Prensa Libre convocó del 1 al 12 de diciembre a participar en el concurso de nacimientos y entre los participantes se eligieron 10, de entre los cuales el Consejo Editorial seleccionó cinco finalistas. Los lectores eligieron los primeros tres lugares, que reciben como obsequio la publicación en esta edición y una suscripción anual impresa de este periódico.
Fuente de vida eterna
Con más de dos meses de anticipación, la familia Hernández Lemus, de Villa Nueva, empezó a elaborar el nacimiento que se hizo acreedor al primer lugar.
Manuel Hernández cuenta que cada año, junto a su familia, se propone elaborar un nacimiento más grande. El ganador de este certamen mide dos metros de largo por 1.20 de ancho.
“Desde pequeño tenía la ilusión de poner un nacimiento de grandes proporciones, ya que en mi familia ponían uno pequeño el último día, pero al tener mi casa quería dedicarle tiempo y así lo he hecho durante los últimos dos años. Esta vez tuvimos el apoyo de un amigo residente de Totonicapán, que es como un hermano para mí. Con granitos de arena formamos algo especial”, cuenta.
En los detalles se observan motivos del nacimiento de Jesús con elementos que representan las tradiciones familiares y la vida diaria de los guatemaltecos. Debido a que Hernández proviene de una familia de panaderos, se incluyen trenzas y panes.
Un nuevo nacimiento
La llegada de su hijo Manuel André, de 33 días de edad, vino a dar más vida, alegría y amor a su hogar, y desea que comience a presenciar el verdadero significado de la Navidad: el encuentro con la Sagrada Familia y Jesús Niño, dice Hernández.
Unión familiar
En la escena principal del nacimiento se encuentra el Niño Dios, en el pesebre, junto a María y José, resguardados por un ángel. Y se ven los Reyes Magos.
Hernández considera que en todas las familias la elaboración del nacimiento se convierte en un espacio de paz, armonía, amor, pasión y dedicación, que implica unirse y encontrar a Jesús, y desea que la tradición se transmita de una generación a otra.
“Que la pandemia no sea impedimento para sentir el verdadero sentido de la Navidad. El encierro nos enseñó a mantenernos en familia, compartir más y tener al Niño Jesús en cada hogar y corazón”, afirma.
Experiencia de 106 años de amor
La familia Alvarado Sandoval reside en la zona 1 capitalina y nos abre las puertas de su hogar para apreciar el nacimiento que obtuvo el segundo lugar de este concurso.
En la elaboración se han involucrado tres generaciones, desde 1916, con Ricardo Alvarado —falleció hace 22 años—. Desde 1967 se transformó a un estilo clásico oriental que representa la escena del nacimiento de Jesús y cómo era Palestina en ese tiempo. Actualmente participan los hijos de Ricardo —padre—: Ricardo, de 67 años, y Alejandro, 72, en compañía de dos de sus hijos y dos amigos.
La experiencia
Al ingresar en la casa, Alejandro Sandoval cierra la puerta y apaga la luz para comenzar esta experiencia sensorial.
Se escucha el canto Aleluya, se activa una pequeña cascada y 34 circuitos de luces para que la mente y el espíritu de los espectadores se trasladen a lo que fue la antigua Palestina.
El costo aproximado de su elaboración es de Q8,500 y el montaje se llevó cuatro meses. Este nacimiento mide nueve metros de largo, dos de ancho y 2.5 de profundidad. Cuenta con 150 piezas importadas de España e Italia.
Fomento devocional
Paciencia, dedicación y amor son los elementos principales del nacimiento de esta familia, con el cual busca motivar a otras personas para que no pierdan la tradición y devoción, que son parte de la identidad de los guatemaltecos, en especial los niños.
Los Alvarado Sandoval hacen un llamado en esta época de Adviento: “Familia que reza unida permanece unida, y precisamente eso debemos hacer esta Navidad. A pesar de la pandemia y el consumismo en estas fechas, hay que agradecer que estamos vivos. La Navidad es un punto de unidad familiar y darle alimento al espíritu con el invitado de honor, que es Cristo, para mejorar Guatemala y buscar el bien común como sociedad. Feliz Navidad y bendecido 2022”.
Inspiración de Dios para montar el nacimiento
El tercer lugar de este certamen es para la familia Hernández Carrillo, originaria de Esquipulas, Chiquimula, e integrada por los esposos Óscar e Irma, y sus hijos Óscar, de 28 años, y Josselyn, 19. Su nacimiento es una tradición de hace más de 35 años y, según cuenta la pareja, antes viajaban a distintas aldeas para adquirir imágenes de barro, yeso o resina, así como distintos tipos de musgo, aserrín, plantas, luces y casitas para ambientar.
La imagen del Niño Jesús que colocan en el belén lleva 35 años con la familia. “Aún lo conservamos, ya que su expresión muestra ternura, amor; sus brazos se abren y elevan en señal de cobijar al mundo con su amor infinito”, refieren.
viaje inspirador
La Epifanía del Señor recuerda la manifestación de Jesús a la humanidad en el rostro de un niño, donde los Reyes Magos siguen la estrella para cumplir con el Plan Divino, por lo que la familia Hernández Carrillo viajó hace tres años a Jerusalén y esto les permitió vivir de cerca los ambientes para recrear su belén, que mide dos metros de largo por 2.60 de ancho, y fue elaborado durante un mes, con cinco horas de trabajo diarias. Está hecho con materiales reciclables como cajas de madera, papel kraft, plantas naturales, piedras volcánicas, series fijas de luces, una fuente de agua y un proyector láser.
En una escena del nacimiento, un muro divide el camino de los Reyes Magos, que parten de esa área, pasando por Jerusalén con el rey Herodes en busca del Jesús Niño.
Después de tres generaciones de plasmar su arte, cada año la familia pide sabiduría al Niño Jesús para que les indique cómo elaborar el nacimiento. “Es una inspiración del cielo”, dicen, y el mensaje de este 2021 es darle gloria a Dios en el cielo y recordar cuando el Salvador bajó a la Tierra en una noche de alegría, paz y ternura.
El mensaje familiar es que con el nacimiento se representa al actor de amor más grande por la humanidad: “En estos tiempos difíciles, por la pandemia, no debemos olvidar que Jesús nace en los corazones de cada miembro de la familia, no solo en Navidad, sino todos los días”.