“Hay que reconocer que educación es un proceso a largo plazo. Se toma una decisión para mejorar la educación hoy y los resultados se reflejarán en tres o cinco años”, dijo el viceministro Héctor Canto.
Más estudiantes
El Mineduc proyecta recibir este año a 3.2 millones de estudiantes en el sector oficial, número que incluye a quienes participan en los programas extraescolares.
En los últimos tres años, según la cartera, se han sumado 102 mil 835 alumnos al sistema educativo. “Seguimos haciendo esfuerzos por llevar cada vez más niños a la escuela”, refirió el viceministro Canto.
Sin embargo, los esfuerzos quedan cortos cuando en el país hay cerca de 1.5 millones de niños y jóvenes fuera del sistema educativo, y la tasa neta de escolaridad descendió 4.3% en seis años, según un estudio del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
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La poca inversión de Guatemala en educación es parte de la problemática. El Estado invierte tan solo Q47 mil en la preparación escolar de cada niño desde que ingresa a preprimaria hasta que llega a tercero básico, una de las cifras más bajas si se compara con otros países de la región, como Honduras, que gata Q74 mil, según informe de la prueba internacional Pisa para el Desarrollo (Pisa-D).
Los recursos, señala el reporte, se centran en la Primaria: por cada grado que un niño cursa en este nivel se desembolsan cerca Q5 mil 261, contrario a los Q3 mil 546 que se invierten por cada año de estudio de un menor en el nivel básico.
Si se ve de manera global, alrededor del 60% del presupuesto que el Mineduc destina a educación va para el nivel primario, donde también se focalizan los programas de apoyo (útiles escolares, valija didáctica, gratuidad), así como infraestructura, quedando pocos recursos para los niveles de preprimaria (14%), básicos (7%) y diversificado (4%).
“Tenemos cientos de miles de niños que egresan de 6to. primaria cada año, pero no tienen posibilidades de estudiar básicos, mucho menos una carrera en el sector público”, refirió Canto.
El año pasado por cada cien estudiantes que ingresaron a la primaria,16 lo hicieron a la secundaria. El panorama se agudiza cuando se habla del área rural, donde no hay suficientes establecimientos que impartan el nivel básico y las oportunidades para continuar los estudios se limitan por la falta de recursos económicos.
“Hay que llevar más niños a la escuela, pero procurar que permanezcan en ella. Eso significa tener puntualmente los recursos para alimentación escolar, para los programas de apoyo y mejorar la infraestructura escolar”, indicó el funcionario.
Calidad educativa
Otro de los desafíos en el campo educativo es la calidad, un tema que ha estado en discusión, cuando desde los primeros años de estudio se ve deficiencias en los niños: dos de cada diez tienen fracaso escolar en primero primaria y solo uno de cada diez logra leer con fluidez al finalizar el grado.
Como parte de la solución que el Mineduc plantea está el programa Comprometidos con Primero, una estrategia que busca garantizar el éxito de los niños en dicho nivel, que repercutirá el resto de su desempeño académico.
Expertos en Educación han señalado que dichas deficiencias también son producto de la baja cobertura en preprimaria -525 mil 013 estudiantes inscritos en el 2018-.
Enfocados en esa debilidad, a partir de este año se implementará el programa de educación inicial para niños de 0 a 4 años, denominado Acompáñame a Crecer. Este dará acompañamiento a los padres de familia en temas de nutrición, prevención de enfermedades, incorporación al sistema de vacunación e higiene centrado en los infantes.
Durante la primera fase se incluirá a 25 municipios de cinco departamentos con mayores índices de pobreza. Canto señaló que están en la última fase para contratar a 125 gestores comunitarios -maestros con especialidad en educación inicial o primera infancia- para visitar a los pobladores en sus casas.
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Aunque la cartera ha señalado el cumplimiento con los 180 días de clases como uno de sus logros de este año -registró un promedio de 188-, Gabriel Biguria, presidente de Empresarios por la educación, ha dicho que es mejor aspirar a una educación de calidad.
De esa cuenta, la formación docente es vital, pues también los maestros tienen bajo desempeño. En la evaluación de docentes que optaban por una plaza en el Mineduc en el 2017, de los 19 mil 714 examinados, la mitad acertó en las respuestas de la prueba de Lectura, mientras que solo el 37% lo hizo en matemáticas.
El Programa Académico de Desarrollo Profesional (Padep) espera solventar esas deficiencias. Cuatro mil 543 maestros de preprimaria y primaria han participado en el profesorado hasta la cohorte VI, mientras que en la licenciatura 6 mil 443 en la I. Otros mil 900 docentes de ciclo básico han sido parte de cuatro profesorados: Ciencias Naturales, Comunicación, Matemática y Lenguaje, Liderazgo y Gestión Educación. Al cierre del año se graduaron más de 20 mil docentes.
Sin embargo, a criterio de Canto, “la calidad educativa no recae solo en el docente”, pues hay factores externos, como proveer de material didáctico, tecnología, infraestructura, acompañamiento escolar, que el Mineduc debe garantizar. Resalta, además, la necesidad de mejorar instrumentos para medir el desempeño de los maestros año con año.
“El magisterio es clave para mejorar la calidad de la educación, pero, hay que reconocer que educación es un proceso a largo plazo. Los graduandos, por ejemplo, comenzaron a estudiar hace 14 años, y el desafío viene desde la preprimaria y antes, por eso hay que invertir en la estimulación temprana, en la alimentación, porque a las aulas llegan niños con desnutrición crónica, en condiciones de alta pobreza. Esos son factores impactan en su aprendizaje”, agregó.
Directo a los estudiantes
Mejorar la infraestructura es clave para que los niños tengan condiciones dignas para aprender. Hay 21 mil edificios escolares donde funcionan 34 mil centros educativos, de los cuales 3 mil fueron remozados este año a través del quinto programa de apoyo: Mantenimiento de edificios escolares públicos. La inversión ascendió a Q165 millones.
Otros 4 mil se prevé serán restaurados en el 2019, y al finalizar el año el 33% de las escuelas habrían pasado por un proceso correctivo, que involucró a las Organizaciones de Padres de Familia (OPF), la “vía legal” para que el Mineduc entregue el dinero para la alimentación escolar a las escuelas.
Útiles escolares, valija didáctica, gratuidad en educación son programas de apoyo que se centran en los estudiantes de preprimaria y primaria, y extenderlos al ciclo básico es uno de los retos de la cartera, como también el programa de alimentación escolar, pues el reporte de Pisa-D revela que el 15% de los jóvenes evaluados -5 mil 100 jóvenes de 15 años dentro del sistema escolar- pasó hambre al menos una vez a la semana y un 2% casi a diario.
Este año, el recurso de refacción escolar aumenta a Q4 por niño, y para garantizar que los alimentos lleguen a los estudiantes a tiempo es necesario que cada escuela tenga una OPF, pues son ellas las que reciben los fondos. Si no cuentan con una, los directores de cada centro deben hacer su pedido a la Dirección Departamental de Educación (Dideduc), que se encarga de efectuar la compra de los productos, lo que puede llevar meses.
Hay 3 mil 784 escuelas en el país que no cuentan con una organización de padres de familia, y la asignación para estos establecimientos en 2018 fue de Q258.4 millones, que sumado a lo otorgado a las OPF sumó Q1,213.8 millones.
Como parte del programa de alimentación escolar se efectuaron cuatro desembolsos a las organizaciones. Los dos primeros fueron por 50 días por Q332.2 millones y Q340.4 millones, respectivamente. Dos más por 40 días, con una asignación de Q262.3 millones y Q258.4 millones, según reporte del Ministerio de Educación.
Pese a que el dinero se entregó para llevar el refrigerio a las aulas, el desembolso no siempre fue en tiempo. El primero, por ejemplo, se efectuó hasta la primera quincena de febrero, cuando el ciclo lectivo comenzó el 8 de enero. Esto obligó a que los padres de familia gastaran lo recibido para tres meses en dos.
Las últimas dos entregas se hicieron con pocos días de diferencia, no habían terminado de ejecutar una cuando llegó la otra, según un monitoreo efectuado por Prensa Libre a varios establecimientos de la capital y los departamentos.
Llevar el refrigerio a las aulas implicó que maestros y padres de familia se coordinaran para elaborar los menús basados en las sugerencias hechas por el Mineduc, pero también para preparar la comida. Un trabajo que en ocasiones fue difícil, principalmente en el área urbana, donde pocos padres contaron con tiempo disponible para involucrarse en las tareas escolares.
Uno de inconvenientes del programa de alimentación escolar fue que los menús no se adaptaban al gusto de los niños ni a la pertinencia cultura de la comunidad.
De esa cuenta, en diciembre pasado se adaptaron diez nuevas opciones, como tamalitos de frijol con salsa y queso, espaguetis con hiervas, enchiladas con carne vegetal, frijoles cocidos con huevo duro, entre otros.
El Reglamento de la ley de la refacción escolar establece que el 50% de los productos deberán ser locales, provistos por agricultores familiares registrados en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA).
Canto señaló que el cumplimiento de los programas de apoyo, así como de la refacción escolar desde los primeros días de clases dependerá de la transferencia de fondos a tiempo al Ministerio de Educación por parte del Ministerio de Finanzas.
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