La vida le cambió a los parientes de las 19 personas que la madrugada de este lunes 25 de septiembre desaparecieron luego de que sus viviendas fueran arrasadas por una correntada de agua, lodo y piedras que descendió por el cauce del río Naranjo y que, según las autoridades de la comuna y la Conred, pudo haber sido causada por la formación de un embalse en la parte alta del lugar.
Las tareas de búsqueda y rescate fueron extensas desde que se reportó la emergencia, pero dadas las condiciones del lugar, los cuerpos de socorro, que se apoyan de perros entrenados en rastreo de personas vivas o muertas, solo lograron ubicar los cuerpos de cinco de las víctimas.
Un ejemplo del drama que viven los parientes es el caso de Julio César Matías, un hombre de 27 años que busca a seis de sus familiares que fueron reportados como desaparecidos y que cree que algunos ya fueron llevados al Inacif.
EN ESTE MOMENTO
Matías busca a su exesposa, Karla Roxana de Paz, y a su hijo, Rodrigo Benjamín Matías de Paz, de 2 años.
Recuerda que se separó de Karla cuando su pequeño tenía pocos meses de nacido, pero ante la tragedia, según dijo, la familia de su actual esposo dijo que no se harían cargo de los trámites, por lo que asumió ese compromiso, aunque confianza que se siente desorientado.
Además, Matías busca a su hermana Leticia y a los hijos de ella, Katerin Alexandra, 12; Andrea, 8; y Elvin, 6.
“No nos dieron información en el lugar, solo dijeron que habían encontrado cuerpos y ahorita que salimos del puente nos dijeron que viniéramos al Inacif para identificar los cuerpos, pero no sé si me van a dejar entrar”, comentó frente a la morgue de la zona 3, en donde lamenta que recientemente le robaron sus documentos de identificación, lo que le complica aún más su situación.
Cubierto con una bolsa de plástico para protegerse de la lluvia, Jubencio Jiménez también llegó al Inacif en busca de los cuerpos de su hermana y sus tres sobrinos, quienes cree murieron a causa de la tragedia en el asentamiento Dios es fiel.
Recuerda que le alertaron de la tragedia y que cuando llegó al lugar ya no encontró nada (casas) y pese a que se internaron junto a vecinos y bomberos en el cauce del río no obtuvieron resultados en la búsqueda de víctimas.
Sin embargo, le informaron del hallazgo de cadáveres en sectores de Chinautla, zona 6, y cree que podrían ser algunos de sus parientes.
Otro hombre, visiblemente afectado por la tragedia, dijo en la puerta del Inacif que busca los cuerpos Ofelia María Patzán, Gladys Berduo, Ramiro Berduo y los de otras tres personas que no recuerda con exactitud su nombre.
Entre lagrimas quiso explicar lo que hacía en ese lugar, pero se le dificultaba, luego le permitieron acercarse a la puerta de la institución, pues su objetivo era ingresar para tratar de reconocer a sus seres queridos que posiblemente estén en ese lugar.
Detalles de la tragedia
Los cuerpos de socorro de Guatemala localizaron este lunes a cinco personas fallecidas por la crecida del río Naranjo y otras 14 personas siguen desaparecidas.
Entre los fallecidos se encuentran dos niñas de cinco y dos años, así como tres adultos, según informó a EFE Bayron Morales, portavoz de los Bomberos Voluntarios.
Las víctimas, que habitaban en la comunidad Dios es fiel bajo el puente El Naranjo, fueron arrastradas por la corriente de un río que creció en la madrugada debido a las fuertes lluvias y destruyó completamente al menos seis viviendas.
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Durante 10 horas, diferentes equipos de rescate realizaron labores de búsqueda para localizar a las 19 personas que fueron reportadas como desaparecidas. Sin embargo, el operativo fue suspendido debido a las lluvias y se retomará el martes por la mañana.
Cuatro de las cinco víctimas mortales localizadas pudieron ser extraídas del río, detalla el reporte de los Bomberos Voluntarios.
La comunidad donde se vivió la tragedia está habitada desde 2011 por 104 familias en 84 viviendas, en su mayoría de lámina y madera. Los vecinos aseguran que por circunstancias económicas están obligados a vivir en esta zona de alto riesgo entre un río de aguas negras y un terreno inestable.
En la Ciudad de Guatemala existen más de 300 asentamientos informales donde unas 700 mil personas habitan en casas de lámina, en terrenos inestables, ubicados en laderas y con escaso acceso a servicios básicos como agua y electricidad, según estudios oficiales.
Con información de EFE