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En el Hospital Roosevelt, que tuvo que reconvertir sus servicios para atender casos covid-19, cuenta con 40 camas en el área intensivo específicamente para estos casos, y, la ocupación actual es de 35 pacientes, sin embargo, dos semanas atrás llegaron a tener 43 solo en el área de adultos, mientras que en noviembre atendieron entre 23 y 27 personas, de acuerdo con su director, Marco Antonio Barrientos.
Para hacer frente al aumento de casos que se avecina, en el hospital se han planteado varios escenarios, uno de ellos es la coordinación con el Hospital Nacional Especializado de Villa Nueva para el traslado inmediato de pacientes que requieran hospitalización, luego de ser estabilizados en el Roosevelt, ya que requieren espacio para atender otras enfermedades.
“No somos un hospital 100% covid, seguimos atendiendo a la población general y el número de pacientes que ha ingresado a la institución se ha incrementado considerablemente, no solo por enfermedad común sino también politraumatizados, con fracturas ocasionadas por accidentes, y tenemos que seguir atendiéndolos”, dijo Barrientos, luego de una reunión sostenida ayer con el Consejo consultivo del hospital, en donde se habló de las capacidades y los recursos con el que cuenta la institución para seguir atendiendo durante la emergencia.
En estos momentos, el abastecimiento del Hospital Roosevelt es del 95% en todos los insumos, lo que les permitirá continuar dando el servicio si los casos aumentan. “Estamos preparados, pero espero que no haya necesidad”, agregó el director.
Pero ante un eventual repunto de contagios, no solo se requiere de insumos, el recurso humano es vital para atender a la población.
El médico Zagreb Zea, presidente de la junta directiva del Hospital Roosevelt, indicó que luego de nueve meses de estar al frente de esta pandemia el personal de Salud está agotado.
“Por más de que nos hagan el favor de llamarnos superhéroes, no lo somos, somos humanos y estamos casados físicamente, no hemos tenido paz y tranquilidad mental. No podríamos con otra ola de 200 pacientes (en intensivo), humanamente no es posible”, dijo Zagreb Zea, presidente de la junta directiva del Hospital Roosevelt.
En el Hospital Roosevelt hay 271 médicos que han trabajado sin descanso desde que comenzó la pandemia en marzo pasado, de estos el 30% permanece en resguardo, ya sea porque es mayor de 60 años o porque padecen de enfermedades concomitantes que los ponen en mayor riesgo ante el contagio del nuevo coronavirus.
Debido a la emergencia sanitaria las vacaciones fueron suspendidas a todo el personal. “Imposible dejar a la gente 24 horas en el hospital, los siete días de la semana cuidando gente con covid-19”, mencionó Zea, quien agregó que las autoridades del Ministerio de Salud ofrecieron contratar a más personal para apoyarlos, pero en los nueve meses de pandemia esto no se concretó.
El panorama se complica porque además de recibir casos de coronavirus, desde que se levantaron las restricciones de movilidad en el país los pacientes con enfermedades crónicas y autoinmunes han abarrotado las otras áreas del hospital, medicina interna, por ejemplo, está llena.
Pese al agotamiento físico, el personal de Salud está dispuesto a continuar en la primera línea de atención a la pandemia, sin embargo, el presidente de la junta directiva mencionó que si los casos comienzan a aumentar llegará el momento en que nuevamente se saturen los hospitales, y se repita la escena de personas esperando que una cama se desocupe para poder ser atendido, tal como sucedió entre los meses entre mayo y agosto.
“Acá vamos a seguir pendientes todo el fin de año, y en adelante, no podemos darnos el lujo de parar o de decir porque estoy cansado voy a parar”, señaló Barrientos, pero podría llegar el momento en que dada la necesidad el personal que está resguardado entre a dar apoyo a los que han estado frente a esta emergencia sanitaria.
En alerta
El incremento de pacientes también se ha visto en el Hospital Temporal del Parque de la Industria, el cual fue habilitado exclusivamente para recibir casos con covid-19. Allí el intensivo también está lleno. De acuerdo con Dina Hernández, directora del centro asistencial, el área está ocupada en un 99%, mientras que el espacio habilitado para los casos moderados su ocupación es variable.
Por ahora cuentan con los insumos necesario para asistir a los enfermos, sin embargo, si el número llega a sobrepasar su capacidad estos no serán suficientes.
A criterio de Hernández, en los últimos días se ha visto entre los guatemaltecos un relajamiento de las medidas -uso de mascarilla, distanciamiento físico y no salir de casa si no es necesario-, y las personas salen de compras y a reuniones sin precaución, por lo que es probable que a finales de diciembre se vea un nuevo pico de casos, la tan anunciada segunda ola.
El Hospital General San Juan de Dios también está alerta ante la escalada de contagios y desde el 1 de diciembre se encuentra en alerta roja institucional, y redobló las medidas de protección y de bioseguridad.
Las visitas a los pacientes están restringidas en todas las unidades y servicios, solo pueden hacerlos quienes tengan pases autorizados. La atención a pacientes por enfermedades no covid es a través de las emergencias de Adultos, Pediatría y Gineco-obstetricia, como se ha dado durante toda la pandemia.
“Nosotros estamos para servir a la población y seguiremos trabajando, aunque estemos agotados no vamos a parar, pero también pedimos a los guatemaltecos que hagan conciencia, que se cuiden ellos y a sus familias”, dijo Barrientos.