Ramírez es seleccionada de waterpolo, un deporte que comenzó a practicar desde los 15 años, ha competido a nivel de los Juegos Deportivos y Centroamericanos del Caribe Veracruz 2014 y quedó en cuarto lugar.
“Todo comenzó con una motivación”, cuenta la joven que, apasionada de su labor, se mantiene en alerta máxima en la playa de Monterrico, Taxisco, Santa Rosa.
“Me dijeron que me animara a ser la primer mujer salvavidas y decidí participar en las pruebas para el salvamento del IGSS”, recuerda.
Así fue como ella, también estudiante del séptimo semestre de la Licenciatura de Deportes de la Usac, se encaminó en una tarea llena de riesgos para salvar vidas.
Desafío
“Ser una mujer salvavidas representa para mí un gran reto”, reitera la joven guatemalteca, quien fue contratada hace pocos meses para trabajar con salvavidas en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús.
Los sábados, Karla también trabaja en el colegio Don Bosco, para un proyecto de natación que el lugar proporciona a jóvenes de escasos recursos.
“En el país son pocas las instituciones que cuentan con salvavidas”, añade.
“Que nos digan “gracias” alimenta todo y los salvavidas recordamos esta frase cada vez que hacemos nuestra labor: los ángeles vienen del mar”.
Ahora que se acerca la Semana Santa, Karla está dispuesta a vivir “adrenalina pura”, como ella le llama, para salvar a una persona de morir ahogada en la playa de Monterrico.
Destacada labor
Desde el 2013 hasta este año ha logrado obtener el primer lugar para poder ser parte del equipo de salvavidas que en cada Semana Santa es responsable de vigilar y salvaguardar la vida de cientos de guatemaltecos en las diferentes playas del país.
“Trabajar como una salvavidas de manera fija durante los fines de semana no ha sido fácil. Así que he pedido en varias ocasiones me dejen competir para ser parte del salvamento del IGSS en Semana Santa”, comparte Ramírez.
“Me hace muy feliz cada vez que me dicen '¡señorita, la felicito!', pasa cada vez que uno rescata a una persona y se asombran cuando ven que quien hizo el trabajo es una mujer como yo, joven”, cuenta, y añade: “Cada vez que salgo del mar, sé que tengo la capacidad de mantener bien ese trabajo”.
Su trabajo no es solo mirar al mar en prevención de accidentes. “Debo preparar mi mapa de riesgos, es lo que hago cada vez que voy a la playa de Monterrico, me preparo días antes de la Semana Santa y observo cómo está el oleaje, por la mañana, al medio día y por la tarde”.
Entre su mapa de riesgos, Ramírez se toma la tarea de observar el comportamiento del mar, para determinar las horas de ingreso al agua, cómo salir en caso de que haya una víctima, las técnicas de agarre a la víctima. “Siempre se aprende algo nuevo del mar”, puntualiza.