Un monitoreo del Observatorio de Salud Reproductiva (Osar) señala que en los últimos cinco años (2018-2022) dichos fondos llegaron a Q369.9 millones, pero la ejecución a duras penas alcanzó el 66.93%, información que la organización recabó del Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin).
Lo que se obtiene de este tributo, aprobado en decreto 21-2004, ha aumentado con los años, pues de Q63.4 millones registrados en 2018 ascendió a Q95.9 millones para el 2023, pero la utilización de los fondos en los referidos programas no ha mejorado. Este año, hasta 31 de agosto, solo se ejecutó el 29% (Q27.8 millones). El informe detalle que a esa fecha debería alcanzar, como mínimo, el 66%.
El Ministerio de Salud refiere que la baja ejecución que se observa en el Sicoin se debe a la no inclusión de un anticipo de Q28 millones 790 mil otorgados al Fondo de Población de Naciones Unidas para la compra de métodos anticonceptivos, y asegura que, al registrarlos, la ejecución llegaría al 72%. Será a finales de octubre cuando esta adquisición se vea reflejada.
Según la cartera, de estos fondos que recibe el Programa Nacional de Salud Reproductiva (PNSR) el 30% se destina exclusivamente a la compra de anticonceptivos.
Añade que con los recursos provenientes del impuesto está en proceso la adquisición de equipo médico, recurso humano e insumos, cuya ejecución se verá al final del ejercicio fiscal.
Recursos con propósito
La asignación de los recursos tiene como objetivo reducir las muertes maternas y neonatales, casos que pueden prevenirse y que en el país van en retroceso, según reportes del Ministerio de Salud. Aun así, son indicadores que ensombrecen a Guatemala.
Los datos oficiales indican que el 2022 cerró con 344 muertes maternas, una cifra inferior a la del 2021 cuando fueron 441 casos. Mientras que, para este año, a julio se registraban 183. Las principales causas de los decesos son hemorragias e hipertensión, mientras que los departamentos con las cifras más altas son Guatemala, Huehuetenango y Alta Verapaz.
Con relación a la tasa de mortalidad neonatal, para el 2020 esta era de 6.8 por cada mil nacidos vivos, como indica un informe del Departamento de Epidemiología del Ministerio.
Asignación
De acuerdo con la cartera, los recursos provenientes del 15% del impuesto sobre la distribución de bebidas alcohólicas es asignado a cada unidad ejecutora según las necesidades locales identificadas y conforme a las estrategias que implementarán, es por eso que año con año cambian las unidades que reciben más o menos presupuesto.
Por su parte, Mirna Montenegro, directora del Osar, menciona que la baja ejecución de los fondos en el Ministerio es un reflejo de la mala planificación de los recursos que les asignan y de un sistema administrativo burocrático que no tiene claridad en los procesos de aprobación para utilizarlos. Si no se ejecuta este dinero se irá al fondo común, advierte.
“Se da poca importancia a la ejecución de estos recursos”, remarca Montenegro. Añade que la mayor cantidad se destina para la contratación de personal, como médicos y especialistas, pero que las condiciones ofrecidas no son las más alentadoras para que acepten una plaza.
Estos fondos que recibe el Ministerio de Salud para programas de salud sexual y reproductiva se distribuyen en varias actividades, y las dos que tienen la mayor asignación son, servicios médicos y sanitarios (33%) y productos medicinales y farmacéuticos (31%). Los recursos se asignan a las direcciones departamentales de las Redes Integradas de Servicios de Salud (DDRISS) y a los hospitales del sector público para que los ejecuten.
El reporte de Oscar indica que las DDRISS que de Guatemala, Zacapa, El Progreso, Escuintla, Quiché y Chiquimula han ejecutado el 30% de ese presupuesto. En el otro extremo están las que se encuentran en cero y que son las de Totonicapán, San Marcos, Suchitepéquez y Baja Verapaz.
Los hospitales que han aprovechado mejor los recursos (60% de ejecución) son los que se ubican en Guatemala, Huehuetenango, Totonicapán, Petén, El Progreso y Quetzaltenango. Los departamentos de Alta y Baja Verapaz tienen una utilización menor al 40%.
Según Montenegro, los efectos directos de que no haya una buena administración de los recursos se ve en los indicadores de muertes maternas y en el escaso acceso a planificación familiar en los servicios de salud pública, pero también en el aumento de embarazos en adolescentes, que al 31 de agosto se reportaban 43 mil 331 nacimientos de madres entre 10-19 años, de los que mil 589 son hijos de niñas entre los 10 y 14 años.
La baja ejecución también contribuye a las condiciones precarias en algunos servicios de salud, que no tienen equipo para pesar a los pacientes, carecen de servicios de luz y agua, de lámparas para cirugía o no tienen insumos ni medicamentos.
“Este presupuesto debe servir para mejorar la salud materna, que cada mujer embarazada pueda tener un ultrasonido, acceso a laboratorios, usar métodos anticonceptivos. Cuando se devuelve el presupuesto que se necesita para mejorar los servicios se incumple con la ley y se falla a la población”, dice Montenegro.
Mientras que Leslie Ramírez, asesora del Centro de Estudios para la Equidad y Gobernanza de los Sistemas de Salud (CEGSS), refiere que esta baja ejecución habla de la falta de interés en las autoridades de dar a la población una atención adecuada en temas de salud sexual y reproductiva, y se refleja en las muertes maternas, que continúan, en la disminución de la planificación familiar y en el aumento de embarazos en niñas y adolescentes.
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Para mejorar
La propuesta del Osar para la óptima utilización de los recursos es tener paquetes de atención en salud reproductiva. Por ejemplo, mejorar el control prenatal con pruebas rápidas de orina, glucosa, hemoglobina, un Doppler (para escuchar corazón del bebé), esto en el primer nivel de atención.
Mientras que en el segundo nivel la idea es que se tenga el servicio de ultrasonido en todos los distritos de Salud, así como laboratorios, que haya especialista en ginecología y obstetricia, ambulancias para el traslado de casos de emergencia.
Es indispensable también trabajar el tema de la prevención del cáncer, vacunas, tamizaje y tratamiento para las pacientes.
“El presupuesto de cada DDRISS debe tener un diagnóstico de prioridades inicial, estrategias claras y medibles, asignación de presupuesto y esquema de monitoreo”, a criterio de la directora del Osar.