El informe Gender Snapshot 2022 de ONU Mujeres, refiere que excluir a las mujeres del mundo digital tiene serias repercusiones económicas. Como efecto, en la última década se redujo mil millones de dólares el Producto Interno Bruto de los países de bajos y medianos ingresos, y para el 2025 la cifra crecerá a mil 500 millones de dólares de no poner un alto a esa disparidad.
En Guatemala, el uso de internet se concentra en las áreas urbanas, donde la cobertura es del 78% mientras que en la ruralidad abarca solo al 22% de la población. Al abordar los datos por género el acceso a tecnologías de información (TIC) es más limitado, pues según el Censo Población y Vivienda 2018 solo el 58.4% de las mujeres mayores de 7 años usa celular, y únicamente el 21% utiliza computadora.
La condición de etnicidad, edad, lugar de vivienda agranda esa brecha digital. En los departamentos de Petén, Quiché, Chiquimula, Alta Verapaz el acceso de las mujeres al uso de computadoras es más bajo.
Esta realidad excluye a las mujeres y niñas de ámbitos como la educación, la política, la economía, la tecnología y la ciencia.
Moni Pizani, representante del ONU Mujeres en Guatemala, indicó que la pandemia del covid-19 evidenció la magnitud de la brecha digital en el país, y que para reducirla debe haber un trabajo colectivo.
Por otro lado, Ana Chan, Secretaria Nacional de la Secretaría de Ciencia y Tecnología (Senacyt), refirió que mientras más las mujeres desarrollen habilidades y competencias tecnológicas digitales tendrán una mejor inserción al mercado laboral, en espacios donde hasta ahora los hombres han tenido mayor participación. Tal es el caso de Chahim Teny Puac y María Mercedes Zaghi que destacan en campos de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM).
Lleva tecnología a las comunidades
Chahim Teny Puac es una mujer maya Tz’utujil-Q’eqchi’, diseña una aplicación tecnológica para que padres de familia sin acceso a la educación puedan aprender a leer. La herramienta incluye un glosario en distintos idiomas mayas.
A unos pasos de obtener un título universitario, trabajó como consultora de desarrollo de aplicaciones móviles en áreas de educación y financiera. Es miembro del colectivo TUXINEM, su rol es crear contenido por y para mujeres mayas, con la finalidad de reivindicar y visibilizar a los pueblos indígenas. Además, coordina el departamento de diseño. Es integrante de la Plataforma de Mujeres Indígenas.
La relación de Puac con la tecnología comenzó en la infancia. En su afán por saber cómo funcionaba una computadora, descompuso dos aparatos. Su padre vio el interés de la niña y a los 13 años le regaló una, y se encaminó a estudiar Bachillerato en Computación y luego en la universidad una carrera en sistemas informáticos.
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“Necesitamos que ya no nos alcancen los dedos de las manos para contar la participación (cívica y digital) de las mujeres, pero, sobre todo, de las mujeres indígenas”, dice.
En Guatemala el acceso a la tecnología es restringido, y la brecha es mayor cuando se trata de mujeres indígenas. Puac señala que en las poblaciones más alejadas tener un teléfono es de pocos, de haber, son los hombres quienes lo utiliza. Desde el momento en que se les niega a ellas la oportunidad de usar una herramienta básica, como el teléfono, se les limita el poder adentrarse en el mundo tecnológico.
Refiere que para tener una participación cívica incluyente y proactiva en el área tecnológica se deben crear nuevas herramientas que sean adaptables a los distintos territorios y generar nuevas oportunidades económicas para las mujeres indígenas.
Las barreras que impiden que ellas tengan acceso a herramientas digitales y se especialicen en carreras en tecnología son varias, el idioma es una de ellas, como también la falta de programas estatales para crear y hacer accesible la tecnológico. Menciona también la desigualdad, la exclusión y el machismo.
¿Cómo superar esos obstáculos? Puac menciona la creación de campañas de educación digital para empoderar a las mujeres rurales “para garantizar accesibilidad y realizar una mejora o una modificación al pénsum de estudio de las TICs en los niveles de primaria y básico, poniéndolo en marcha en un departamento modelo y luego ir escalándolo continuamente”.
Pionera en la informática
Cuando María Mercedes Zaghi incursionó en la rama de la tecnología, la participación de las mujeres en ese campo en la región era escasa. En Guatemala abrió la brecha y uno de sus sueños era crear un campus tecnológico, con el apoyo y financiamiento de personas que compartían su visión crearon una especie de silicon valley en la zona 4 capitalina, que se convirtió en un “centro de innovación, aceleración e incubación de tecnología”, como ella lo describe.
Que en su tiempo una mujer estudiara computación era extraño, pero en la actualidad considera que las jóvenes tienen más facilidades, sin embargo, en las zonas rurales del país hay que trabajar para abrir oportunidades y acceso a las STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática).
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“Somos entusiastas en el tema de promover la parte digital en Guatemala, a través de la agenda digital. Y, por ser mujer, para nosotras es importante que los temas digitales sean inclusivos. No es solo el que hagamos comercio, educación, gobierno (digital), sino también darles oportunidad a las mujeres de tener mayor participación en la sociedad a través de los medios digitales. No sólo en la capital, también en el interior (del país)”, dice Zaghi.
Ante la pregunta de ¿cómo sería un futuro digital basado en igualdad? La ingeniera con especialización en administración de sistemas de información (MIS) y catedrática universitaria es de la opinión que la tecnología es un medio para lograrlo, pero lo importante es que cada persona, sin importar género, tenga la misma calidad de vida y oportunidades. “Para nosotras es muy importante utilizar los medios tecnológicos porque son una manera fácil, accesible, barata de llegar a las comunidades y a mujeres que están en lugares muy recónditos en Guatemala”.
Como ella lo ve, para proteger los derechos digitales de las mujeres y las niñas y que haya igualdad de género en los espacios tecnológicos y en línea se necesita de educación, que conozcan que tienen ese derecho, y de fomentar la participación, armar redes y así tener una mayor incidencia.
Zaghi participa en el área de empoderamiento económico y promueve kits digitales para que las mujeres aprendan a utilizar el comercio electrónico para vender sus productos y servicios.