La pandemia se instaló en Guatemala hace 17 meses, tiempo en el que se pudo avanzar en dotar de lo indispensable -médicos, enfermeras, medicamentos, insumos- a los cinco hospitales temporales que surgieron para dar un respiro a la red hospitalaria nacional, pues se enfocarían en los pacientes covid-19, sin embargo, no se dan abasto. El desborde de pacientes ocurrido en los últimos días es un reflejo de ello, de la poca previsión para robustecerlos.
Los centros asistenciales de referencia y del tercer nivel se han visto obligados a entrar al ruedo, ¿a qué precio? Encaminando la mayor parte de sus esfuerzos a combatir la pandemia, descuidando las otras enfermedades, las que siempre han estado allí y van en aumento.
Situación en detrimento
- En la metrópoli: En marzo del 2020 se inauguró el primer Hospital Temporal en el Parque de la Industria. El presidente Alejandro Giammattei dijo que tendría 3 mil camas instaladas, y contaría con la Unidad de Cuidados Intensivos más grande de Centroamérica. Todo quedó en discurso.
Diecisiete meses después el hospital tiene 325 camas, de estas, 47 están destinadas al área de intensivo. Son insuficientes para la cantidad de guatemaltecos en estado grave que llegan. Los contagios ya superaron el medio millón en el país.
El 1 de septiembre pasado el centro ya no recibió a nuevos pacientes. No había más espacio, ni medicamento e insumos para tratarlos.
Edna Marroquín, encargada de la unidad de comunicación del Hospital Temporal del Parque de la Industria, indicó que no hay una fecha establecida de cuándo abrirán sus puertas a más enfermos. El miércoles estaban al 65 por ciento de su capacidad, y solo había insumos para los enfermos ingresados.
Abrir más camas no es una opción sencilla, pues se necesita de más personal médico y de enfermería para atenderlas. Hay 379 en el equipo de enfermería, y 159 médicos.
- En Escuintla: La situación en los otros hospitales temporales no dista de lo que se vive en el de la capital. En Santa Lucía Cotzumalguapa se inauguró hace un año. El miércoles pasado el intensivo estaba colapsado, había 15 pacientes en un área con 11 camas. Mientras que en moderados tenían 25 personas ingresadas.
De acuerdo con Axel Salazar, facilitador del equipo financiero de la institución, desde el pasado 15 de agosto les han trasladado 32 pacientes del Hospital Temporal del Parque de la Industria.
En los turnos hay un médico para atender el intensivo -14 pacientes-, mientras que en encamamiento un médico para supervisar entre 20 a 25 pacientes diarios.
Señala que la situación es crítica, y el incremento de enfermos se comenzó a notar luego de la Semana Santa, ha llegado al 400 por ciento. La preocupación mayor pasa por la falta de insumos y medicamentos, y la carga de trabajo para el personal sanitario.
- En Xela. El Temporal de Quetzaltenango tenía el jueves una ocupación del 92 por ciento, y el área crítica llegó al 72 por ciento.
“No se ha dejado de atender a los pacientes”, dice María del Carmen Sajquim, vocera del Hospital Regional de Occidente y del Temporal, sin embargo, comparten la preocupación de los otros hospitales de que en algún momento su capacidad se desborde, pues los casos que necesitan hospitalización no paran. Agosto fue el mes con más ingreso de pacientes desde que comenzó la pandemia, con 372.
El lugar tiene 134 camas, de estas 40 están destinadas a enfermos críticos. El equipo sanitario lo conforman 300 personas, entre médicos, paramédicos, terapistas respiratorios y técnicos de laboratorio.
“La preocupación es que la curva de contagios no se ha aplanado, llevamos meses así”, dice Sajquim, y cada vez se ve más ingresos de niños.
- En Zacapa. El desborde de pacientes con covi-19 también afecta al departamento del nor-oriente. El director del Hospital Regional, el médico Guillermo Villatoro, que tiene a su cargo el Hospital Temporal de Estanzuela, indica que hay un repunte de casos positivos. Si bien este último centro solo recibe pacientes moderados, de las 48 camas que se tienen disponibles el jueves pasado estaban ocupadas 30, cuando en semanas anteriores los ingresos oscilaban entre 12 y 15 pacientes.
El Centro de Estanzuela no recibe casos críticos por la falta de personal especializado para atenderlos, recurso que no se pudo contratar. Tampoco hay respiradores, pues están distribuidos en el Hospital Regional a donde son referidos los casos severos.
- En Petén. La crisis en el Hospital Temporal Covid-19 se ve en la atención de los casos críticos. La capacidad es de 14 camas con ventilación, y el miércoles último solo cuatro estaban desocupadas. En el área de moderados aún había espacio, pero por el incremento de contagios el escenario puede cambiar en cualquier momento.
No hay médicos que quieran trabajar con pacientes covid, dice Isaías Gandé, subdirector del centro asistencial: “Hay dos plazas disponibles y aún no logramos ocuparlas”. Entre el personal hay 18 médicos y 270 enfermeros, que serían “insuficiente si esto se desborda”.
¿Un problema de gestión?
A criterio de Zulma Calderón, defensora de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), los hospitales temporales especializados para la atención del covid-19 era uno de los puntos medulares del plan de respuesta estratégico del Estado y debieron ser la vía para desfogar los hospitales de referencia y nacionales, pero no fue así.
“Los problemas son repetitivos en estos hospitales temporales: la falta de personal, el retraso en pago de salarios, el desabastecimiento continuo para atender a los pacientes, la falta de presupuesto y la poca gestión para ejecutarlo, lamentable esos errores no se han corregido”, indica Calderón.
Hasta ahora, añade, no hay un plan de respuesta integral ni del Estado ni del Ministerio de Salud para enmendar la plana, lo que de parte del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) se ha logrado. La brecha entre ambos sectores para enfrentar la crisis es “abismal”, dice la defensora.
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En esa visión a futuro, el Seguro Social habilitará en las próximas semanas dos hospitales modulares, uno en el área metropolitana y otro en Escuintla, que por ahora será para ampliar la atención del Seguro Social a enfermos covid. Estos tendrán cuatro unidades de cuidados intermedios e intensivos, áreas de residencia médica, morgue, talleres y de mantenimiento.
Los espacios contarán con camas hospitalarias de observación y cuidados intensivos, electrocardiografía, monitores de signos vitales, cunas pediátricas, ventiladores de trasporte y mecánicos, desfibriladores, equipos móviles digitales para radiografía y ultrasonografía, entre otro equipo especializado.
Estos hospitales comenzaron a construirse en mayo y el de la zona 11 capitalina tendrá 240 camas, de ellas 31 serán destinadas para la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI); mientras que el ubicado en Escuintla contará con 168 camas, de las cuales 36 serán para pacientes graves, informó el Departamento de Comunicación Social y Relaciones Públicas del IGSS.
Calderón indica que estas camas darán un respiro a la red hospitalaria del instituto, pues se quedarán instaladas cuando termine la pandemia.
Por ahora estarán dedicados a la emergencia sanitaria del covid-19, y ya se comenzó con la convocatoria para contratar a personal sanitario para atenderlo. Pasada la crisis ambos hospitales serán utilizados como hospitales generales y beneficiarán a 3.2 millones de derechohabientes, de los que un 80 por ciento está concentrado en la capital.
Los hospitales modulares son de estructuras prefabricadas, lo que permite su instalación en el corto plazo. La inversión es de Q165 millones en infraestructura y Q69.5 millones en equipo y mobiliario.