¿Cómo fueron los primeros momentos después de la tragedia?
Bercián: Lo primero que encontré fue gente con crisis nerviosa y desconsolados. El río estaba desbordado y el terreno demasiado débil. Personas con la luz de sus teléfonos buscaban a sus familiares y se turnaban para usar una pala. Había dos hermanos desesperados que buscaban a su abuela; al amanecer ya no los vi.
Según su experiencia, ¿cuáles son las principales causas de estos sucesos?
Martínez: No hubiera ocurrido si hubiesen otras condiciones, pero esta era una hondonada; a eso se le agrega la presencia de un río. Esto hace que las personas vivan en alto riesgo, porque es una combinación de factores; a esto se suma la constante lluvia y la ocupación de suelos.
Es de mencionar el caso de Villa Hermosa —San Miguel Petapa—, donde familias viven a la orilla del río que ha socavado por debajo de las viviendas, pero esto se pudo evitar, porque la ocupación del suelo debe ser ordenada.
¿Qué opina sobre las advertencias o recomendaciones de Conred en áreas de riesgo?
Martínez: Lo que pasa es que, por ejemplo, se visitó una aldea en las faldas del Volcán de Fuego y cuando se les dice que abandonen el lugar, no lo hacen porque hay una especie de convivencia con el peligro, porque no quieren dejar sus tierras.
¿Cuáles son los principales obstáculos que han encontrado en su labor de rescate?
Gonzales: El problema es que se está trabajando con herramienta manual, aunque ya proporcionaron maquinaria pesada, y esto ayuda más a la búsqueda de personas soterradas hay sitios inaccesibles.
¿En qué condiciones se ha encontrado a las víctimas?
Gonzales: Con golpes y fracturas. Hemos ingresado a través de espacios abiertos que normalmente quedan en casas colapsadas.
¿Cuánto tiempo podría llevar retirar los escombros?
Gonzales: Según cálculos y mi experiencia de 27 años en los bomberos, diría que unos 20 días más.
¿Se reduce la posibilidad de encontrar personas con vida?
Gonzales: Estamos trabajando con la unidad canina para la búsqueda de personas atrapadas y fueron ellos los que localizaron cuerpos, lamentablemente, sin vida.
¿Los que han sobrevivido, cómo lo han logrado?
Gonzales: Dentro de pequeños espacios en áreas colapsadas, absorben un 20 por ciento de oxígeno contaminado con tierra, pero de esa forma lo logran.
¿Por qué están colapsando áreas más seguido?
Martínez: Porque se ocupan lugares no adecuados, es el caso de las familias que viven abajo del puente El Incienso.
¿Qué lugares han tenido problemas similares?
Martínez: En Villa Hermosa, San Miguel Petapa; los del cerro Alux, en Mixco, que ahora viven en un albergue. También se incluye a pobladores de Panabaj, Sololá, donde una correntada soterró viviendas. Ellos ya fueron reubicados; también áreas vulnerables en Quetzaltenango y San Pedro Sacatepéquez, San Marcos.
¿El terreno sigue inestable?
Gonzales: Sí, ha habido retumbos y desprendimientos de tierra, otras personas llegan a querer a ayudar, pero no toman precauciones.
¿Qué es lo que más les hizo falta en la jornada?
Gonzales: Falta equipo y trabajamos con poco presupuesto.
¿Ha comparado esta tragedia con otras?
Gonzales: Ha habido incidentes similares, pero de magnitud más pequeña, pero esta es impactante. Cuando llegamos la gente corría, niños lloraban y se veía a personas salir ensangrentadas por los escombros.
¿Aún se puede hacer un reordenamiento urbano?
Martínez: Cuando revisamos situaciones de otros países, tienen políticas para generar opciones habitacionales, pero aquí no se generan y solo se trasladan subsidios, y entonces como no existen, las poblaciones de escasos recursos ocupan terrenos no adecuados.
¿Hay espacios en el país para construir en forma segura?
Martínez: Sí, pero el territorio es objeto de disputa, ya sea para actividades económicas, creación de proyectos de vivienda para personas con mayores recursos y por parte de personas sin un terreno.