Fueron 97 mil 81 estudiantes de básicos los no promovidos durante el primer año de la pandemia -39% estudiaron en colegios privados-, pero solo 17 mil 531 volvió para cursar el grado, es decir el 18%.
En diversificado las cifras son similares, únicamente el 17.6% (8 mil 791) de los no aprobados se inscribió de nuevo, mientras que el 82.4% (40 mil 936) abandonó la carrera.
Estamos hablando de guatemaltecos que están entre los 13 y 18 años, que son parte del bono demográfico del país y cuyas oportunidades de superación se ven truncadas al no lograr competencias para la vida y la productividad.
Dichas cifras de reprobados y de repitentes encienden las alarmas del bajo nivel educativo entre la juventud guatemalteca, aunque el 2020 reporta menos estudiantes que no pasaron de grado comparado con años anteriores, esto se debe a que por medio del acuerdo ministerial 2690 el Mineduc flexibilizó los criterios de evaluación para favorecer la promoción de los estudiantes debido a la suspensión de clases presenciales. Hay condiciones que se mantuvieron el año pasado y este, como las pruebas de recuperación.
Abandonan el sistema educativo
Los estudiantes que no ganaron el grado en el 2020 debieron inscribirse como repitentes al año siguiente, solo el 17.8% de los que cursó secundaria lo hizo.
Nivel educativo | Estudiantes no promovidos 2020 | Estudiantes repitentes 2021 |
Básicos | 97,081 | 17,531 |
Diversificado | 49,727 | 8,791 |
Fuente: Anuario Estadístico de la Educación de Guatemala, del Ministerio de Educación
En el 2021 se registra que 235 mil 454 estudiantes de básicos y diversificado reprobaron el grado, pero no hay reporte de los repitentes de este año, por lo que se desconoce cuántos dejaron de estudiar.
Las estadísticas son distintas a las de deserción escolar, en donde los estudiantes se retiran durante el desarrollo del ciclo escolar. En los últimos dos años fueron más de 150 mil los desertores en la secundaria.
No vuelven a la escuela
De acuerdo con el informe de las Prueba Pisa-D, Guatemala es el segundo país de Latinoamérica con el promedio de repitencia más alto en estudiantes de 15 años, que llega al 36%, mientras que la media en la región es de 29%.
Hector Canto, ex viceministro Técnico de Educación, históricamente el sistema educativo guatemalteco tiene dificultad para retener a los niños y adolescentes que no son promovidos. “Los que pierden en su mayoría no vuelven a la escuela”, mencionó.
La respuesta del por qué sucede está ligada, la mayoría de las veces, a la condición socioeconómica de las familias, y la pandemia del covid-19 reforzó esta posibilidad.
“El nivel de pobreza y extrema pobreza que experimentan los hogares tanto en áreas rurales como urbanas, hace que la prioridad ya no sea continuar en el sistema educativo, para los padres es mejor que sus hijos se incorporen al trabajo. Lo que menos se piensa es en la escuela, lo que se piensa es en la sobrevivencia”, dijo Canto, y que es una realidad que reta al país a resolver esos problemas estructurales.
También contribuyó el que el ciclo escolar transcurriera sin clases presenciales y se diera una modalidad casi por correspondencia en donde el docente enviaba hojas de trabajo y el estudiante las devolvía resueltas. Además, el acceso a la virtualidad no fue para todos, quienes no tenían los medios para comprar un dispositivo móvil y tiempo de aire para lograr la conectividad quedaron fuera.
Hubo un serio rezago en el aprendizaje en los últimos dos años, según análisis del Banco Mundial se habría perdido 1.5 años de escolaridad por el cierre de las escuelas.
En la repitencia también hay un tema de sobreedad, cuando los niños y adolescentes no ganan el grado ya no regresan a la escuela porque se sienten mayores que sus compañeros, hay una diferencia de edad que los desalienta a continuar, como mencionó Ester Ortega, consultora y exviceministra de Calidad Educativa.
Freno en la educación
Sin mayores estudios buena parte de los adolescentes que ya no continuó sus estudios se habría insertado en el ámbito laboral, pero con una educación reducida ¿qué opciones tienen de comenzar una vida laboral de calidad? No hay más que engrosar las filas del sector informal, donde obtienen ingresos mínimos.
Es un duro golpe para las empresas en el país, en donde cada vez los empleadores tienen dificultad para encontrar recurso humano calificado. El estudio Escasez de talento 2022, elaborado por ManpowerGroup, refiere que este año la falta de personas calificadas para ocupar puestos de trabajo llegó al 77 por ciento.
Muy importante: Deserción escolar impacta mayormente en la secundaria ¿por qué nos debe importar?
Que los adolescentes ya no continúen los estudios después de perder un año escolar también está ligado a la migración, situación que es más notoria en la provincia. Se estima que entre un 60% y 70% de los que salieron del sistema educativo emprende algún proyecto migratorio, según la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Viajar de manera irregular a Estados Unidos es la alternativa que muchos ven para mejorar su situación y la de sus familias. Las estadísticas abren esa posibilidad, ya que el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) reportó que durante el 2021 Estados Unidos y México deportaron en conjunto a 13 mil 346 menores.
Sobre la mesa también hay que colocar el tema del embarazo adolescente, como otra barrera para que las mujeres continúen sus estudios, señala Ortega.
El Observatorio de Salud Reproductiva (Osar) reportó en el 2021 un total de 72 mil 77 registros de nacimientos de madres entre los 10 a 19 años.
¿Qué hacer?
Canto es de la opinión de que se debe mejorar la inversión en Educación para retener a los estudiantes en el sistema educativo. Del 2.9% del producto interno bruto que actualmente se invierte la apuesta sería del 7% como lo establece el Decreto Legislativo 12-91 Ley de Educación Nacional, y que no se cumple.
Eso permitiría tener mayor presupuesto para apostar a los niveles de básico y diversificado, con más establecimientos y maestros, pues alrededor del 60% de los recursos del Mineduc se destina a la primaria.
Para Ortega la motivación para retener a los estudiantes depende de los docentes y de los padres de familia. Menciona que el ministerio ha instituido planes de mejora que deberían propiciar que los estudiantes vayan corrigiendo sus errores y aprendiendo en el transcurso del año, de manera que no esperen a fin de ciclo escolar para saber si ganarán o perderán el grado. También hay oportunidades de mejora para los que perdieron y puedan someterse a pruebas de recuperación.
Juan Carlos Zapata, director ejecutivo de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa), señaló que desde la familia se debe percibir la necesidad de que los niños y adolescentes deben estudiar.
“Tenemos que generar mayor consciencia de la importancia de la educación y que los padres de familia prioricen la educación secundaria, que muchas veces no se valora. Sabemos que hay brechas en el área rural de acceso a la educación secundaria y es hacia allí donde debemos enfocar los esfuerzos”, dijo Zapata.
Se solicitó al Mineduc respuesta acerca del plan que tienen para recuperar a estos estudiantes que reprueban y que salen del sistema educativo, sin embargo, el cierre de esta edición no respondió.