Las imágenes compartidas por el Insivumeh muestran detalles de la actividad volcánica así como ubicaciones y zonas de riesgo.
De acuerdo con Rubén Flores, portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), el Volcán de Fuego registró retumbos débiles y moderados durante la noche y madrugada, por lo que hubo incandescencia de cien a 300 metros de altura y flujos de lava de 200 metro de longitud con dirección hacia la Barranca Cenizas.
En tanto, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) publicó un boletín que detalla que en el cráter Mackenney del volcán Pacaya “se genera desgasificación débil, elevándose 150 metros sobre el cráter y desplazándose 300 metros en dirección suroeste”.
Señala que no se ha registrado emisión de ceniza, ni expulsión de material incandescente, pero las estaciones sísmicas de la institución registran “eventos cortos de baja frecuencia debido al movimiento del magma y gases dentro del edificio volcánico, como también a periodos de desgasificación prolongados o abundantes en el cráter”.
Advierte que “no se descarta que se generen flujos de lava o bien columnas de desgasificación con abundante ceniza”.
Erupciones
En 2018, Guatemala sufrió con la actividad del Volcán de Fuego. El 3 de junio de ese año, marcó el final de decenas de vidas debido a que San Miguel los Lotes, una comunidad que desde los años 1960 se comenzó a poblar, quedó soterrada por toneladas de material volcánico que arrojó el Volcán de Fuego.
En febrero de 2021, nuevamente el Volcán de Fuego tuvo actividad y los ríos de lava provocaron caída de ceniza en Antigua Guatemala y zonas aledañas.
En ese momento las autoridades alertaron sobre dos ríos de lava por la efusiva erupción que mantenía el volcán de Fuego. Mientras tanto, también se vigiló al volcán de Pacaya, que reportó un incremento en su actividad. Ambos volcanes arrojaron ceniza que ya ha caído en varios municipios.