En la actualidad la cantidad de personas en el área metropolitana que trabajan desde casa se ha incrementado más del doble con relación a los años anteriores a la pandemia. Según el estudio de ProDatos titulado Actitudes de la población hacia la covid-19 en Guatemala, el 24.3 por ciento de las personas laboran desde el hogar, mientras que antes de marzo de 2020, cuando se presentó el primer caso de coronavirus en Guatemala, este porcentaje era del 11.3 por ciento.
El aumento del teletrabajo fue generalizado en todo el país. A nivel nacional, se proyecta que el 14.7 por ciento de las personas trabajan desde casa, mientras que antes de la pandemia era del 10 por ciento.
Esta modalidad se ha popularizado más en el área metropolitana. Le sigue el interior urbano, donde el 10.5 por ciento de los encuestados trabaja en esta modalidad y, por último, las zonas rurales, donde se estima que es el 13.4 por ciento de la población.
Nicholas Virzi, director de análisis estratégico de la Cámara de la Industria de Guatemala (CIG), comentó que el teletrabajo permitió mantener la productividad de las industrias, sobre todo en 2020 cuando las restricciones sanitarias fueron más fuertes. Esta necesidad de laborar a distancia motivó a las empresas a impulsar de forma acelerada la transformación digital.
Las áreas que se adaptaron a trabajar mejor de esta forma fueron las de administración, mercadeo, finanzas, ventas, atención al cliente, entre otras.
“En poco tiempo, surgieron canales de e-commerce y se empezaron a utilizar plataformas virtuales para la comunicación. La tecnología fue clave. Esto trajo nuevos retos, en materia de ciberseguridad, por ejemplo. Hoy ya hemos aprendido a tomar medidas ante los riesgos cibernéticos”, dijo Virzi.
Asegura que el teletrabajo llegó para quedarse, sobre todo en modalidades híbridas.
“Podemos decir que el gran reto que se superó fue la inversión tecnológica que esta modalidad hizo necesaria y la adaptabilidad a nuevas plataformas. Las empresas tuvieron que hacer inversiones significativas en nuevas tecnologías y en capacitaciones continuas para poder adaptarse en tiempo real a los cambios”, afirmó.
El impacto en la salud mental
No obstante, la productividad no es la única variable que se debe evaluar cuando se habla del teletrabajo.
Jorge Ernesto Rodas, psicoterapeuta y magíster en prevención y atención integral de conductas adictivas, explica que, a menudo, los horarios laborales se han extendido y ello provoca el síndrome de burnout.
“Muchas personas que atiendo en la clínica cuentan que su carga laboral ha aumentado por el hecho que las fronteras de los horarios se han vuelto muy tenues. (…) El teletrabajo ha producido el síndrome de burnout o del desgaste porque las fronteras de los horarios se han disipado y algunas personas trabajan todo el día”, explica.
A esto hay que sumarle que las personas no pueden desatender las demandas domésticas y también más personas coinciden en el hogar, lo cual implica una necesidad de adaptación.
“Uno pensaría que la proximidad produce un beneficio en la vida de las personas, pero para que esta proximidad no sea nociva es necesario tener estrategias de afrontamiento y resolución de problemas. Más personas ahora necesitan un espacio para estar conectados y no siempre hay espacio físico o se cuenta con el equipo”, comentó el experto.
Finalmente, explicó que la personas con personalidad extrovertidas han tenido problemas porque han tenido que reducir la interacción social que antes tenían en una oficina, pero en el caso de las introvertidas, se han adaptado y beneficio por la reducción de interacciones sociales.