Mauricio Guerra, gerente del INE, explicó que a los habitantes se les pide información básica, de cuántas personas viven en el inmueble, cuántos hombres, cuántas mujeres y el nombre del jefe o jefa del hogar.
Guerra aseguró que esos datos se mantienen en confidencialidad. “En todas las estructuras, viviendas y comercios tienen información básica.
Hay muchos lugares como colonias y residenciales que del 2002 para acá no existían, entonces se requiere actualización.
La ventaja es que ahora se hace de manera georreferenciada”, explicó el funcionario. Luis Arroyo, director de Índice y Estadísticas Continuas del INE, informó que el registro comenzó en octubre del año pasado y que hasta ahora han cubierto siete departamentos, lo que supone que en cinco meses deberán cubrir los 15 restantes.
“Esto lleva tiempo. Pero hay que acelerar el paso porque el censo del próximo año está programado para entre marzo y mayo. Se está tratando de que el proyecto cartográfico sea ejecutado antes de eso”, dijo el funcionario.
Arroyo señaló que han encontrado varias dificultades con el registro cartográfico, debido a que muchas familias se niegan a cooperar. “Hay resistencias, además de que hay áreas cerradas”, afirmó.
Agregó que en lugares en donde hay seguridad deben pedir permiso, pero a pesar de que muchos autorizan el ingreso de los encuestadores, los guardias no los dejan pasar.
En los departamentos, los coordinadores de grupos tienen reuniones previas con las autoridades locales y dirigentes comunitarios, para que estos informen a la población que se trata de una recopilación de datos cartográficos, a fin de que se les brinde la cooperación.
Diputados han criticado el atraso en el inicio del censo nacional, pues consideran que no encaja con el cronograma presentado a principios de año.