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Insuficiencia renal afecta a más personas

Al día se suman de 8 a  10 pacientes. Unaerc atendió mil 630 pacientes en el 2008 y para agosto último, cuatro mil 286.

Pacientes renales en la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Pacientes renales en la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Cada día llegan entre ocho y 10 pacientes nuevos, en promedio, a la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico (Unaerc), lo que refleja que existe una alta incidencia en el padecimiento en la población, según refieren expertos de la entidad.

Estos datos evidencian la cantidad de personas activas que se atienden en Unaerc, que en el 2008 eran mil 630, en el 2010 sumaban dos mil 359 y hasta agosto de este año se registran cuatro mil 286 pacientes.

Las edades de los afectados varían, según registros de la Unaerc, la mayoría se encuentra entre los 45 y 65 años. Los departamentos que concentran más pacientes son Guatemala, Escuintla y Quetzaltenango, aunque se atienden a personas de todo el país.

Julio Boj, nefrólogo de la entidad, señaló que la atención en la primera consulta se mantiene en crecimiento considerable y gradual pero sostenido, ya que en años pasados se recibían seis nuevos ingresos, pero ahora son de ocho a 10.

Refirió que quienes se encuentran en etapa temprana son atendidos y remitidos a otros lugares, ya que la especialidad de Unaerc es de paciente en etapa 4 y 5 de la enfermedad.

Hace unos tres años se creó el programa de prediálisis en el cual se toman medidas para evitar la progresión de la enfermedad a una etapa avanzada mediante factores modificables como control de la presión arterial, de ácido úrico, de los lípidos en sangre para retardar por cierto tiempo la terapia de diálisis.

En la actualidad, la entidad reporta 160 pacientes en prediálisis, dos mil 710 pacientes con diálisis peritoneal y mil 416 con hemodiális. En esos datos están incluidos 250 niños.

Factores de riesgo

Datos de la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), señalan que la enfermedad renal crónica afecta a cerca del 10 por ciento de la población mundial. Refieren que se puede prevenir, aunque no tiene cura, suele ser progresiva, silenciosa y no presentar síntomas hasta etapas avanzadas, cuando las soluciones —la diálisis y el trasplante de riñón— ya son altamente invasivas y costosas.

Boj indicó: “Por cada paciente que está diagnosticado hay 50 más que no se han diagnosticado, eso nos hace imaginarnos la punta del iceberg, solo vemos el pedazo de la hemodiálisis y abajo está toda la gente que no tiene diagnóstico, ¿y qué pasa con ellos? que mueren antes de llegar a la enfermedad terminal porque se multiplica su riesgo cardiovascular, muere de infarto, de derrame cerebral, pero no sabía que uno de los factores que tenían era la enfermedad renal inicial o intermedia”.

El especialista afirmó que existen factores en el padecimiento que son modificables. Sin embargo,  los que no se pueden cambiar  son la edad, el sexo, la genética, el grado de función renal al momento del diagnóstico — en   etapa cinco, ya no hay mucho qué hacer—; así como el peso al nacer, que antes no se mencionaba, pero es un factor que tiene un impacto grande pues las personas prematuras tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad  porque tienen más baja la masa de nefronas, que son las células del riñón.

Agregó que la raza influye y los latinoamericanos tienen más riesgo de tener hipertensión y diabetes, las principales causas de enfermedad renal crónica, además de que son padecimientos de progresión más rápida.

El médico explicó que los factores modificables son los que se pueden trabajar para lograr  beneficio en cuanto a los pacientes. Entre esos se encuentra el control de la diabetes y de presión arterial para retrasar la progresión de la enfermedad.

Agregó que hay una situación que se llama proteinuria, que consiste en la pérdida de proteínas en la orina y es un indicador de padecimiento renal y factor de progresión.

Según la OMS, existe otro tipo de enfermedad renal crónica que afecta a los agricultores jóvenes —hombres— que laboran en la costa pacífica de Centroamérica, en especial a los trabajadores de la caña de azúcar.

Boj refirió que a eso se le llama nefropatía mesoamericana, la cual no esta relacionada a la diabetes, hipertensión, edad avanzada —ya que la edad con mayor riesgo es entre 45  a 65 años—, y obesidad.

Atención

Carlos Betancourt, director médico de Unaerc, señaló que la enfermedad renal tiene mucha prevalencia —cantidad de pacientes en un mismo período—, lo que hace que el presupuesto de la institución sea afectado.

La Unaerc cuenta con 45 máquinas y  trabajan cuatro jornadas para atender, a diario, un  promedio de  180 pacientes de hemodiálisis  de lunes a sábado, y  a otros 70 de diálisis peritoneal.

Señaló que hubo una época en que las personas afectadas venían de la provincia y no encontraban máquina y debían regresar, pero ahora se han organizado y se reprograman  las terapias.

Betancourt refirió que los  pacientes de diálisis peritoneal deben  recibir tres terapias por semana, pero hay personas de la provincia que solo llegan a hacerse una o dos, lo cual afecta su calidad de vida.

Resaltó que la unidad requiere instalaciones más amplias, porque hay hacinamiento, además se necesita descentralizar los servicios y para ello tienen un proyecto que presentarán al Gobierno y así  abrir otros centros en Quetzaltenango y Jalapa, porque ya no se dan abasto.

Falta invertir en promoción

Zulma Calderón,  supervisora de Hospitales, de la Procuraduría de los Derechos Humanos, lamentó que el Ministerio de Salud no invierta en prevención. 

“Los esfuerzos que se hace en conocer qué es la enfermedad y cómo prevenirla a través de la misma unidad son pobres, la incidencia sigue en aumento… pero lo más relevante es que a ellos se les ha incrementado de Q100 millones a Q200 millones y probablemente se les aumente a Q400 millones y no les alcance porque los nuevos casos seguirán apareciendo”, indicó.

Atención precaria

La situación de los pacientes renales es crítica, pues  alrededor de 80 personas que necesitan  hemodiálisis a diario se quedan sin ser atendidos por falta de máquinas.

La sede   de  Unaerc en Escuintla funciona en el tercer piso de un sanatorio donde no hay elevador, solo rampa.

Las condiciones de la infraestructuras son pésimas, según reportes de la Procuraduría de los Derechos Humanos.

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