La agencia de cooperación de EE. UU. anunció este cambio en sus proyectos, lo que según analistas es una estrategia que debe replicar el gobierno guatemalteco antes de implementar cualquier política pública o estrategia dirigida a este sector.
Brian Keane, asesor de Asuntos Indígenas para la Asistencia Extranjera de los EE. UU., explicó a Prensa Libre que, debido al nivel de exclusión de esta población, la cooperación de Usaid integrará a la población indígena en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación de las estrategias.
Esta forma de trabajo es una manera de reconocer a los sujetos como ciudadanos y con derechos asegura Karin Slowing, exsecretaria de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan).
La exfuncionaria señala que con ello se reconoce a la población indígena como personas con criterio y experiencia para decidir si los proyectos que se ofrecen son los adecuados. “A veces creemos saber lo que necesita la gente, se pueden tener buenas sobre eso, pero no es lo que quieren”, indica.
Slowing señala que al igual que la cooperación internacional, es importante que el Estado “deje de ignorar a los sujetos ciudadanos” y que antes de implementar una política pública o un programa se consulte a la población de la comunidad que se verá afectada, ya sea positiva o negativamente.
El mecanismo para ello, señala la exsecretaria de Segeplan, está establecido en las consultas comunitarias.
“Esto requiere un cambio en el diseño institucional de los proyectos, se debe trabajar reconociendo como sujetos de derecho a la otra persona. En términos de política pública es colocar al sujeto no como un beneficiario sino como un actor con voz y decisión”, indica.
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Para Noemí Racancoj, activista comunitaria que trabaja en varios proyectos en el altiplano del país, es importante tomar en cuenta la pertinencia cultural de la población beneficiada antes de emprender algún proyecto.
“Lo que se busca es cómo potencializar los recursos existentes en las comunidades para mejorar y que no sea solo inversión, sino que también las comunidades generen recursos para evitar las migraciones a EE. UU.”, indica la activista.
Racancoj cita como ejemplo algunos proyectos como las bolsas con alimentos y productos para combatir la desnutrición que no son pertinentes culturalmente, mientras que en las comunidades existen recursos que pueden ayudar a su desarrollo.
“Las estrategias son planificadas detrás de un escritorio, que no toma en consideración los aspectos culturales y los contextos que cambian según las regiones” indica la lideresa indígena.
Además, dice la activista, esta nueva estrategia no se trata solo de asistencialismo sino de “despertar” a las personas para que no sean conformistas y comiencen a trabajar en la mejora de su calidad de vida, sin esperar que otros lo hagan por ellos.
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Escuchados
Una de las organizaciones que Keane resaltó por su forma de organización es 48 Cantones de Totonicapán, en cuyo departamento, asegura, hay menos violencia.
Eduardo Yax, expresidente de esta organización afirma que se necesita cambiar los enfoques de la cooperación al considerar el contexto de las comunidades.
En 48 Cantones se necesitan proyectos de emprendimiento, educación, tecnología, salud y seguridad comunitaria, aspectos en los que las autoridades trabajan, señala el líder.
Agrega que un proyecto será efectivo en la medida en que se respeten y escuchen las comunidades.
Juan Zapeta, alcalde indígena de Santa Cruz del Quiché, señaló que siempre han “analizado muy responsable y seriamente todos los apoyos que vienen no solo de Estados Unidos sino de otros países”.
“Valoramos mucho toda ayuda, sacrificio y esfuerzo que hagan hermanos nuestros de otros países. Somos claros y enfáticos sobre este asunto, valoramos toda ayuda, siempre y cuando no nos condicionen y sea un plan de incidencia en nuestros pueblos”, aseveró Zapeta.
Aseguró que rechazan toda injerencia de cualquier país en cuanto a sus propias formas de vida, de organización social y prácticas culturales.
“Si un país viene con la intención de imponer alguna situación que afecte nuestra espiritualidad, idioma o prácticas culturales las rechazaremos en todo momento. Somos muy claros y enfáticos en decir que es bienvenida la cooperación, siempre y cuando se respete nuestra propia autoridad”, acotó Zapeta.
Norma Sancir, de la Central de Organizaciones Indígenas Campesinas Ch’orti’ Nuevo Día y de la Red de Mujeres Mayas Ch’orti’, indicó que tanto Usaid como otras agencias de cooperación europeas ayudan en los procesos de reivindicación de los derechos individuales y colectivos de los pueblos indígenas.
“La cooperación internacional ha aportado al territorio Ch’orti’ en dos vías, la primera es el asistencialismo que se da a ciertos grupos sean indígenas o no y que tiene un enfoque para combatir la desnutrición y la pobreza en el corredor seco y el segundo es otro grupo que organizaciones que apoya las estructuras de las autoridades ancestrales Ch’orti’ y la red de mujeres Ch’orti’”, declaró Sancir.
Consideró que la ayuda debería ser trasladada a estas estructuras organizativas porque ayuda a avanzar en los derechos y en la erradicación de la desnutrición crónica de los pueblos originarios.
Señaló que actualmente hay problemas porque estos aportes pasan por las estructuras del Gobierno, se va por las líneas de administración, pasa el tiempo y la ayuda no llega a donde debería. “Este apoyo debe de ir específicamente a los pueblos indígenas y sus estructuras organizacionales comunitarias”, señaló.
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Enfoque integral
Para Irene Flores, experta en políticas públicas del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, la ayuda será efectiva en la medida en que esta se enfoque en la población adecuada y cuestiona si toda la ayuda ofrecida por Usaid se necesita solo en áreas indígenas.
“La necesidad del desarrollo económico y la falta de empleo no solo afecta a los indígenas y podría dejarse fuera de las intervenciones a personas que necesitan ayuda o en otras regiones”, señala la experta.
Flores recalca que la prioridad, al momento de establecer un proyecto de cooperación es enfocarse en el grupo priorizado.
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Pertinencia
El Programa Nacional de Competitividad, Pronacom, trabaja de la mano con Usaid en proyectos de desarrollo.
Para esta entidad, representante del Estado, “es sumamente importante que los aportes que se realizan a nivel territorial tengan como principios la inclusión y pertinencia”, señala.
La postura, ofrecida a través del departamento de Comunicación Social, señala que “desde la Alianza para la Prosperidad, en Pronacom, actualmente estamos facilitando y desarrollando la iniciativa, Ruta Hacia la Prosperidad – Alianza Entre los Pueblos, la cual tiene como objetivo facilitar acercamientos con entidades indígenas para promover la definición de una agenda mínima en cada uno de los ejes de trabajo”.
Esos ejes contemplan la mejora al sector productivo, el fortalecimiento institucional, el desarrollo del capital humano y la seguridad y justicia.
“Esperamos de este esfuerzo, en el corto plazo, poder obtener de primera fuente, información que tanto como entidades públicas y socios acompañantes debemos considerar en nuestros trabajos en territorios y alinear nuestras capacidades con los objetivos locales”, indican.
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