El grupo, uniformados y organizados en equipos, decidieron colocar una red y jugar un minicampeonato de voleibol, otros decidieron acompañar el movimiento con otras actividades al aire libre.
Una marimba ejecutada por los propios estudiantes también destacó en la particular protesta, dirigida a los diputados del Congreso y a las autoridades gubernamentales, para dejar de generalizar a los jóvenes con la delincuencia y la integración de pandillas.
“Somos estudiantes no delincuentes”, decían algunos carteles que fueron colocados en el frontispicio del Palacio Legislativo, para reforzar la protesta y difundir el mensaje de los estudiantes, que dicen mantener ese tipo de protestas hasta que perciban un cambio de actitud hacia los jóvenes.
Algunos estudiantes aseguran que son calificados como pandilleros, condición que ofrece una desventaja para integrarse a otras actividades sociales.
La protesta mantuvo cerrado el paso vehicular, provocando problemas de tránsito en el Centro Histórico.