas para convivir con su familia.
“Es una forma de por lo menos descansar, pasar un rato con la familia, póngale que pasamos trabajando casi los 365 días del año, con los patojos solo pasamos un tiempito ya en la tarde”, relató Ramos.
Ramos espera que el viaje transcurra sin novedad, pero le preocupa un poco que la mayoría de las personas no se están protegiendo de la pandemia.
“Aquí se mira como si todo estuviera normal, la gente no usa mascarilla ni nada…como si todo estuviera normal, ahí vamos pidiéndole a Dios de que todo salga bien en el viaje”, señaló.