Algunos maestros reconocen que los retos a los que se enfrentan tras dos años de clases virtuales son grandes, ya que el rezago en la educación de los niños es “preocupante”, porque hay casos cuyo aprendizaje se remonta al último año que recibieron en las aulas previo a la pandemia.
“El nivel de enseñanza está bastante atrasado, porque les cuesta mucho Matemáticas donde les cuesta reconocer los números, y en Comunicación -les cuesta- la escritura, ortografía y separación de sílabas que es lo más sencillo para cuarto. Ellas están en cuarto, pero parecen de segundo y eso es duro porque tenemos que reforzarlas bastante”, señaló Mayra Quinteros, maestra de cuarto primaria de la Escuela Nacional para Niñas No. 10 Manuel Cabral, Jornada Matutina.
“Nos está costando mucho por los dos años que ellas no asistieron a clases, porque están retrasadas a nivel académico y por eso las reforzamos en Matemáticas y Comunicación y Lenguaje”, agregó Quinteros, quien dijo que para protegerse de la pandemia sus alumnas llegan en burbujas de ocho y nueve estudiantes.
Olga Marina Quevedo, directora de la misma escuela, refirió que, aunque los maestros hagan el esfuerzo necesario “siempre hay deficiencias -en la forma virtual- y se le ha cargado la mano al padre de familia porque no teníamos otra opción”.
Añadió que el retraso en el aprendizaje de las pequeñas las ha obligado a que algunas de las estudiantes tengan que llegar dos veces por semana a la escuela, pues el trabajo con ellas debe ser personalizado con el objetivo de nivelarlas.
“Los retos más grandes es que ellas vuelvan a adaptarse, porque, por ejemplo, las de primero no tuvieron Párvulos y ahora vienen como que a conocer la escuela. El reto más grande es del maestro, porque en la casa muchas veces los padres de familia no tienen el tiempo porque tienen que trabajar o algunos nunca fueron a la escuela”, refirió Quevedo.
Además, Víctor Ramírez Moreira, maestro de la escuela de primaria José María Castilla jornada vespertina, señaló que “el reto ha sido grande, porque los niños regresaron con conocimiento bajos que evidencia que los estudiantes estuvieron muy alejados de esos conocimientos y nivelar a los niños es un reto para nosotros”.
Carencias
Sumado al rezago educativo de los estudiantes, los maestros de la mayoría de las escuelas que retomaron la forma presencial se enfrentan a carencias propias del abandono de los establecimientos por más de dos años, como techos en mal estado, paredes sucias y problemas de abastecimiento de agua entubada; además, en algunos casos hay carencias de personal para limpieza.
Karin Rodríguez, directora de la Escuela de niños número 3 Cayetano Francos y Monroy, refirió que no han retomado las clases presenciales, porque en la escuela no había servicio de agua entubada, por lo que se ha trabajado con guías y de forma virtual.
Además, dijo que, sumado a la falta de agua, en el plantel tampoco hay personal de limpieza y que por eso se organizarán con los padres de familia que ellos asuman esa responsabilidad y así retomar las clases presenciales.
También destacó que por “salud mental” de los niños es necesario que ellos regresen a las aulas.
En tanto, Eva García de Loaiza, directora de la Escuela de Aplicación de Belén jornada Matutina, señaló que las clases las imparten de forma semipresencial y que se toman todas las medidas que implementó el Ministerio de Educación para garantizar la seguridad de los estudiantes.
Doris Umaña, madre de familia, dijo que atender a su hija le fue difícil durante la pandemia porque ella tiene problemas de la vista, por lo que considera positivo que regrese a la escuela “porque aprende más que de forma virtual y porque aparte de todo yo casi no veo y era difícil”.
Se pidió una postura al Ministerio de Educación, pero no han respondido.
Aunque el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación han señalado que únicamente pueden regresar a las aulas los estudiantes del sector público de los municipios en naranja, amarillo o verde, pero ahora más de 8 mil 945 establecimientos necesitan ser reparados, porque hay escuelas sin agua, sin techo, servicios sanitarios en mal estado y aulas mal ventiladas o pequeñas para garantizar el distanciamiento social que exige la pandemia.
De acuerdo con datos enviados por la Dirección de Planificación (Diplan) del Mineduc, el año pasado únicamente se repararon 554 centros educativos.