La anterior es opinión de Héctor Monzón Despang, director de la Asociación Guatemalteca de Ingeniería Estructural y Sísmica (Agies). “Estos eventos pueden ocurrir en cualquier momento, y lo más importante es tener la preparación adecuada”, afirmó.
“La construcción más adecuada se logra por medio de que el constructor empírico se tecnifique y pase por la capacitación adecuada”, aseguró el experto.
Monzón Despang destacó que esos sismos también dejan como lección que es inconveniente la construcción con adobe.
“En general, en el altiplano, la bocacosta y sur del país el material que existe para hacer adobe no es el adecuado. Nuestro adobe no es de arcilla, sino arenoso, y no tiene ninguna capacidad para resistir sismos”, advirtió.
La afirmación del experto se confirmó el miércoles 14 de junio pasado, pues la mayoría de casas dañadas eran de mampostería de adobe, la cual cedió ante la magnitud del temblor.
Peligro aumenta
La historia muestra que desde el terremoto de 1976, que se cobró 23 mil vidas, se comenzó a utilizar bloc para la construcción de viviendas.
Monzón Despang señaló que aunque ese material es bueno para la construcción, en la actualidad se abusa del bloc en varias poblaciones.
El experto explicó que gracias a la construcción con bloc, en las décadas de 1980 y 1990 el país mostró vulnerabilidad baja a los sismos, debido a que las construcciones eran adecuadas; es decir, de uno o dos pisos.
A partir del 2000 comenzó un “abuso” de la construcción con bloc y la vulnerabilidad.
Monzón Despang refirió que el abuso del bloc consiste en hacer construcciones de más de tres plantas. Para estas se deben utilizar otras técnicas.
Se deben agregar otros tres factores de vulnerabilidad. El primero es que se comienza a construir en las áreas de influencia de los ríos. Otro es que existe un boom de asentamientos humanos, lo cual los hace especialmente vulnerables a sismos y también a deslizamientos.
El tercer factor de vulnerabilidad es la calidad del bloc, pues en Guatemala los materiales que se utilizan hacen que en algunos casos sea débil, lo que representa un problema para las construcciones grandes.
Estas tres razones hacen que el país, en este momento, tenga una vulnerabilidad ante los eventos sísmicos similar a la que se tenía en 1976, cuando ocurrió aquel devastador terremoto que cobró miles de vidas.
Estudio de orden territorial
País carece de estudios especializados, asegura el experto Héctor Monzón.
¿Por qué el ordenamiento territorial es importante por el tema sísmico?
Es urgente e importante identificar los lugares de alto riesgo a través de un estudio territorial por parte de la Municipalidad de Guatemala.
¿Existe algún estudio reciente sobre este tema?
El país no cuenta con un estudio de esta clase. Apenas la Municipalidad de Guatemala cuenta con una clasificación G5 a G0.
¿Cuál es el significado de esta clasificación?
El G0 es cuando no se puede construir, y así va subiendo el nivel. Depende de la pendiente del terreno, y aún en lugares G0 existe invasión de terrenos. Pero el tema se vuelve político, porque qué otra alternativa de vivienda se ofrece a las personas; no pueden solo evacuar.
Según su experiencia, ¿cómo se califica una construcción en alto riesgo?
Por ejemplo, si estoy en la orilla de un río o barranco, cerca o frente a una ladera. Ese análisis no es difícil de determinarlo, pero no hay conciencia.
¿Cuántos casos podría haber así en Guatemala?
Existen muchos; por ejemplo, lo que se está haciendo en el puente Belice es trasladar a las personas que han construido debajo del puente, pero ese no es el peligro más grande.
¿Cuál es el mayor peligro?
No es tanto que el puente se venga abajo, sino las laderas que están llenas de viviendas.
¿Hay alguna ladera identificada como más riesgosa?
Por ello es importante realizar un estudio, para identificar los puntos críticos. Pero con eventos telúricos como los que se vivieron hace unos días, en cualquier momento se puede venir una ladera sin aviso.