Luis Manuel Muñoz, uno de los restauradores del Departamento de Conservación, explicó que los daños se circunscribían a unos golpes en la frente y manos, el oscurecimiento de las manos y fisuras en el pie, así como en la estructura metálica de su interior.
Un incidente ocurrido en la procesión del Domingo de Ramos del 2014, donde se miraba que la cruz se tambaleaba conforme el movimiento de las andas, activó las luces de alarma de que la imagen, consagrada en 1993, requería de una intervención especial.
“Valiéndonos de la tecnología actual, se hicieron exámenes radiológicos y tomografías, se vio el estado en el que se encontraba la madera y estructuras internas, por lo que planteamos un tratamiento más profundo”, indicó Muñoz.
Se trabajó en cubrir grietas y fisuras de la madera, para luego proceder a la limpieza y retirar repintes que se habían hecho en procesos anteriores, es decir, se “rescató” el color antiguo natural de la imagen, que había sido oscurecido por aceites oxidados, el humo de velas de los años, y la contaminación.
Inclusive, se restauraron zonas donde la imagen había tenido quemaduras, por un incidente en 1980.
Sorpresivo hallazgo
“Durante el proceso radiológico encontramos esto”, relató el restaurador, mientras señalaba una figura oscura en la parte central del tórax de Jesús de los Milagros.
Para sorpresa de todos, a la hora de revisar la parte interna, se encontró un envoltorio de papel periódico, el cual cubría una serie de legajos doblados.
Al descubrirlo se encontraron clavos, trozos de madera carbonizada, y fragmentos de ripio de pared. “Era desconcertante”, dijo Muñoz.
En los seis folios doblados se encontraron algunos textos, donde estaba que el escultor hondureño Julián Lara Alvarado había hecho una intervención a la imagen en 1942 y otra en 1947, junto a la firma del autor.
En cuanto a los fragmentos del repello de pared, después de una investigación de hemeroteca, los restauradores encontraron que el 6 de agosto de 1942, alrededor de cuando se hacía una intervención, hubo un “violento sismo” que sacudió la capital y causó daño en algunas iglesias.
“Quizá durante ese proceso se desprendió parte de ese repello de Jesús, y quizá, como agradecimiento, se recogió parte de ese repello de que la iglesia no se cayó”, afirmó Muñoz.
También había una nota que decía: “Como un recuerdo a Jesús de los Milagros, José Alvizures”, quien era el sacristán del Santuario de San José en 1947.
Además, había otro escrito con el detalle de la recolección de dinero para los trabajos de restauración de 1947, en la que figuraban donaciones de entre cinco centavos hasta Q1.95.
Ese material fue rejuntado y reordenado y devuelto al interior de la imagen junto con una oración, a petición del presbítero José Luis Colmenares, rector de dicho Santuario.
La imagen consagrada, que también tiene el apelativo de “Rey del Universo”, estará expuesta a partir de este viernes en la Catedral Metropolitana, y retornará el sábado al Santuario de San José en una procesión extraordinaria.
