Luego de la llegada de los españoles, en 1524, se fundan las primeras escuelas, en las que los alumnos eran hijos e hijas de peninsulares. En conventos, casas de recogimiento y monasterios se concentra esa visión, donde se les instruye en la religión católica mediante metodologías memorísticas y conocimientos sistemáticos, especialmente de la vida santoral, añade. Los colegios mayores en el siglo XVIII estaban dirigidos, así mismo, por las órdenes religiosas.
Después de la independencia, se introduce el método de aprendizaje lancasteriano, en el que niños monitores apoyan al profesor en la enseñanza. Se empezaron a estudiar materias con visión positivista, dice Torres.
Después de la reforma liberal, en 1871, se institucionaliza la creación de nuevas escuelas y se establece una educación estatal laica, gratuita y obligatoria, pero no llegó a toda la población, expone Fernando Urquizú, doctor en Historia del Arte.
Durante el gobierno de Manuel Estrada Cabrera (1898-1920) se inauguró el ferrocarril, en 1908, por lo que se necesitaba mano de obra de empleados que supieran leer y escribir para instalar maquinarias, para el desarrollo del capitalismo, expone.
Después de la revolución de 1944 se consolida el sistema educativo y se pone al alcance de las masas, asevera el historiador. Uno de los pasos más importante fue declarar autónoma a la Universidad de San Carlos de Guatemala, en 1944.
Luego de los acuerdos de paz de 1996, se trata de adaptar el sistema educativo a las diferentes culturas, que cada vez tienen menos ventaja por el avance de la globalización, puntualiza Urquizú.