Añadió que tienen figuras de Santa Claus, duendes, renos, osos y muñecos de nieve, así como luces, campanas, fuentes, árboles, pascuas, velas, nieve artificial, coronas, inflables e imágenes de la virgen de Guadalupe.
Atracción
La casa, que se ha convertido en la atracción de vecinos de varios sectores, se ilumina a partir del 1 de diciembre hasta finales de enero.
Ramírez recuerda que la tradición comenzó desde que era niña, pues sus padres le inculcaron celebrar de manera especial las fiestas de fin de año; sin embargo, hace 14 años, decidió hacerlo con mayor devoción por agradecimiento a Dios por la vida de Marco Antonio Fernández Ramírez, su tercer hijo, quien nació con hipoxia cerebral —déficit de oxígeno—.
“Cada año nos esforzamos para decorar la casa como gratitud a Dios por los milagros que ha hecho en nuestras vidas”, expresó Bayron Fernández, esposo de Ramírez.
La tradición tiene un costo, pero eso no importa para la familia, pues aparte de todo contribuyen en mantener vivas las tradiciones.
Fernández comentó que entre noviembre y diciembre pagan más de Q3 mil de energía eléctrica, además, invierten en el mantenimiento de los adornos, que cuestan entre Q20 y Q6 mil 500.