El Ministerio Público (MP) designó tres fiscalías —Delitos contra la Vida, San José Pinula y de la Mujer— para agilizar las investigaciones.
A las 7.40 horas del domingo último, unos individuos dejaron un artefacto explosivo en un autobús que de San José Pinula se dirigía a Palencia.
Al activarse la bomba casera, las llamas alcanzaron a 18 usuarios, uno murió en el lugar y 17 fueron trasladados con quemaduras de hasta tercer grado al Hospital Roosevelt, donde falleció uno anoche y ocho siguen internados.
Un segundo ataque se cometió ayer, contra un negocio ubicado en la zona 6 de la capital, contra el cual fue lanzada una bomba incendiaria, es decir un bote de metal con combustible. En el incidente salieron lesionados dos mujeres y un hombre que intentó auxiliarlas.
Por extorsiones
Francisco Rivas, ministro de Gobernación, afirmó que ya “casi” se puede precisar que los actos del domingo último y ayer son responsabilidad del Barrio 18, específicamente de una de las células que operan en los lugares donde ocurrieron los hechos, y que fueron motivados por extorsiones.
“El antecedente que tenemos fue lo que ocurrió en contra de los transportistas de Ciudad Quetzal. El mismo modo de operar, el mismo tipo de dispositivos que utilizaron en aquella oportunidad se repite ahora”, explicó el funcionario al salir de la reunión de gabinete de Gobierno.
Agregó que es el primer indicio que tienen, y por eso señalan a la mencionada pandilla como responsable del hecho.
Rivas afirmó que la empresa propietaria del autobús objeto del ataque el domingo no era víctima de extorsiones, y que el hecho fue perpetrado por una célula criminal que opera en San José Pinula y Palencia. No obstante, el piloto de la unidad dijo que sí sufrían exacciones.
Vatos Locos
Según la Fuerza de Tarea contra las Extorsiones, el grupo criminal responsable de los incidentes podría ser los Vatos Locos, que operan en el lugar.
“Las investigaciones continúan. Se sospecha de estos grupos, pero hay que tomar en cuenta que existen antecedentes de personas que han replicado acciones para vincular a los pandilleros”, refirieron investigadores.
Los detectives consideran que si no es esta organización la culpable del ataque, podría tratarse de un grupo criminal organizado, especializado en activación y desactivación de explosivos.
Se indicó que sin importar quién sea el responsable de esos actos criminales, el objetivo estos es desatar terror, psicosis, percepción de inseguridad y desestabilizar el eje de seguridad del gobierno.
Stu Velásquez, subdirector de Investigación Criminal de la PNC, informó que entre la evidencia recolectada en el primer incidente tienen una placa de teléfono celular, cable eléctrico, un encendedor de vehículo y varias celdas de baterías de motocicletas.
“A partir de esa lectura se concluye que es un artefacto explosivo improvisado, elaborado artesanalmente, pero que tiene la capacitad de destrucción bastante grande”, explicó vía telefónica.
Velásquez manifestó que ese tipo de explosivos se relacionan con el modo de operar de la Mara 18, aunque aclaró que no significa que esa agrupación sea la responsable. Añadió que lo encontrado en el segundo hecho —zona 6— fue una bomba incendiaria —un bote de aluminio de leche en polvo y combustible— que provocó la expansión del fuego.