En Guatemala, solo el 35 por ciento de los plásticos es reciclado; el resto queda en los vertederos y otros lugares, asegura Khalil De León, director ejecutivo de la Comisión de Plásticos de la Asociación Guatemalteca de Exportadores.
Según De León, a pesar de no haber mayor conciencia para clasificar la basura, Guatemala es el país que más productos recicla a escala centroamericana, ya que cuenta con 10 empresas formales de separación de desechos.
De León aseveró que el cartón se recicla en 20 por ciento, debido a que el material debe estar limpio para ser reutilizado, mientras las latas de aluminio en 50 por ciento.
Sin conciencia
El directivo considera que en Guatemala debería haber orientación para el reciclaje y manejo adecuado de la basura en diferentes niveles educativos, desde el diversificado hasta el universitario.
“En los vertederos y en las casas la basura la separan las personas por necesidad y así obtener más ingresos, pero no se hace por cultura”, precisó.
De León señaló que en la capital, la municipalidad debería invertir en un proyecto de relleno sanitario simplificado, el cual consiste en instalar plantas de separación de desechos, que tienen un costo unitario de Q8 millones, con capacidad para procesar la basura que ingresa de 50 mil personas.
“La gente tira los residuos en las calles; no hay educación de reciclaje. La municipalidad también debería comprar las plantas de separación de residuos. El dinero que uno paga del boleto de ornato debe servir para eso”, acotó Khalil.
Fabrican muebles
Hace 25 años, Edwin Liscutin empezó a elaborar pajillas, pero debido a la competencia optó por nuevas ideas, y ahora fabrica amueblados de sala, mesas y viviendas armables a base de plásticos y bolsas recicladas.
Para la fabricación de esos muebles se utiliza maquinaria especial con la que se hacen las mezclas de bolsas y envases plásticos, de lo que se obtienen tablones con la consistencia de la madera.
“Hace años, cuando comencé a fabricar cosas con madera plástica, la gente me decía que era una idea ridícula y creyeron que nunca prosperaría”, recuerda Liscutin.
En la actualidad, en la planta, situada en la colonia Landívar, zona 7, trabajan 75 personas, quienes realizan todo el proceso de reciclaje.
Cada mes, en la fábrica reciben unas 400 toneladas de plásticos y bolsas de nailon, y cada día se trituran unas 12 toneladas de plásticos y cuatro toneladas de bolsas. Unas cinco sillas de madera plástica se fabrican en un día.