“Es lo que estamos haciendo para programar las operaciones”, indica el médico Zagreb Zea, presidente de la Junta Directiva del hospital, pues por ahora no hay otra manera para que lo electivos reciba atención.
Antes de ingresar al quirófano, la joven tuvo que asistir al hospital en tres ocasiones para llenar requisitos preoperatorios, aunque de no haber espacio en la sala de operaciones ni camas disponibles su caso hubiera pasado a la lista de espera. Afortunadamente lo hubo.
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“Ha incrementado la cola de pacientes que no ha podido ser operados por el tema del covid-19”, reconoce Zea.
Con la emergencia sanitaria las cirugías electivas, aquellas que se pueden programar cuando al médico y al paciente mejor les convenga, al no ser atendidos en el tiempo límite se transforman en una emergencia. Esto ha llevado a que los casos que requieren de una operación se acumulen.
De acuerdo con Zulma Calderón, Defensora de la Salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la represa de cirugías electivas tanto en el Hospital Roosevelt como en el General San Juan de Dios oscila entre 15 y 25 diarias.
El caos de una cirugía en pandemia
Conseguir espacio para ser operado en un hospital del Sistema de Salud Pública era difícil antes de la pandemia, pues de no ser una emergencia el caso era llevado por la vía electiva y se le programaba cita. Llegado ese día su ingreso dependía de la disponibilidad de camas, debido a que la atención a urgencias por accidentes de tránsito y heridos por arma blanca y de fuego ocupaba los espacios y quirófanos.
El covid-19 vino a agravar la situación. Aunque las restricciones de movilidad que hubo el año pasado en el país para contener la propagación del virus provocó una disminución de accidentes viales y hechos de violencia, las consultas externas se suspendieron y no fue posible recibir a pacientes con enfermedades comunes, mismas que con el tiempo se han complicado por falta de atención.
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Ahora que las restricciones son menores, y las actividades volvieron a la “normalidad” las emergencias nuevamente saturan los hospitales, mientras que el personal sanitario debe ocuparse de los casos de coronavirus que en los últimos días tienen un incremento sostenido. En las últimas dos semanas el promedio de contagios fue de 2 mil 500 casos diarios, y 32 muertes.
Zea menciona que desde el año pasado camas de distintos servicios fueron destinadas a la atención de la pandemia, y con las olas de contagios no han sido devueltas, y el espacio para encamamiento se torna insuficiente.
Pero el covid-19 también hace lento el flujo de los procedimientos quirúrgicos. Se han atendido pacientes que necesitan operación y al hacerlas el hisopado para detectar el coronavirus resultan positivos. Esto obliga a que después de intervenirlos, el quirófano sea sometido a una limpieza especial, y por un lapso de tres horas la sala queda deshabilitada.
“Las autoridades ministeriales nos dicen: ‘¡Abran más espacios porque están aumentando los casos!, ¡pongan más camas!’. No tenemos a dónde más extendernos. Lo que hicimos el año pasado fue quitar servicios para poner a pacientes covid, pero abrir más espacios no se puede. Lo que indirectamente nos están diciendo es: ‘quítenle las camas a las personas que no tiene covid’”, indica el médico del Roosevelt.
No se trata solo de aumentar camas, también se requiere de más personal sanitario para atender la pandemia.
En alerta roja
En el Hospital San Juan de Dios la situación es similar. La consulta externa también está paralizada por la pandemia. Desde el pasado 9 de julio, el centro asistencial está en alerta roja por el alza de contagios de covid-19 y las operaciones electivas están suspendidas. Los casos que requieren de cirugía son ingresados como una emergencia.
“Siempre tenemos una represa de pacientes con procedimientos quirúrgicos que se están resolviendo en estos momentos. Por la emergencia estamos ingresando patologías que se vuelven urgencias relativas, entran pacientes con problemas de hernias, enfermedades crónicas, con problemas de vesículas, que a la larga se vuelven emergencias por el tiempo que ha padecido el paciente la enfermedad”, menciona Marvin Arévalo, subdirector médico del centro asistencial.
Al igual que en el Roosevelt, el San Juan de Dios no es un hospital covid-19, sin embargo, reciben una cantidad elevada de pacientes críticos con coronavirus, además de los habituales, lo que obliga a priorizar la atención.
“La prioridad ahorita son pacientes que tengan una emergencia como tal, accidentes, con heridas por arma de fuego, pacientes con apendicitis, fracturados, esos son los pacientes que ahorita se les da prioridad”, dice Arévalo. Si no es una urgencia como tal, el caso se pone en lista de espera.
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Hasta el miércoles pasado la emergencia no covid-19 estaba saturada en un 120 por ciento, y la ocupación del área de covid-19 oscilaba entre el 85 y 90 por ciento. Se prevé que la última semana de julio y las primeras de agosto haya un incremento mayor de contagios, y con ello más personas que requieran hospitalización. El centro asistencial podría desbordarse, lo que preocupa al subdirector del San Juan de Dios.
Por su parte, Zea ve que la crisis generada por la pandemia está peor que en julio del año pasado. “Mientras no se ponga atención a la inmunización veremos que los casos de covid-19 aumentan, y la aparición de nuevas cepas. Tiene que haber vacunación a nivel masivo”, dice.
Atención para unos pocos
Las consultas externas en los hospitales son la puerta para la atención a tratamiento electivo, y se convierten en la única alternativa para que la población de escasos recursos tenga cuidados médicos especializados.
Al no restablecerse el servicio se provocó una represa mayor de pacientes sin tratamiento para las enfermedades que padecen.
Un informe de la PDH detalla que el Ministerio de Salud carece de un plan institucional para la reapertura de las consultas externas, y el lineamiento fue que cada hospital implementara su propia estrategia, dado la alta demanda de pacientes. Tras pasar meses sin el servicio, los casos se han acumulado.
Antes de la pandemia, cuatro hospitales del Sistema de Salud Pública atendían a 6 mil 500 pacientes al día, actualmente se cubre únicamente a 820. La brecha diaria asciende a 5 mil 680 personas que no reciben atención en los hospitales Nacional de Ortopedia y Rehabilitación Dr. Jorque von Ahn, Infantil de Infectología y Rehabilitación, General San Juan de Dios y Roosevelt.
Los datos fueron monitoreados en marzo, pero actualmente son más dramáticos, dado que los servicios de salud están de nuevo saturados por el incremento de casos de coronavirus y por las emergencias.
Calderón señala que este es un daño colateral de la pandemia, pues han pasado 15 meses y las consultas externas trabajan con limitaciones de espacio, quirófanos y recurso humano especializado.