Hacía años que no se producía un incendio de esa magnitud en dicho vertedero, que es donde depositan su basura más de 35 municipios. La razón, afirman voces conocedoras del tema, puede ser la constante rotación de su dirección durante el año pasado.
“Recuerde que cuando la orquesta no tiene su director no funciona nada”, asevera el alcalde Amatitlán, Mainor Orellana, que también es presidente de la Mancomunidad Gran Ciudad del Sur.
Orellana señala que el año pasado “Amsa pasó mucho tiempo sin cabeza” y pasaron por la dirección varias personas. Afirma que antes había una empresa que trataba la basura y la separaba, por ejemplo, plásticos, cartón y aluminio, entre otros materiales, pero que ignora por qué ya no lo hace.
El jefe edil considera que la vida útil del vertedero ya terminó y calcula que hoy en día son más de 40 municipios los que llegan ahí a depositar sus residuos. De momento el apoyo de las alcaldías se limita a gestiones con entidades gubernamentales para tratar de controlar el incendio.
Javier Gramajo, alcalde de Villa Nueva, considera que los constantes cambios en Amsa no le dan certeza a la institución para organizarse, a lo que se suma el relevo de personal técnico que era conocedor de la problemática y del correcto manejo de los desechos sólidos.
Mal manejo
Edwin Castellanos, decano del Instituto de Investigaciones de la Universidad del Valle de Guatemala, expuso que un incendio de las magnitudes como el que ocurre en el vertedero de Amsa solo demuestra que hay un mal manejo de la basura, y coincide con que este había sido de los pocos en el país “tal vez el único” que se acercaba a lo que debe ser un relleno sanitario.
También sospecha que ese cambio en el manejo de los desechos tiene que ver con la inestabilidad de sus autoridades que dirigen la institucion.
“Amsa siempre había tenido un manejo mucho más adecuado, era un ejemplo. Habría que ver qué pasó en el último año y ver si esa inestabilidad influyó en el manejo de la basura”, acotó, al mismo tiempo de recordar que en el botadero de la zona 3 de la capital son más frecuentes los incendios porque ahí no se trata la basura adecuadamente.
Proceso y manejo
La basura al descomponerse genera metano, un gas altamente inflamable, que al no tratarse ocasiona incendios en los basureros que genera gases tóxicos que afectan a las poblaciones cercanas.
La forma como se puede tratar la basura adecuadamente es separándola por celdas y enterrándola para evitar que se mezcle. De igual forma se debe tener un control de los lixiviados —líquidos que se producen desde los basureros— para evitar que contaminen los afluentes de agua.
Estos controles son los que convierten a un vertedero en un relleno sanitario, dice Castellanos, y recuerda que Amsa solía tener en el pasado muchos de estos controles, aunque desconoce si estos se mantienen en la actualidad.
Efectos en la salud
Cualquier tipo de incendio genera humo, este no es otra cosa que partículas que al respirarlas penetran al sistema respiratorio, incluso pueden llegar hasta los pulmones.
Esto puede causar, desde irritaciones leves hasta cáncer, depende del tipo de materiales que se quemen, el gas que se genere y el tiempo que una persona esté expuesta al humo.
“Independiente de qué cause el humo, ya sea por quema de bosques monte o lo que sea, siempre será dañino”, afirma Pablo Ernesto Oliva, decano de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos.
El principal gas que se emana en los incendios que se producen en los vertederos es el dióxido de carbono, pero también el monóxido de carbono, un gas “altamente tóxico”, así como el óxido de nitrógeno y de azufre.
Una persona que esté expuesta a estos gases agregó Oliva, comenzará por mostrar malestares en los ojos, así como en la nariz y boca, similares a un catarro. Luego, los padecimientos podrían agravarse hasta llegar a alergias y asma, bronquitis o afecciones pulmonares como enfisema.
El experto precisó que, si en los vertederos se queman plástico o metales pesados como mercurio o plomo, el prolongado tiempo que una persona esté expuesta a estos químicos pueden derivar a largo plazo en cánceres, infertilidad o daños en el sistema nervioso.
Por esa razón, Oliva urgió a las autoridades controlar el incendio puesto que, en la coyuntura actual, una persona esté respirando este humo o que se enferme por ello, puede ser más vulnerable al covid-19, porque su sistema inmune “estará ocupado” luchando contra otros padecimientos y no podría hacer frente al coronavirus.
Y si contrae covid-19 y ya padece bronquitis o neumonía el riesgo de agravarse será más elevado.
“Urge eliminar ese incendio y cualquier otro. El humo no es normal, no es algo a lo que la gente deba de acostumbrarse”, señaló el académico, para quien, como una medida de precaución las personas que vivan en áreas cercanas deben ser más estrictos en el uso de la mascarilla, incluso dentro de sus viviendas, porque, pese a que no son especializadas para filtrar estos gases, “ayudan un poco”.
Preocupación
El alcalde de Villa Nueva expuso que, como comuna “estamos sumamente preocupados porque el vertedero está completamente fuera de control y no hay ni recursos, ni personal ni maquinaria” para sofocar el incendio, mientras los vecinos de las colonias cercanas ya empiezan a padecer los efectos de la contaminación del aire.
Indicó que la comuna movilizó a equipos de salud con médicos y medicinas para atender a la población que ya presenta problemas en los ojos y en las vías respiratorias, incluso algunos han pedido asistencia por tener dificultades para respirar.
Expuso que, en especial, preocupan 176 familias que están muy cercanas al vertedero cuyas casas en su mayoría son de madera y láminas. Por ese lugar también se ubica un predio de vehículos consignados de la Policía Nacional Civil. De llegar hasta ese lugar el fuego, se empeoraría la situación.
Gramajo subrayó que los síntomas en la población se han presentado desde mediados de diciembre pasado, cuando comenzó el incendio, pero se agravaron conforme se intensificó el siniestro, hasta el fin de semana último cuando el humo llegó incluso a ciertas partes de la capital.
“Las municipalidades estamos haciendo lo humanamente posible por apagarlo”, enfatizó Gramajo, no obstante, aseveró que el Gobierno central tiene que involucrarse de lleno en la problemática puesto que es responsabilidad de Amsa el manejo del lugar.
Debe ser clausurado
Tanto alcaldes como los expertos están de acuerdo con el vertedero que maneja Amsa debe ser cerrado puesto que ya no le cabe más basura. El problema es encontrar otro lugar, y que este cumpla con los requisitos mínimos para garantizar un buen manejo de los desechos.
Según el alcalde de Villa Nueva el ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) comenzó hace tres años con el cierre técnico del vertedero, el cual se concretaría finalmente en el 2022, pero parece que todo sigue en espera.
El Marn informó que a principios de 2019 recibió de Amsa el plan de gestión ambiental para comenzar con el cierre técnico del vertedero, el cual no cumplió “con los términos de referencia y con aspectos legales”, por lo que se rechazó el 27 de enero de ese año, se hicieron recomendaciones y se concedió una prórroga que venció dos meses más tarde.
Castellanos explica que la forma de clausurar un vertedero puede ser enterrando la basura y sembrar vegetación encima. Luego de esto se puede pensar en abrir otro en un lugar distinto; sin embargo, reconoce que esto no será fácil porque “nadie quiere tener un basurero cerca” y siempre habrá personas inconformes, pero si se maneja la basura adecuadamente las molestias se pueden minimizar.
Gramajo afirma que la comuna de Villa Nueva dispone de un terreno de 16 manzanas para instalar un nuevo vertedero, que si es técnicamente bien manejado no debería significar ningún problema para el ambiente.
“No hay un lugar ideal —para un relleno sanitario— pero sí un manejo ideal”, concluye Castellanos.