ProDatos es una firma que se dedica a la investigación de mercados. Tiene su sede en Guatemala y presencia en Centroamérica.
Por tercer mes consecutivo, la compañía hizo este estudio exploratorio, de cuyos principales hallazgos Monzón habló con Prensa Libre, entre estos que un tercio de la población guatemalteca se resiste a tomar las medidas de precaución necesarias para evitar contagiarse de covid-19.
También hablo del hecho de que la pandemia ha tenido efectos negativos en la mayoría de hogares guatemaltecos y que la aprobación de la ciudadanía en el área metropolitana hacia la forma como las autoridades han manejado la crisis disminuye poco a poco.
Monzón confía en que el monitoreo sea una herramienta útil para la toma de decisiones.
¿Cuáles son sus comentarios generales respecto de este tercer estudio sobre las actitudes de los guatemaltecos hacia el coronavirus?
El estudio ha sido un aporte valioso para ver cómo está interactuando la población con el coronavirus. Siento que entre la primera y segunda medición las personas que son muy sensibles a un riesgo rápidamente se incorporaron a establecer protocolos de cuidado. Luego, en mayo, el hecho de que la enfermedad hubiera avanzado hizo que una segunda ola de gente se involucrara con los protocolos, ya que prácticamente toda la gente estaba usando mascarilla. El estudio —en esa oportunidad— lo que dijo fue que más gente se estaba cuidando.
En el tercer estudio ocurrió algo interesante, la gente que se está cuidando no se ha incrementado, es la misma proporción, a pesar de que entre la segunda y tercera medición hay 10 veces más muertos y siete veces más infectados, lo cual nos lleva a la conclusión de que a la gente que no se está cuidando o esta siendo más flexible hay que hablarle de una manera diferente. Hay que involucrar a esa tercera parte que, hasta ahorita, las cifras dicen que no está siguiendo los protocolos de cuidado.
El otro punto importante es que la estrategia de comunicación hacia la gente de parte del Gobierno debería ser más puntual y agresiva en comunicar por qué nos tenemos que cuidar. Por lo mismo, esas cifras de la proporción de gente que no se cuida ya no se movieron y siguen en un 35%. El que no se estaba cuidando en la segunda encuesta tampoco lo hace ahora. Entonces hay que hablarles de una manera más directa y decirles por qué se tienen que cuidar.
¿Se puede determinar en qué grupo etario o socioeconómico está principalmente este 35% que no está tomando sus precauciones?
Las mujeres se cuidan más. Los jóvenes y los adultos mayores hombres son los que se están cuidando menos. Mientras ese 35% del nivel general baja hasta 20% en las edades más adultas, en los jóvenes llega casi al 50%; 44% de los jóvenes no se está cuidando tanto y el 42% entre los adultos jóvenes de 25 a 34 años.
¿Tiene que ver con el hecho de que desde un inicio se dijo que esta enfermedad afectaba más a los adultos mayores?
Sí. Los jóvenes se sienten más protegidos y seguros frente a esta enfermedad, pero yo creo que la parte importante es que… una cosa es que me vaya afectar en lo individual y otra cosa es que me convierta en un transmisor, que eso puede pasar.
¿Cuáles diría usted que son los hallazgos más relevantes de este tercer estudio?
En primer lugar, que un tercio de la población sigue sin cuidarse. Eso es muy importante, en este momento no puede permitirse eso. Segundo, económicamente esta situación ha afectado a una gran cantidad de hogares, 70% dicen estar teniendo menores ingresos, se tiene que pensar en esa situación también. Un tercer hallazgo importante es que el presidente —Alejandro Giammattei— todavía tiene la aprobación de la mayor parte de las personas, pero esa aprobación va en disminución; o sea, pronto va a suceder que más gente no estará de acuerdo con lo que se hace. Aunque la mayoría de las personas aprueba la gestión del presidente, es un indicador de que va bajando.
Y el cuarto aspecto es que la credibilidad de las cifras oficiales disminuyó de manera importante. Mientras la mitad de la gente sí creía en estas, hoy la mitad bajó al 40 o 42%. Hoy hay más personas que no creen en las cifras oficiales.
¿Qué nos ayuda a entender estas encuestas?
Algo muy importante es que atacar la enfermedad no solo es una cuestión que se debiera dar en los hospitales, sino que es una situación que tiene que ver con que las personas se cuiden. Entonces el monitoreo de estos nos permite ver en qué medida se está cuidando la gente y con qué fuerza tenemos que hablarle a la gente que no se está cuidando. También nos permite generar un complemento respecto del cuidado que se está teniendo a los hospitales.
¿También nos ayuda a entender el comportamiento de las personas y hacia dónde se deben dirigir las políticas?
De acuerdo. No se trata solo de decirle a la gente enciérrense en sus casas, porque existe una necesidad económica. La gente no sale porque simplemente quiere salir, lo hace porque tiene que buscar el sustento de su casa. Esto —el monitoreo— nos ayuda a entender que tenemos que hallar un balance entre el cuidado de la salud y la parte económica de los hogares.
¿Cuál es el objetivo de hacer este tipo de estudios?
Contribuir. Desde nuestro punto de vista, tenemos la responsabilidad social que es informar de lo que está pasando en la gente. También contribuir con los estrategas que están manejando esto. Poner nuestro grano de arena en el sentido de cómo se está actuando y cómo está pensando la gente en estos momentos, para que se generen estrategias que impacten, por ejemplo, a ese 35% que no se está cuidando, y tomar las acciones necesarias para meter a este grupo dentro de los que sí lo están haciendo.
No queremos influir en los tomadores de decisiones, sino presentarles cómo está la situación afuera, para que tomen decisiones en base a información.
Es importante que los líderes nacionales que dirigen todo este esfuerzo para manejar esta situación del coronavirus tomen esto como una entrega que quiere aportar, para que ellos vean cómo se está comportando la población ante toda esta situación y, pues, que puedan pensar en desarrollar estrategias.
El estudio se desarrolló en el área metropolitana. ¿Se puede con este proyectar al resto de la población?
No creo que estos datos se puedan proyectar al interior del país, porque siento que la dinámica de la gente del interior es diferente. La dinámica comercial es más exigente en el área metropolitana y las necesidades económicas son más dinámicas.
¿Habrá un cuarto estudio?
Espero que sí. Nuestra intención es hacer uno cada mes, para darle seguimiento a esto.