De esa forma, el VII estudio exploratorio de las actitudes de los guatemaltecos hacia el coronavirus que elaboró ProDatos, revela que en octubre el mandatario ha obtenido su peor calificación, puesto que, incluso el porcentaje de aquellos que dijeron estar “algo de acuerdo” bajó de 24% a 19%, y por el contrario el de los que están “poco o nada de acuerdo”, subió de 37% a 45%.
Es decir, casi la mitad de los entrevistados desaprueba la gestión que ha hecho el Gobierno con la emergencia del covid-19 que lleva más de siete meses desde que se conoció el primer caso, a pesar de que el propio mandatario aseguró la semana pasada que el manejo de la pandemia en Guatemala ha sido un ejemplo para el mundo.
Según el estudio, la desaprobación es más evidente entre las mujeres, las personas de más de 35 años y entre quienes pertenecen al nivel socioeconómico D —bajo—.
Cabe destacar que días antes de que se efectuara el VII estudio, el presidente anunció que ya no pediría al Congreso la ampliación del estado de Calamidad, asimismo anunció el fin de los toques de queda que se habían extendido desde marzo.
También abrió la puerta para que retomaran sus actividades negocios como cines, teatros, bares y gimnasios. Asimismo, se permite la apertura de áreas recreativas como parques y piscinas, aunque con ciertas limitaciones.
Incredulidad a cifras
Sin embargo, la desaprobación a la gestión gubernamental no es tan alta como la falta de confianza hacia las cifras oficiales.
De acuerdo con el estudio de ProDatos de octubre, apenas el 18% de los entrevistados considera “muy creíbles” las cifras sobre contagios y fallecidos por coronavirus. El 21% cree que dichos números son “algo creíbles”, mientras que el 61% —seis de 10— afirma que estos datos son “poco o nada creíbles”.
Para el momento en que se levantó el estudio las autoridades registraban 94 mil 182 contagios acumulados y tres mil 303 fallecidos.
Y la desconfianza de los guatemaltecos pareciera que tiene fundamento. La semana pasada la misma Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia Covid–19 (Coprecovid) estimó que los casos de coronavirus podrían ser 10 veces más que los números que se han contabilizado, lo cual significaría que hoy por hoy los contagios superarían el millón.
“Sabemos que el número de casos probablemente es 10 veces mayor a lo registrado, como se demuestra en otros países”, expuso la semana pasada el titular de la Coprecopid, Edwin Asturias.
Análisis
Al tratar de explicar las causas de la escasa aprobación al manejo de la crisis que ha hecho el mandatario, el analista Christians Castillo recordó que al igual que el expresidente Jimmy Morales el triunfo de Giammattei fue un “accidente político” producto de un momento de emotividad electoral.
En ese sentido ese apoyo que se tradujo en votos fue una “llamarada de tuzas” lo cual explica que el descontento con el gobernante haya caído tan estrepitosamente en pocos meses, puesto que su proyecto político no tuvo ni bases, ni trayectoria, por lo cual “no representa a nadie”.
Si bien es cierto, el estudio mide solo la gestión que se ha hecho de la pandemia, el analista considera que Giammattei corre el riesgo de que los guatemaltecos tengan la misma percepción de todo el actuar del Gobierno, sobre todo porque en el contexto de la enfermedad prácticamente todas las políticas se han tenido que redireccionar a la emergencia por el covid-19.
A eso, añadió Castillo, se suman las políticas erradas que ha tomado el mandatario ya que en un principio parecía dispuesto a sacrificar cualquier cosa con tal de defender la salud de los guatemaltecos, pero a los pocos meses cambió su discurso al extremo de señalar que el coronavirus ya no era su problema.
Para el analista, al principio Giammattei gozaba de la aprobación de los guatemaltecos, sin embargo esta cayó en la medida que comenzó a ceder a los poderes tradicionales del país, también desde que se “lavó las manos” con la llegada de al ministra de Salud, Amelia Flores, y de Asturias a la Coprecovid.
“Se ha visto mucha improvisación y hasta contradicción en sus decisiones —y— la población no entiende que el presidente tiene que responder a la alianza política que lo llevó al poder”, subrayó Castillo.