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La comisión cerró el 31 de diciembre del 2020, pero días antes el médico pediatra y especialista en enfermedades infecciosas renunció al cargo.
En entrevista con Prensa Libre hace un balance del trabajo realizado durante el tiempo que funcionó la institución, los pasos que en el país deben darse para seguir paleando la crisis sanitaria y los proyectos que tiene a futuros, que incluirán continuar a distancia con el apoyo a Guatemala en el combate contra el nuevo coronavirus.
Con anterioridad, usted mencionó que cuando ya no fuera necesaria su presencia al frente de la Coprecovid se retiraría ¿cree que llegó ese momento?
La Coprecovid fue creada para apoyar al Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y al Gobierno en el trabajo técnico y de coordinación de la respuesta a la epidemia de covid-19, yo tenía claro que este era un trabajo finito, que el objetivo era que el Ministerio de Salud y las instituciones del Sector Salud pudiesen comandar la ruta hacia la resiliencia en esta pandemia. Creo que este es un buen momento para esta transición. Viene una segunda ola, pero sabemos qué debemos hacer para enfrentarla y con las vacunas la salida hacia la nueva normalidad es ya una realidad futura.
Después de siete meses del funcionamiento de la Coprecovid ¿Qué lecciones se lleva?
Hay varias lecciones aprendidas: primero, la unidad hace la fuerza en la respuesta a cualquier crisis, y el que pudiésemos unirnos como guatemaltecos en un mensaje y respuesta nos ha ayudado a sortear esta epidemia mejor de lo que muchos pronosticaban. Segundo, hoy se hace claro que la salud es vital para el desarrollo de una nación; hemos abandonado el Sistema de Salud por muchas décadas, lo dejamos a la merced de la corrupción y eso lo hemos pagado caro en vidas y enfermedad. Si Guatemala quiere progreso, necesitará una reforma seria al Sistema de Salud.
Finalmente, la pandemia nos demostró el valor de los servidores públicos, los miles de médicos, enfermeras, trabajadores de salud y de otras dependencias, han logrado paliar esta crisis a fuerza de su compromiso y dedicación. Espero que nunca olvidemos ese esfuerzo y entrega que han hecho.
¿Cómo evalúa el trabajo de la Coprecovid durante estos meses?
Creo que la Coprecovid logró sus objetivos, en tan solo siete meses contribuyó con un sistema de inteligencia epidemiológica más robusto y analítico, potenció el diagnóstico y trazabilidad a través de la innovación de pruebas y su descentralización, hizo investigación aplicada en ensayos que permitieron saber que era riesgoso y que no, y desarrollo regulaciones y legislación que nos permitieron una ruta para navegar esta epidemia. Ante todo, la Coprecovid logró aglutinar a la mayoría de sectores de forma respetuosa y objetiva para lograr una conducción unificada y con mensajes claros.
¿Qué mejoraría de su labor al frente de la comisión?
Creo que la Comisión tuvo apoyo, no solo del Gobierno central, sino del IGSS, el sector salud, las municipalidades, el sector productivo y la sociedad civil. Considero que hubo momentos que se pudo avanzar más rápido, pero el mayor impedimento fue la falta de unidad al inicio de la respuesta. Aún tenemos una sociedad que no reconoce la institucionalidad del Estado, y que su fortalecimiento es vital para poder tener una respuesta adecuada.
¿De qué se arrepiente?
Absolutamente de nada. Servir a mi país y a la población de Guatemala ha sido un privilegio, y considero que logramos mostrar que se pueden comandar crisis de grandes dimensiones con honestidad, respeto y consenso. Nuestro equipo trabajo con mucho empeño y dedicación y gastamos solo el 33 por ciento del presupuesto que nos asignaron. Fuimos una fuerza de tarea que dio al país todo lo que pudo y dejó el alma en el cuadrilátero, y esperamos que esa batalla haya servido para que Guatemala resurja con una claridad de lo que debe hacer en salud y desarrollo humano.
¿Qué ha cambiado dentro del Sistema de Salud desde que comenzó la pandemia?
El cambio más importante es el reconocimiento que debemos tener un Sistema de Salud más coordinado, y que debemos trabajar en una reforma que nos permita tener un sistema con cobertura universal, que proteja la salud de todos los guatemaltecos
¿Cuáles diría que son las principales causas por las que podría haber repunte de casos en enero?
Es esperable y natural que estos repuntes ocurran. En una epidemia nueva como la de covi-19 estas olas se dan por acumulación de susceptibles, y luego de la primera ola, que todos reconocimos la importancia de las medidas de protección y prevención, es esperable que como seres humanos queramos retornar a algún tipo de normalidad. Esto conlleva el riesgo de reiniciar el contagio masivo y por ello el esfuerzo debe ser de educar, de concienciar, no solo de cerrar un país.
Los cierres nos ayudan a reforzar las medidas, pero no son sostenibles en el mediano y largo plazo. La ciencia y la epidemiología nos lo confirman cada día más, el control de este contagio está en restringir solo lo necesario, y más importante en el cambio de comportamiento humano.
Aumentar la cantidad de pruebas para detectar más casos de covid-19 fue una de las exigencias de varios sectores ¿Qué impidió que esto se lograra, ya que fueron escasas las veces que se logró hacer más de cinco mil?
Disiento de esta apreciación. Hoy hay un número de pruebas mucho mayor que antes. El objetivo de las cinco mil pruebas era un primer reto intermedio, idealmente todo el país debiera estar haciendo lo que el Departamento de Guatemala ha logrado, por lo menos una prueba por cada mil habitantes por día, pero esto pasa por un Sistema de Salud fuerte y con recursos.
Así que no es solo de querer, es poner los recursos, y es construir no solo la capacidad de pruebas sino todo el sistema: personal entrenado, instalaciones, educación para la población, etc. El reto sigue vigente.
Ahora que ya no estará la Coprecovid ¿Cuál es el plan que debería seguir el Ministerio de Salud para controlar el aumento de casos?
El equipo del Ministerio de Salud que comanda la rectoría de la respuesta a esta epidemia es altamente profesional y comprometido. Ellos están muy claros de lo qué se debe hacer: continuar descentralizando la capacidad diagnóstica, la estrategia de atención primaria para encajonar al virus y evitar su diseminación, el fortalecimiento de los hospitales, y el plan de vacunación que finalmente nos llevará a salir de esta epidemia.
Con el levantamiento de las restricciones hubo quienes señalaron que se antepuso los intereses económicos al de la salud de la población, ¿Qué opina al respecto?
De ninguna manera. Hay visiones muy estrechas con respecto al manejo de una epidemia de estas dimensiones. Es muy sencillo proponer cierres completos sin tomar en consideración que diferente a países más ricos, no tenemos en Guatemala sistemas de protección y seguridad social que permitan a las familias sostenerse durante un confinamiento, tampoco el país tiene sistemas de logística para asegurar las cadenas de alimentación y servicios. La prueba fue el cierre total de cuatro días en mayo que provocó una crisis importante en muchas poblaciones rurales que dependen de que sus cultivos se comercien.
Para Guatemala, planteamos una reapertura basada en un Tablero de Alertas que privilegiaba la salud a través de evidencia sobre cómo se transmite el virus, por ello se focaliza en los aforos, la ventilación y el uso de mecanismos de protección. Y creo que la prueba está en los efectos, a pesar de la reapertura socioeconómica el 27 de julio, hemos podido contener dos pequeñas olas de repunte y no estamos viendo esta segunda ola peligrosa sino hasta cinco meses después.
¿Será la vacuna la mejor solución para frenar el alza de contagios?
Sin ninguna duda. La única manera que el virus no se disemine más es que todos estemos protegidos, y ya sabemos que la inmunidad de rebaño natural por infección es una apuesta descabellada y peligrosa. Lograr esta protección comunitaria a través de vacunas es la mejor manera de prevenir esta epidemia y finalmente lograr nuestra nueva normalidad.
¿Cuál vacuna recomienda usted y por qué?
En este momento la mayoría de las vacunas que han logrado finalizar los estudios de fase 3 o están ya en uso, son altamente eficaces, previenen casi en su totalidad la enfermedad severa causada por el covid-19. La tecnología y la forma que se desarrollaron nos muestran que son bastante seguras y usan nuestro sistema de defensas para crear protección, es muy bueno que tendremos varias opciones.
¿Qué le parece el mecanismo Covax?
Es un mecanismo único y creo que pocas personas comprenden su importancia. Hace una década, con la pandemia de influenza H1N1-2009, los países como Guatemala no tuvieron opción de vacuna sino hasta más de un año después de que se desarrollaran. El mecanismo Covax logró asegurar una distribución equitativa para las naciones a nivel global. Sin ese mecanismo Guatemala estaría en serios problemas para adquirir vacunas y no se hubiese asegurado la producción mundial que hoy existe, porque las productoras hubieran manufacturado solo las dosis que pensaban que podían vender. Hoy los productores saben cuánto deben producir para todas las naciones del mundo.
El Sistema de Salud no se dará abasto para vacunar a toda la población ¿Cómo sería recomendable que se haga en el sistema privado?
No se tiene porque vacunar a toda la población al mismo momento, necesitamos alcanzar el nivel de protección comunitaria que logre disminuir el contagio, esto se estima en un 60% y 70% de la población, así que el objetivo debe ser vacunar a un 50% de la población en el 2021.
El sistema privado no tiene la capacidad de vacunación masiva, solo vacunan al 5% de los niños y jóvenes en Guatemala.
Debe quedar claro que no hay como el Sistema Público para hacer vacunación masiva y se ha demostrado antes en el 2007 cuando eliminamos la rubeola vacunando a siete millones de adultos guatemaltecos.
¿Cuáles son sus planes a futuro? ¿continuará con sus actividades académicas en Estados Unidos?
Sí, yo soy profesor de enfermedades infecciosas, epidemiologia y salud global en la Universidad de Colorado. Este mes tengo que atender pacientes en el Hospital de Niños como especialista de infecciosas, y hay mucho que hacer en investigación y educación a nivel mundial y para los proyectos de apoyo que tenemos para Guatemala. Siempre he sido un apasionado por la academia, y continuaré en esa trayectoria.
¿Seguirá colaborando con Guatemala, a la distancia, en el control de la pandemia?
Sí, la ministra de Salud me ha pedido que continúe apoyándolos sobre todo en fortalecer el sistema de inteligencia epidemiológica a través de capacitación y tecnología. Con mi experiencia de 25 años en vacunas cooperé con el Plan Estratégico de Vacunación para covid-19, así que la Universidad de Colorado continuará dando apoyo a Guatemala en este proceso.
Se dice que su renuncia a la Coprecovid se debe a que dirigirá la distribución de la vacuna de Moderna para América Latina ¿es cierto esto?
Esta es información falsa, siempre me impresiona cómo algunos personajes pueden lanzar mentiras al aire y al mismo tiempo decirse paladines de la verdad. Yo tengo una posición segura en la Universidad de Colorado, donde he desarrollado un trabajo solido en salud global y enfermedades infecciosas, tengo 25 años de trabajar en vacunas a nivel mundial y apoyando los sistemas públicos y esa seguirá siendo mi ruta.