El cuerpo de Moisés Saravia fue encontrado en septiembre de 2003 y fue identificado hasta marzo de 2012 por medio del banco de ADN de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.
La osamenta de Saravia López fue localizada en una fosa del destacamento militar de Comalapa, Chimaltenango, junto con los restos óseos de Amancio Samuel Villatoro y Saúl Linares; los dos últimos fueron entregados a sus respectivas familias en noviembre de 2011.
Catequista
Saravia López, un catequista de 42 años originario de San Martín Jilotepeque y que se mudó a la capital después que fueran secuestrados sus hijos Julia y Nazario ambos de apellidos Saravia Camey, que permanecen desaparecidos y aún son buscados por la familia.
De acuerdo con la información proporcionada por la familia de Saravia López, él vendía frutas y el día de su desaparición salió a la Terminal a comprar sus productos agrícolas para comercializarlos pero nunca regresó.
El informe de la Comisión de Esclarecimiento Histórico, Memoria del Silencio, la guerra interna en Guatemala dejó al menos 200 mil víctimas y 45 mil desaparecidos.