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El Niño amenaza la alimentación en América Central

La directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Ertharin Cousin, advirtió hoy de la gran amenaza que supone para la región centroamericana los efectos del fenómeno El Niño, al exacerbar una sequía que pone en riesgo la seguridad alimentaria de más de dos millones de personas desde hace cuatro años.

En Guatemala, alrededor de 154 mil familias han perdido entre el 50 y el cien por ciento de sus cosechas de maíz y fríjoles a causa de la sequía (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

En Guatemala, alrededor de 154 mil familias han perdido entre el 50 y el cien por ciento de sus cosechas de maíz y fríjoles a causa de la sequía (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

“Estoy preocupada por los efectos de El Niño en Centroamérica. Es una parte olvidada del mundo”, asegura Cousin en una entrevista con Acan-Efe durante su visita a Guatemala para conocer los proyectos que su organización está poniendo en marcha en la zona.

“El mundo no habla demasiado acerca de El Niño y cuando lo hace alude a frica del Este y del Sur, pero no a Centroamérica. El mundo se centra en países como Etiopía, olvidando a las naciones de ingresos medios de las que la comunidad internacional espera que ellas mismas puedan solucionar sus problemas, cuando en ocasiones no pueden”, continúa.

Solo en Guatemala, alrededor de 154 mil familias han perdido entre el 50 por ciento y el cien por ciento de sus cosechas de maíz y fríjoles a causa de la sequía, lo que ha dejado a 40 municipalidades del Corredor Seco en situación de riesgo alimentario moderado o severo.

Todo esto agravará las cifras ya desbordadas de desnutrición en la nación centroamericana: actualmente, el 46 por ciento de los escolares del país sufren este problema que lastra su rendimiento académico y personal.

Pero no solo se trata de Guatemala. Uniendo la cifra de afectados de esta nación, de El Salvador, Honduras y Haití, son más de 5,6 millones las personas damnificadas por los efectos devastadores de El Niño, por lo que el PMA implementará un plan hasta el próximo mes de agosto para beneficiar a 1,6 millones y que requiere de cien millones de dólares.

El éxito, señala Cousin, requiere trabajar “por adelantado”: conseguir que las poblaciones vulnerables “no tengan que esperar las lluvias erráticas”  de la región para “plantar los vegetales”  con los que alimentar a sus familias y conseguir ingresos por su venta.

Hace cinco años, explica, estas poblaciones del Corredor Seco cultivaban las laderas de las montañas, pero “como no llueve y la irrigación allí es muy costosa”  este modelo se ha vuelto improductivo: “Es necesario cambiar lo que hacemos para ayudarles a garantizar su seguridad alimentaria”.

Aunque el mundo parece olvidarse del drama de la desnutrición en Centroamérica, “por aquí no se ven barrigas hinchadas”, arguye Cousin, lo cierto es que las cifras siguen subiendo: “Por ejemplo en El Salvador, las tasas de desnutrición aguda están subiendo”. Una realidad que el Gobierno de Salvador Sánchez Cerén restringe a las zonas marginales del país.

Lo cierto es que en esta región del mundo existe una amenaza silenciosa, “el hambre oculta”, provocada por una alimentación deficiente, carente de los nutrientes básicos para el desarrollo “físico y mental”  de los menores.
Un enemigo al que la PMA le ha declarado también la guerra para ofrecer a Centroamérica una salida al drama de la desnutrición.

La próxima semana visitará Haití, otro de los países que preocupa al PMA, el que junto con los tres que conforman el Triángulo Norte de Centroamérica  (Honduras, Guatemala y El Salvador), suma más de 5,6 millones de personas con hambre.

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