En el municipio en donde hay 2 mil 200 estudiantes, el 50 por ciento de ellos lee en la biblioteca y esa es la razón por la que el recinto fue el epicentro de las celebraciones del día del niño.
Magos, piñatas y cuentacuentos forrman parte de las celebraciones que buscan incentivar que aún más niños usen la biblioteca -que en noviembre cumplirá cuatro años- comenta Brenda Lemus Gordillo a cargo del edificio, que lleva el nombre de su padre Bernardo Lemus Mendoza .
Madres de la comunidad hicieron tostadas, los pasteles, con la condición de que los productos fueran comprados en el área para impulsar la economía local.
“Me dí cuenta que los niños estaban acostumbrados al internet y no sentían ninguna pasión por leer”, dice Lemus Gordillo quien es voluntaria.
“Prohibido leer lo que no te guste” es uno de los lemas de la biblioteca que ,además, alimenta todos los días a una decena de niños en extrema pobreza.
Cada año la biblioteca premia a sus lectores más asiduos y organiza un viaje a la feria del libro, aunque estos periplos algunas veces traen otras sorpresas como, por ejemplo, conocer el mar.
Esos útiles que sobran
La comunidad de Purulhá tiene un 76 por ciento de pobreza extrema, pero Gordillo se las ingenió para que los niños tengan útiles escolares. En el paseo Pasos y Pedales, frente a la farmcia Meykos, en la avenida de Las Américas, cada domingo recibe donaciones.
“No es dinero lo que recibimos. Nos sirven crayones usados, lápices, mitades de pliegos de cartulina, restos de papel de china, construcción o de cualquier otra clase, madejas de lana a la mitad, restos de frascos de goma. ¡Todo eso que muchas veces se va a la basura nosotros lo reciclamos y se convierten en útiles para los niños”, agrega Gordillo.
