Las alertas se encienden otra vez ante un nuevo incremento de casos , ahora provocado por las subvariantes de ómicron BQ.1 y BQ.1.1 —que desciende de la BA.5—. Hasta la primera semana de octubre estaban en 65 países.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que no hay datos epidemiológicos sobre la gravedad de la enfermedad, pero ¿podemos esperar una nueva ola de contagios? El ente internacional destaca que esta tiene una “ventana de crecimiento” significativo sobre otros sublinajes de ómicron que circulan, como en Estados Unidos donde es la causante de más de la mitad de los contagios.
Durante octubre pasado el promedio diario de casos positivos en Guatemala fue de 498. Mientras que en noviembre subió a 525, hay una tendencia al alza que podría desencadenar un nuevo repunte.
Algo inevitable
El epidemiólogo Kevin Martínez Folgar señala que la BQ.1 no muestra un incremento abrupto en hospitalizaciones ni en la mortalidad. Explica que, de momento, es la más común en Estados Unidos y “muy probablemente lo será en Guatemala”.
De acuerdo con la infectóloga Alicia Chang, presidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (Agei), por ser una variante de reciente aparición es “normal” que provoque un incremento de casos; además, la infección con ómicron no protege del todo contra el contagio de estas subvariantes.
Por otro lado, las vacunas contra el covid-19 que hay en el país no están diseñadas para servir de muro contra las nuevas variantes del virus.
“Ómicron no figuraba en el panorama cuando se fabricaron las vacunas que se están administrando en Guatemala. Estas no son bivalentes sino univalentes, es decir que, solamente tienen la cepa original del covid”, menciona.
De esa cuenta, sí habrá un incremento importante de casos como para producir una nueva ola de coronavirus, pero no de la misma dimensión que se ha visto anteriormente.
Esto se ve en los números, pues mientras que entre octubre y noviembre de este año se cuentan 30 mil 113 casos, en el 2021 para el mismo período ya se habían superado los 55 mil contagios.
Aunque se debe considerar que con la autorización del uso de pruebas caseras muchas personas salen positivas y esos casos no se reflejan en el reporte del Ministerio de Salud.
Por el momento se observa que la BQ.1 no es tan agresiva, aunque no se descarta que en algún momento se tengan casos de hospitalización al aumentar los contagios. En los adultos los síntomas han sido leves, mientras que, en los niños, dice Chang, se observa complicaciones de “una tos muy metálica”, lo que los médicos denominan “crup”, y eso los puede llevar al hospital.
Peligro de reinfección
Un punto que señala la OMS es que, con la disminución de la respuesta inmunitaria de las oleadas iniciales de infección por ómicron y la aparición de subvariantes, la probabilidad de reinfecciones es alta.
Nancy Sandoval, expresidenta de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología (Acencai), expone que estas subvariantes y variantes no son más peligrosas o letales que las previas a ómicron pero son capaces de enfermar y si se es vulnerable o no se tiene el esquema completo de vacunación y refuerzos hay riesgo de complicación y de hospitalización.
No hay que descartar el covid prolongado, las secuelas de la enfermedad y que los efectos duraderos o transitorios pueden incidir en la baja laboral y en el desempeño de las actividades o en la calidad de vida.
Nos encontramos en un contexto en el que la probabilidad de reinfección por covid-19 es alta, y puede ser más peligrosa que la primera infección, refiere Sandoval.
Agrega que las variantes y subvariantes que actualmente circulan son diferentes y la respuesta del sistema inmune puede variar según la memoria inmunológica, la cantidad y calidad de anticuerpos que se tengan. Además, se sabe que los riesgos de muerte, hospitalización y problemas de salud graves aumentan en los pacientes que se contagian más de una vez con el virus.
Un reciente estudio de la Universidad de Washington indica que los pacientes reinfectados tienen más del doble del riesgo de muerte y más del triple de riesgo de hospitalización comparada con aquellos que se infectaron con covid solo una vez, dice Sandoval. También aumenta la probabilidad de problemas en pulmones, corazón, sangre, riñones, huesos, músculos, y provoca desórdenes neurológicos.
Por aparte, el estudio Prevalencia de tos post-covid un año después de la infección por SARS-CoV-2 encontró que alrededor del 2.5% de las personas siguen tosiendo un año después de infectarse con coronavirus.
Hay que prepararse
Ante este panorama la presidenta de la Agei es de la opinión de que los hospitales deben de prepararse con camas en las áreas covid-19, y la medida debe extenderse a las pediatrías. El sistema de salud pública también debe abastecerse de pruebas para detección de casos.
“Una buena noticia es que los test disponibles sí detectan estas nuevas variantes. La estrategia ahora debe de ser que, al menor inicio de síntomas, hacerse una prueba y aislarse. Si logramos esto, no deberíamos de alarmarnos”, dice Martínez Folgar.
A cada paciente que llegue a las emergencias de los hospitales con síntomas respiratorios será necesario hacerle un hisopado, por lo que Chang agrega que “no podemos estar en medio de una temporada de este tipo de enfermedades sin suficientes pruebas de covid”.
¿Cuánto dura la inmunidad?
Las BQ.1 y otras subvariantes parecen que escapan a la protección que generan las vacunas que han estado disponibles. Es por ello por lo que las empresas farmacéuticas están desarrollando biológicos que cubran las nuevas variantes.
Si bien, tener el esquema completo (dos dosis) no previene el contagio de las nuevas variantes, el criterio médico es que sí evitan la hospitalización y la enfermedad severa. El problema es que en Guatemala la cobertura de vacunación sigue en números rojos.
El reporte del Ministerio de Salud señala que solo el 47.28 de la población tiene las dos dosis contra el coronavirus.
Los importante es proteger a las personas que tienen factores de riesgo como adultos mayores o con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o afecciones cardíacas.
La evidencia científica refiere que la inmunidad en aquellas personas que completaron el esquema de vacunación puede durar entre 12 y 18 meses, después de ese período se analiza si los anticuerpos son protectores o no. Para quienes se colocaron la tercera y la cuarta dosis ese tiempo se extiende, aunque no se tiene datos exactos de hasta qué punto, esto dependerá de cada individuo.
Recomendaciones
Como sucedió el año pasado, las fiestas decembrinas pueden llevar a un aumento de casos de covid-19. De esa cuenta, los médicos recomiendan continuar con el uso de la mascarilla, evitar las aglomeraciones y las reuniones en lugares sin ventilación, así como el lavado de manos. También es importante que las personas que no han completado el esquema de vacunación lo hagan.