En Latinoamérica, Chile y Perú retiraron el uso de la mascarilla como medida de protección contra el coronavirus. ¿Podrán generalizarse esas acciones para el resto de los países? ¿Guatemala está en condiciones de que el covid-19 deje de ser una amenaza de alto riesgo para la población?
Francisco Coma, ministro de Salud, dijo el pasado 21 de septiembre que están a la espera de los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para declarar el covid-19 como una enfermedad endémica, una patología más que los sistemas de salud deberán cubrir.
El Departamento de Comunicación de la cartera indicó que analizan las medidas de Salud Pública que serán adoptadas a partir de la declaratoria del fin de la pandemia, mismas que estarán orientadas principalmente a la prevención y vigilancia epidemiológica dentro de lo que se realiza en el marco de virus respiratorios. Para ello, harán consultas a expertos a fin de establecer un consenso con base en evidencia científica, viabilidad y conveniencia para los guatemaltecos.
A criterio de infectólogos que han dado seguimiento al desarrollo del covid-19 en Guatemala, hay ciertas condiciones que se deben de alcanzar para considerar que la pandemia terminó en el país.
1. Control de contagios y de muertes
La doctora Nancy Sandoval, presidenta de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología -ACENCAI-, menciona que uno de los puntos a considerar es la disminución del 50 por ciento de casos positivos partiendo del último reporte más alto. Esta reducción debe ser sostenida por unas tres semanas.
El pasado 5 de septiembre se registró la cifra más elevada, fueron 379 casos, según el tablero de datos del Ministerio de Salud. Para cumplir con dicho criterio los casos positivos deberían estar por debajo de 189 diarios. Sin bien hay un descenso en las cifras, la baja debe permanecer por unas semanas más.
Alicia Chang, presidenta de la Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas (AGEI), refiere que la positividad de las pruebas debe estar por debajo del cinco por ciento, al menos por un par de meses. Sin embargo, en las últimas tres semanas está se mantiene por arriba del ocho por ciento.
“La otra condición es que no tengamos mortalidad asociada a covid-19. Es aceptable que haya algún número de enfermos, pero no muertes por coronavirus, porque la variante ómicron -la prevalente ahorita- no debería causar enfermedad severa”, dice Chang.
Guatemala sigue reportando fallecidos por coronavirus, en ocho días -del 26 de septiembre al 4 de octubre- se informó del deceso de 39 personas, aunque el ministerio señala que son muertes de fechas anteriores.
La presidente de la ACENCAI coincide en que debe haber una disminución de muertes entre los casos confirmados y los probables, y esto debe ser sostenido por unas tres semanas, como también registrar un descenso en la cantidad de hospitalizaciones e ingresos a las Unidades de Cuidado Intensivo.
2. Aumentar cobertura de vacunación
Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, aseguró hace unos días que es posible ponerle fin a la pandemia de covid-19 este año, siempre que se cumpla con la vacunación en los países y que no se baje la guardia en el testeo de casos. Hizo ver que estas dos medidas están actualmente por debajo de los niveles deseados, lo que puede exponer al mundo a nuevas variantes del virus.
Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha dicho que el mundo nunca ha estado en una mejor posición para poner fin a la emergencia global.
Sin embargo, las condiciones de cada país son distintas. En Estados Unidos siete de cada diez personas tienen las dos dosis de la vacuna contra el covid-19; en Australia, Canadá, Corea del Sur y Perú son ocho de cada diez los que ya completaron el esquema, mientras que en Chile son nueve, según el reporte de Our World in Data.
Guatemala está lejos de tener una cobertura vacunal similar, pues aún no supera el 40 por ciento de personas con dos dosis.
A criterio de Chang en el mundo hay un sentimiento de que el número de casos positivos no es alto, y se da el mensaje de que vamos saliendo de la crisis, pero cuando el presidente Biden o el secretario general de la OMS hablan del fin de la pandemia lo hacen desde una visión general, en la que hay países con metas de vacunación importantes, pero a nivel local cada autoridad de Salud tiene que juzgar como está su situación y sus parámetros para establecer si están fuera de peligro.
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“Hay países como Estados Unidos que tienen un nivel alto de vacunación y los servicios de vigilancia y el abastecimiento de servicios de salud siempre ha sido superiores al nuestro. Ellos podrán salir más rápido de la emergencia sanitaria, y muchos países están avanzando en la dirección correcta, pero nosotros no podemos extrapolar los resultados que tienen otros países porque no estamos aplicando las mismas medidas”, explica Chang.
Sandoval menciona el impacto positivo que tiene la vacunación contra el covid-19 en la disminución de muertes, pero mientras haya casos de infección hay riesgo de que personas vulnerables y sin vacunas o con esquema incompleto tengan complicaciones, además de que las infecciones repetidas conllevan a problemas relacionados con el covid prolongado.
3. Capacidad de reacción
Se debe considerar si el Sistema de Salud del país está en la capacidad de reaccionar ante un posible rebrote de casos de covid-19. Así como reforzar la vigilancia epidemiológica para detectar la aparición de cualquier variante. Para ello, se necesita mantener un testeo adecuado, garantizar la disponibilidad de pruebas, la capacidad de rastreo y el manejo de casos y de contactos.
El virus del covid-19 es muy hábil para mutar en situaciones donde hay más replicaciones. Con una baja cobertura vacunal hay peligro de que en el país se desarrollen variantes, como también es fácil de que ingrese alguna y se disperse con rapidez. Hay que considerar que estas pueden tener potencial de evasión inmune a las vacunas y a los tratamientos actuales.
Otra condición importante es que exista un plan que asegure una vigilancia constante de virus respiratorios y emergentes que pueden ocasionar problemas en el país.
Con la guardia arriba
Si bien Guatemala cumple algunos parámetros anteriormente descritos, tanto Sandoval como Chang coinciden en que no es prudente fomentar el desuso o abandonar las medidas que se sabe funcionan para evitar o minimizar el riesgo de la infección, como el correcto uso de mascarilla, distanciamiento físico, preferir espacios ventilados o al aire libre e higiene de manos, que funcionan no solo para prevenir el covid-19 sino también virus como la influenza y la viruela del mono.
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